El Instituto Nacional de Estadística publica unas tablas de esperanza de vida. Tomémoslas como base para proyectarnos al futuro.
La esperanza de un centenario es llegar al año 2022. Una persona con 90 años puede aspirar razonablemente a alcanzar el 2027. Eso no quiere decir que les sea imposible superar esas edades, solamente expresa lo más probable.
Descendamos a los octogenarios. En nuestro país, segundo en longevidad en todo el planeta, los varones pueden aspirar a llegar al 2033, y las mujeres al 2035.
Sigamos la serie. Quien ahora tenga 70 años vivirá probablemente en 2041 si es varón, y si es mujer en 2044. Estadística en mano, los de 60 llegarán: ellos, al 2050, ellas, al 2053.
A partir de aquí, los de menor edad alcanzarían 89 años, y las mujeres, generalmente más longevas, los 92. Ello nos da las probables fechas de fallecimiento para quienes en este 2020 cumplan estas edades:
50 años: varones, 2059 mujeres, 2062
40 años: varones, 2069 mujeres, 2072
30 años: varones, 2079 mujeres, 2082
20 años: varones, 2089 mujeres, 2092
10 años: varones, 2099 mujeres, 2102
40 años: varones, 2069 mujeres, 2072
30 años: varones, 2079 mujeres, 2082
20 años: varones, 2089 mujeres, 2092
10 años: varones, 2099 mujeres, 2102
Yo llegaré, con suerte, al 2038, y por eso no soy de los más preocupados personalmente por el futuro. Mi preocupación es antropológica.
Porque estas proyecciones se basan en datos actuales, en una normalidad que no parece muy estable, si miramos el encontronazo entre una crisis climática (medioambiental, en un sentido más amplio), que deberíamos enfrentar eliminando ya la extracción de energía fósil, y una crisis económica, en gran parte crisis energética, que en las condiciones actuales nos empuja a extraer las últimas existencias explotables de carbón, petróleo, gas, uranio...
No podemos sorprendernos de que Greta Thunberg y otros muchos jóvenes lúcidos se planteen lo que los dueños del gran capital, la mayor parte de ellos vetustos, obvian.
A estos dueños del mundo les preocupa un horizonte mucho más corto que el de esos jóvenes. En todo caso, sus previsiones están en alargar esta situación lo más posible, al coste que sea, coste que pagará el resto de la humanidad. Su solución, en un mundo más reducido, es el ecofascismo, solución autoritaria, excluyente y drástica que no se detendrá ante el exterminio de la mayor parte de la población, la población sobrante.
Y esa es una escalada que de no detener el modelo no tendrá fin.
"El grupo de Ciencias de la Tierra del Barcelona Supercomputing Center acaba de terminar una simulación, dentro de un programa internacional, para determinar cómo podría ser el clima del planeta hacia el año 2100 en un determinado escenario de emisiones. Es un trabajo periódico que hacen de revisión de las predicciones, y este año han incluido nuevas mediciones y mejores modelos. Conclusión: el planeta podría calentarse 5ºC para 2100, peor del 3,5ºC que ya estimaban con ese mismo escenario. La noticia saltó rápidamente a parte de la prensa y de ahí a la televisión catalana, pero ahí ha quedado todo, no ha trascendido a nivel estatal. Algunos periodistas han intentado subir la voz de alarma, pero rápidamente se ha aplicado la sordina."
ResponderEliminarhttp://crashoil.blogspot.com/2020/02/business-as-unusual-in-statu-quo-post.html
Pero nadie habla de todo esto.
ResponderEliminarDe lo que todo el mundo habla es del coronavirus.
Si al Gran Capital le interesara airear estas cuestiones, ya veríamos lo rápidamente que se dejaría de hablar del ahora célebre virus. Las catástrofes y su difusión mediática son administradas, como casi todo, por el capital.
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