jueves, 21 de febrero de 2013

Ideología y óptica

Cuesta abandonar pre-juicios. Desde la niñez la propaganda dominante nos hace ver lo que interesa a sus patrocinadores mientras oculta otras realidades. Por eso hay que contrarrestar los fallos de nuestra memoria recurriendo a la de otros. Contar con otros puntos de vista.

Para percibir el relieve, el aparato visual dispone de dos ojos, dos puntos de vista. Cuando la lejanía dificulta la visión binocular nos movemos para cambiar el punto de vista. Captar el objeto desde distintos ángulos destruye muchas ilusiones ópticas, muchas apariencias.

En la investigación científica este método es fundamental. Se llama triangulación (1).

Para conocer la historia, los hechos de otro tiempo, poco cuenta nuestra propia vivencia. Nos basamos en relatos ajenos, y hay que tomarlos con cuidado, porque "la historia la escribe el vencedor". Consideremos quien es, por ahora, el vencedor en nuestro entorno.

No perdamos (o más bien recuperemos) la perspectiva.

Triangulemos un poco para topografiar mejor la historia.


En Leningrado y la soledad de un internacionalista relata Andre Vltchek recuerdos de su familia en épocas ya lejanas.

Su narración no ignora los peores aspectos de los años de plomo en la Unión Soviética, pero tampoco deja de considerar como se amplifican los crímenes de Stalin, mientras quedan en la sombra atrocidades mayores cometidas por el occidente cristiano y civilizado.

Cualquiera con un ápice de objetividad tendría que admitir (a menos que esa persona quiera negar el principio básico del humanismo que declara que todos somos iguales sin importar la raza o la nacionalidad, que la Unión Soviética comunista cometió muchos menos crímenes que los países occidentales bajo la bandera de ‘monarquías constitucionales’ o ‘democracias multipartidistas’.
Mientras los soviéticos estaban ocupados sacando a decenas de millones de personas de la pobreza (y hablamos, por ejemplo, de los musulmanes de Medio Oriente, las áreas donde el nivel de vida finalmente alcanzó el de partes europeas de Rusia, así como las demás incontables minorías que habitan ese enorme país), aproximadamente en la misma época los belgas se las arreglaron para matar a unos 10 millones de personas en el Congo (2), cortando manos y quemando vivos en sus chozas a mujeres y niños (3).
Ahora la imagen parece algo rancia. En mi niñez, no. Algo habrá quedado en el subconsciente. Así se representaba al peligroso bolchevique el occidente cristiano:


Y esta es la noble efigie con que todavía nos representamos al pulcro rey de los belgas, sobre cuyos crímenes se empieza a hablar ahora, aunque ya Mark Twain los denunciara:

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(1) Partiendo de las aportaciones de Denzin (1970,1975,1989), Morse (1991), Cowman (1993) o Creswell (1994,2002),  se puede afirmar que la triangulación en el campo de la educación consiste en una estrategia de investigación mediante la cual un mismo objeto de estudio pedagógico es abordado desde diferentes perspectivas de contraste o momentos temporales donde la triangulación se pone en juego al comparar datos; contraponer las perspectivas de diferentes investigadores; o comparar teorías, contextos, instrumentos, agentes o métodos de forma diacrónica o sincrónica en el tiempo.

(2) King Leopold's legacy of DR Congo violence. Mark Dummet, Former BBC Kinshasa correspondent

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