martes, 4 de febrero de 2020

El capitalismo ha fracasado, ¿qué viene a continuación? (III)

Tercera entrega del desglose del articulo de John Bellamy Foster sobre el constatado fracaso sistémico del modo capitalista de producción.

Si en (I) y (II) veíamos los síntomas de la enfermedad, ahora veremos que no hay cura para el enfermo. La solución neoliberal y la keynesiana se enfrentan como dos alternativas antagónicas, pero el hecho real es que los límites del capitalismo, que son los del crecimiento exponencial, imponen su ley y hacen imposible conseguir una nueva prosperidad dentro del sistema. Esperemos que su final no coincida por completo con el de la civilización.



El neoliberalismo y el fracaso capitalista

Muchos de los síntomas del fracaso del capitalismo descritos anteriormente son bien conocidos. Sin embargo, a menudo no se atribuye el desastre al capitalismo como sistema, sino simplemente a algo que llamamos neoliberalismo. Hay intelectuales que creen que este modelo particular de desarrollo capitalista puede ser reemplazado por otra forma de dominio del capital.

Para muchos en la ‘izquierda” la respuesta al neoliberalismo es un retorno al estado de bienestar, a la regulación del mercado o, a alguna otra forma de democracia social limitada, y por lo tanto a un capitalismo más racional. No es el fracaso del capitalismo lo que se percibe como el problema, sino el fracaso del capitalismo neoliberal.

Al contrario de este pensamiento la tradición marxiana entiende el neoliberalismo como una etapa del capitalismo en su etapa tardía. Se trata de un periodo en que el sistema para sobrevivir estar totalmente subordinado al capital monopolista-financiero.

Por tanto, para efectuar análisis crítico-histórico del neoliberalismo no solo es necesario entender cómo funciona el capitalismo actual, sino que también hay que comprender la razón porque es imposible una alternativa al neoliberalismo que mantenga incólume el sistema capitalista.

El término neoliberalismo tuvo su origen a principios de la década de 1920. Fue Ludwig von Mises en su libro “La Nación, el Estado y la Economía” (1919) quien colocó las bases fundacionales de la ideología neoliberal-capitalista. (45) En su trabajo, Mises (entonces empleado por la Cámara de Comercio de Viena) planteó que: “el viejo liberalismo tiene que regresar para derrotar al socialismo”. Calificó al socialismo como “destructivo”, defendió la desigualdad, sostuvo que los monopolios eran parte de la libre competencia y que los consumidores ejercían la “democracia” cuando compraban, porque esta actividad era equivalentes a votar en las elecciones.

Ludwig Von Mises condenó enérgicamente la legislación laboral, el seguro social obligatorio, los sindicatos, el seguro de desempleo, las nacionalizaciones, los impuestos y la inflación. (46) Tan extremos fueron sus puntos de vista que comentando el libro de Dickens “Hard Times” descalificó a Sissy Jupe (la joven heroína de la novela) porque había, ”enseñado a millones de personas a odiar el liberalismo y al capitalismo”. (47)

En 1921, el austro-marxista Max Adler acuñó el término neoliberalismo para designar los intentos de Mises de restaurar un orden liberal en plena decadencia a través de una nueva ideología “fetichismo del mercado”. Por su parte la austro-marxista Helene Bauer y el marxista alemán Alfred Meusel elaboraron documentadas críticas a Mises, para la revista teórica alemana Die Gesellschaft, editada por Rudolf Hilferding. (48)

Sobre la base de un análisis marxista, Adler, Bauer y Meusel demostraron que es falsa la afirmación de Mises: “que un capitalismo no regulado es el único sistema económico racional” y combatieron con argumentos consistentes la idea de “un capitalismo armonioso” basado en el libre mercado.

En el análisis de Mises los sindicatos eran un obstáculo al mercado, mientras las patronales y las empresas monopólicas eran totalmente compatibles con la libre competencia. Del mismo modo, Mises abogaba por un estado fuerte con el objeto de coartar la lucha de la clase trabajadora, en nombre de un mercado autorregulado porque, “cualquier acción contra el libre mercado es una forma de terrorismo”.

