jueves, 25 de junio de 2015

La insostenible banca privada

Hace tres días llamaba la atención sobre la superioridad de la cooperación sobre esa libre competencia pregonada ante todo por los ganadores, pero aceptada, resignada y acríticamente, por muchos perdedores.

Y este llamamiento no es sin más un argumento de fracasados. Es una exigencia ineludible para la sostenibilidad de nuestro mundo, en más de un sentido.

Sin esa superioridad de la cooperación, la vida jamás habría avanzado más allá de los organismos unicelulares. Ni eso siquiera: no habría vida en ninguna de sus formas. Sólo un personaje de la categoría de Margaret Thatcher pudo afirmar sin rubor alguno que "la sociedad no existe. Hay individuos, hombres y mujeres y hay familias". Y lo dijo desde la cúspide de su inexistente sociedad.

Abundando en ello, reproduzco ahora la parte final de un escrito de Javier Jimeno (ATTAC Navarra/Nafarroa) y Carlos Sánchez Mato (ATTAC Madrid), miembros de la Plataforma por una Banca Pública. La cita de Eric Toussaint corresponde a Bancocracia, obra editada por Icaria Editorial.




Javier Jimeno/Carlos Sánchez Mato
Rebelión

 
Una banca pública transparente, democrática, ética, con control social y orientada a la ciudadanía es un instrumento imprescindible para intervenir contra la desigualdad, la exclusión social y la irracionalidad del mercado.

(...)

El resultado final de esta edición de la lucha de clases está todavía por definir pero, es evidente a la luz de los datos anteriores, que la clase dominante está obteniendo un éxito total hasta ahora. Para que las tornas cambien y es preciso que las clases populares, la mayoría social, reivindique otro sistema y se convenza de que hay alternativas a la deriva que solo ocasiona exclusión y sufrimiento. Y como elemento central de esa alternativa está la imprescindible necesidad de domeñar al sistema financiero. Como dice Eric Toussaint,el oficio de bancario es demasiado serio para ser dejado en manos del sector privado. Es necesario socializar el sector y ponerlo bajo control ciudadano, pues debe estar sometido a normas de un servicio público y las rentas que su actividad genere utilizadas para el bien común. La deuda pública contraída para rescatar los bancos es claramente ilegítima y debe ser repudiada”. Tenemos un reto clave para abordar la crisis y es abordar la conformación de una banca pública y el fortalecimiento de un sector público que busque el desarrollo integral y planificado de los recursos económicos y su control democrático, dando prioridad la satisfacción de las necesidades sociales y no la explotación de los trabajadores, una utilización racional de los recursos naturales y no su expolio. En definitiva, se trata de establecer bases de cooperación entre países que permita un desarrollo integral de todos, en lugar de la competencia en beneficio de los más poderosos. Son las respectivas clases dominantes de cada país las que nos están imponiendo medidas de ajuste, a sus trabajadores y a los de los demás países, en su propio beneficio y son ellas las que están alimentando la posibilidad de nuevos enfrentamientos entre las naciones.

Una Unión Europea realmente democrática, con unos pueblos dueños de sus propios recursos y de su moneda común, sería una fuerza imparable, que podría abrir la puerta a unas relaciones de cooperación real entre los pueblos en beneficio mutuo, en lugar de la competencia por el máximo beneficio privado.

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