domingo, 7 de abril de 2013

Ecocidio: conocimiento y corporaciones

Ignoro si en este momento Umberto Eco mantiene las ideas que expuso en Apocalípticos e integrados. Siguen existiendo ambas especies. La cultura de masas tiende a producir la segunda. Claro que hoy también hay una contracultura de masas. Quizá ya no predominan en el enfoque pesimista aquellos apocalípticos de postura conservadora o aristocrática. ¿Seguirán los integrados presentando su visión benévola y optimista a lo McLuhan sobre la universalización de la cultura para todos a través del mensaje de los medios? Recordemos que el medio era el mensaje. Y en parte, como Jesucristo según don Peregrino, tenía razón (*). El mensaje compacto y hasta ahora efectivo de los medios corporativos nos lo muestra cada día.

Hoy, la mayoría integrada no lo está por esperanza optimista, sino por resignación fatalista.

Casandra y yo tenemos la obligación de avisar. No tenéis obligación de creer a Casandra, pero creedme a mi. Yes, we can, sí se puede, aunque lo mintiera la voz autorizada del laureado Obama.

Después de la nota, el principio y el fin de un artículo amenazador. El que avisa...
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(*) Don Peregrino Reboiras, párroco de Santa María de Pontevedra, es recordado por los graciosos conceptos que vertía en sus sermones. Se le atribuye la frase: "como decía Jesucristo, y en parte tenía razón..."


Pablo González Casanova


A Armando Hart Dávalos

Un problema en que debemos reparar es el del desconocimiento en las ciencias y en la lucha por “lo que es científico, y lo que no es…”. En “lo que no es científico” tenemos que profundizar y precisar por qué no lo es,  y no quedarnos en críticas generales cuya capacidad de persuasión es menor, sobre todo en aquellos ambientes que. consciente o in-concientemente, cultivan “la ignorancia” hasta para sí mismos, como ocurre con la inmensa mayoría de las fuerzas dominantes. El pensamiento crítico y científico de nuestros días debe comprobar“la ignorancia” o “el desconocimiento” que se dan, tanto en el peligro que corre la vida humana como en las verdaderas causas que lo determinan.

La solución al  problema científico adquiere mayor precisión  cuando se plantea como consecuencia del capitalismo corporativo, y se demuestra que  los daños que éste genera en la tierra y en la biosfera, anuncian, o muestran, rigurosamente, un futuro amenazador para la vida en la Tierra y para el Planeta Tierra.

Limitarse a decir que el proceso se debe al modo de dominación y acumulación capitalista es cierto pero insuficiente. Es cierto, en tanto contribuye a mejorar el conocimiento de los convencidos: pero es poco eficaz para enfrentar la contraofensiva que desatan las fuerzas de dominación y acumulación del sistema, a cuyas presiones, sanciones abiertas y encubiertas, y argumentos científico-políticos ceden quienes les temen o  sirven a sus intereses con lo que callan, dicen o hacen.

Cabe reconocer que numerosos científicos denuncian los problemas que crea el capitalismo corporativo, su magnitud, aceleración y creciente tendencia destructiva, pero es también cierto que la mayoría no atribuye al capitalismo el origen y magnitud de daños y peligros.

Los problemas del desconocimiento se dan tanto  en los análisis de las causas y factores, como en los análisis de tendencias, y  en las soluciones y medidas a tomar, así como en las definiciones  del “capitalismo” y también de la “ciencia” o de lo que no es “ciencia” y “por qué no lo es”. Algunos hechos o tesis ilustran el problema:

En primer término es necesario observar que con frecuencia se olvida que son varias y no una las amenazas a la vida en la tierra. Se pueden destacar cinco principales:
1ª. La que corresponde al hoyo de ozono y sus efectos. 
2ª. La que se refiere al cambio climático y sus efectos.
3ª. La que generan las corporaciones de los distintos sectores de la economía, el sector primario, el secundario y el terciario, con preeminencia creciente de la economía de la destrucción frente a la economía de la producción, la acumulación ampliada y la reproducción...
4ª. La que corresponde al peligro creciente que para la destrucción de la biosfera significaría una guerra nuclear.
5ª. La que hace todas las presiones posibles –concientes e inconscientes—para que no se reconozcan ni peligros, ni causas, ni soluciones, o para que unas veces se reconozcan unos y se desconozcan  otros.
Esas presiones sobrepasan en  mucho la mera “descalificación” y  “desconocimiento” de quienes formulan científicamente el problema. Es más, son también la causa  del problema. Son la causa del problema que se niegan a conocer los beneficiarios del modo de dominación y acumulación del que ellos mismos se están convirtiendo en víctimas potenciales.