Para Meusel, Mises era “un ferviente servidor del capital financiero internacional” y para el economista Othmar Spann (1926) “sus ideas eran un intento atávico, de volver a una versión extrema del liberalismo clásico”. (49)

En 1927, en su obra “Liberalismo”, el propio Mises distinguió entre “antiguo liberalismo y neoliberalismo”. Según su opinión, el primer liberalismo aceptaba equivocadamente el concepto de igualdad. En contraste, el neoliberalismo rechaza la igualdad y la reemplazaba por lo que llamó “igualdad de oportunidades”. (50)

El neoliberalismo, tal como surgió de la pluma de Mises, estaba muy alejado de los nociones del liberalismo clásico. Los críticos marxistas –e incluso algunas figuras de la derechalo vieron como un intento de ofrecer algún tipo de racionalidad al capital financiero y a la era de los monopolios. Desde su origen, el neoliberalismo fue un proyecto para proveer una base intelectual a la guerra de clases de los capitalistas; una guerra no solo contra el socialismo, sino contra todo intento de regulación social y de democracia: un ataque sin cuartel a la clase trabajadora.

Junto con su protegido Friedrich Hayek, el ataque de Mises al socialismo fue una reacción contra la Viena Roja donde destacaban las figuras de Adler, Otto Bauer y Karl Renner. (51) En esa misma época el economista Karl Polanyi desarrolló una aplastante crítica a los dogmas neoliberales que formarían la base teórica de su libro “La Gran Transformación”. (52)

En los años 1930 a 1960 (después de la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial) la ideología neoliberal perdió influencia en medio de una profunda crisis del capitalismo. A principios de la década de 1930, cuando las nubes de la tormenta se acumularon en Europa, Mises se desempeñó como asesor económico del dictador austriaco Engelbert Dollfuss. (53) Más tarde con el apoyo de la Fundación Rockefeller Mises emigró a Suiza y luego a los EEUU, donde enseñó en la Universidad de Nueva York. Mientras tanto, Hayek fue reclutado por la London School of Economics, a instancias del economista neoliberal británico Lionel Robbins.

Sin embargo, en el mundo occidental las tesis del economista británico Keynes se impusieron en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Las economías capitalistas crecieron rápidamente durante un cuarto de siglo animadas por el aumento del gasto estatal, (en medio de la Guerra Fría) la reconstrucción de las economías europeas y japonesas, la expansión del comercio, la era del automóvil y dos grandes guerras (Corea y Vietnam) en Asia. (54)

Mientras tanto, ante la amenaza de un modelo alternativo representado por la Unión Soviética y la creación de sindicatos fuertes, los gobiernos de los países occidentales aplicaron políticas keynesianas con el llamado “estado de bienestar”. Sin embargo, se mantuvo la tendencia al estancamiento económico –como un defecto estructural del sistema– que temporalmente se disimuló por la llamada Edad de Oro.

Durante esta etapa las gigantescas corporaciones del capitalismo monopolista lograron apropiarse de un superávit cada vez mayor, tanto en términos absolutos como relativos. Este proceso que provocó una sobreacumulación productiva (y de capital) fue en parte compensada por una expansión de las ventas, el militarismo y el imperialismo.

Finalmente, la excesiva propagación de billetes de dólares por el mundo, provocaron la ruptura de los acuerdos de Bretton Woods que habían estabilizado el comercio mundial, de tal manera que Richard Nixon se vio obligado a poner fin al patrón dólar-oro en los 70. Esta medida estaba relacionada con la desaceleración de la economía estadounidense a partir de finales de la década de 1960.
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Notas

45 Ludwig von Mises, Nación, Estado y Economía (Indianapolis: Liberty Fund, 1983); Ludwig von Mises, Socialismo: un análisis económico y sociológico (Indianapolis: Liberty Fund, 1981).

46 Mises, Socialism, 323–54, 399–406, 413–62, 488–92; Nación, estado y economía, 36–37, 143, 163–65.

47 Mises, socialismo, 421-22.

48 Phillip W. Magness, “Los Orígenes del término peyorativo ‘neoliberalismo'” Instituto Americano para la Investigación Económica 10 de diciembre de 2018; Alfred Meusel, “La crítica civil-social del presente: el nuevo liberalismo (Ludwig von Mises),” La sociedad: Revista internacional para el socialismo y la política1, no 4 (1924): 372-83.