Se  niegan a reconocer, en todo o en parte, que la estructuración mundial del modo de dominación y acumulación, movido por la maximización de sus utilidades, riquezas y poder, e integrado hoy como un sistema de corporaciones y complejos militares-empresariales-políticos-y-mediáticos, es la causa principal de los peligros que amenazan a la humanidad y, por lo tanto, a ellos mismos.

(...)

Y esto también, ¿eh?

(...)

Es más, ocurre en una situación histórica que presenta varios síntomas de crisis y guerra cuya agudización no es posible ignorar, y entre los cuales destacan los siguientes:
1. La crisis del endeudamiento externo que exige el pago de deudas macroeconómicas, a seguir pagando por los trabajadores y los pueblos o por las naciones que se ven en la necesidad de entregar sus energéticos y toda suerte de riquezas o fuentes de ingreso.

2. La economía de guerra que, por recientes anuncios ha entrado en crisis, y cuyos ingresos han bajado tras el cese de las grandes operaciones militares como las de Irak, Afganistán, Libia, que hoy se reinician en Siria,  Mali y otros países y que son insuficientes para responder a la oferta de armas y municiones pues, entre otras razones, las potencias usan las armas producidas por sus propias empresas en una competencia incontenible.

3. Las guerras de recolonización de los países que alcanzaron una independencia relativa y las nuevas guerras de colonización de países metropolitanos a los que las bancas transnacionales someten como en el caso de Grecia, España e  Italia, fenómenos que se acompañan de crisis de desempleo y de crisis habitacionales, con manifestaciones pacíficas de sus víctimas que son controladas por todas las policías.

4. La política persistente para la globalización del poder y la economía de Estados Unidos de Norteamérica, sus asociados y subordinados, con crecientes contradicciones en el interior del “imperialismo colectivo”, y en el interioro de los países que lo integran y, sobre todo con crecientes amenazas de confrontación entre el imperialismo de Occidente encabezado por Estaos Unidos y la Unión Europea, y el relativamente móvil de China con tendencia a  fortalecerse con el  acercamiento de Rusia, Irán, Pakistán y los BRICS, cada vez más amenazados por los cercos de mar, aire y tierra de Estados Unidos y la Unión Europea.

5. La competencia entre las grandes corporaciones y potencias por los recursos no renovables de la tierra, y por los renovables.

6. Los juegos de guerra que se escenifican en Europa Oriental, Asia y África con  guerras virtuales y no virtuales de los ejércitos musulmanes, de los hermanos musulmanes, de los grandes sheiks petroleros, de Israel  y de los movimientos por la libertad --a los que el imperialismo apoya para destruirlos--, o contra el Islam político auspiciado y armado por las potencias occidentales  y al  que, en el momento oportuno, no le permiten realizar nuevas conquistas, con el aplauso de los conquistados que se libran de un horror terrorista para caer en el horror del hombre colonial, y entre los que al mismo tiempo estimulan la cultura del odio y la venganza.

7. Una conclusión exacta: Si todo lo anterior anuncia los peligros de un estallido global, en que está de por medio una gigantesca y universal corrupción, y la construcción global de la “bestia humana”, que se prepara para los genocidios colectivos con eliminaciones de colectividades enteras de los seres humanos sobrantes, y si en todo ese pandemonio se incluye el mundo de los nanofrankensteins metido en ese mundo, lo menos que pueden hacer los centros e instituciones de investigación científica es asumir el doble problema del peligro de ecocidio y del peligro que para la humanidad significa el seguir dominada por un sistema de corporaciones y complejos cuyo objetivo principal es la maximización de utilidades, poder y riquezas.

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