(El artículo “El nuevo liberalismo”, que es el primero de una serie de dos partes.) Peter Goller, “Alfred Meusel como crítico de Ludwig Mises y Othmar Spann: Contra el ‘neolberalismo’ y ‘Neoromantik’ (1924), ‘Messages of the Alfred Klahr Society 2 (2003); Peter Goller, “Helene Bauer contra la ideología burguesa neoliberal por Ludwig Mises (1923),” Comunicaciones de Alfred Klahr Society 4 (2005), http: //klahrgesellschaft.at-includes Helene Bauer, “‘Hombre común’ y un Señor mejor” “Adler criticó enérgicamente el intento de Mises de afirmar que las ideas de Marx estaban estrechamente relacionadas con el tradicional estado prusiano autoritario, sobre la base de que todo lo que estaba fuera del neoliberalismo era esencialmente el mismo y que incluso el socialismo democrático era autoritario en su rechazo al liberalismo. Max Adler, “Excursus on Anarchism”, en Austro-marxismo: la ideología de la unidad, ed. Mark E. Blum y William Smalldone (Boston: Brill, 2016), 207.

49 Magness, “Los orígenes peyorativos del término ‘neoliberalismo’”; Meusel, “Der Neu-Liberalismus”, 383; Bauer, “‘Gemeine Mann’ und ein Besserer Herr”; Othmar Spann, Types of Economic Theory (Londres: George Allen y Unwin, 1930), 278–79 (referencia a la “tendencia neoliberal” apareció por primera vez en la edición de 1926). En su libro Tendencias de ideas económicas de 1925, el economista suizo Hans Honegger escribió sobre el neoliberalismo teórico, pero, en contraste con el tratamiento anterior de Meusel, lo usó para abordar la economía neoclásica en lugar del neoliberalismo de pensadores como Mises. Ver Dieter Plehwe, introducción a The Road from Mount Pèlerined. Philip Morowski y Plehwe (Cambridge, Massachusetts: Harvard University Press, 2009), 10. El término capital móvil a menudo se asocia con Max Weber, donde hizo una breve alusión en su póstuma Historia Económica General de 1923, pero el término es de hecho ingresó a la teoría marxiana con el análisis anterior del capital financiero (y comercial) internacional de Rudolf Hilferding. Véase Rudolf Hilferding, Finance Capital (Londres: Routledge, 1981), 342, 325–30; Max Weber, General Economic History (Nueva York: Collier, 1961), 242.

50 Von Ludwig von Mises, Liberalismo (Indianapolis: Liberty Fund, 2005), 9.

51 Kari Polanyi-Levitt y Marguerite Mendell, “Los orígenes del fetichismo del mercado”, Revisión mensual 41, no. 2 (junio de 1989): 11–32; Johannes Maerk, “Plan Oder Markt: La batalla de ideas entre el austro-marxismo y el neoliberalismo en Viena” (conferencia, Instituto para las Humanidades, Universidad Simon Fraser, Burnaby, Columbia Británica, Canadá, 13 de septiembre de 2016). Disponible en http://youtube.com.

52 Karl Polanyi, La gran transformación (Boston: Beacon, 1944); Felix Schaffer, “Vorgartenstrasse 203: Extractos de una Memoria”, en Karl Polanyi en Viena, ed. Kenneth McRobbie y Kari Polanyi-Levitt, (Montreal: Black Rose, 2006), 328–46; Kari Polanyi-Levitt, “Rastreando la economía política institucional de Polanyi hasta su fuente de Europa central”, en Karl Polanyi en Viena, 378–91; Eduard Márz, Joseph Schumpeter: erudito, profesor y político (New Haven: Yale University Press, 1991), 101.

53 Gareth Dale, Karl Polanyi: Una vida a la izquierda (Nueva York: Columbia University Press, 2016), 102–3.

54 Harry Magdoff, “Angustia económica internacional y el tercer mundo”, Revisión mensual 33, no. 11 (abril de 1982): 3–5.


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