lunes, 24 de enero de 2022

La fábrica de ignorancia

En TVE2 tienen la buena costumbre de emitir, en la noche temática documentales de gran interés. Lo malo es que tienen también la mala costumbre (motivada por los sacrosantos derechos de propiedad intelectual según de quien) de retirarlos en muy poco tiempo de play.

En documanía aparece esta ficha:

CategoríaSocial

Serie documental: la noche tematica

Duracion: 54:47

Fecha de publicación: 17-12-2021

Y este resumen:

Tabaco, cambio climático, pesticidas,… Nunca el conocimiento científico había parecido tan vasto, detallado y compartido. Y, sin embargo, parece estar cada vez más desafiado. Ya no es de extrañar que las corporaciones privadas pongan en marcha estrategias para confundir el debate público y paralizar la toma de decisiones políticas. Abrumados por el exceso de información, ¿cómo podemos, como ciudadanos, distinguir la realidad de la ficción? Uno a uno, esta película desmantela el funcionamiento de esta ingeniosa maniobra que tiene como objetivo volver la ciencia contra sí misma. Gracias a archivos desclasificados, animaciones gráficas y testimonios de expertos, cabilderos y políticos, esta investigación nos sumerge en la ciencia de la duda. Junto con un equipo de expertos (filósofos, economistas, científicos cognitivos, políticos o incluso agnotólogos), exploramos ejemplos concretos de creación de dudas e intentamos comprender todo el proceso y los problemas que hay detrás de él.

Este fin de semana volví a ver este documental en la televisión rusa.

La agnotología es ya una ciencia, la "ciencia de la certeza científica", el estudio de la ignorancia o duda culturalmente inducida, especialmente a la publicación de datos científicos erróneos o tendenciosos.

Hay dos formas de ocultar el conocimiento. La primera y más burda es el bulo, la mentira que niega la evidencia científica o falsifica las noticias sobre ella. Pero hay otra más sutil y alambicada, que es... la propia investigación científica.

Cuando la ciencia comprobó que el tabaco, el plomo de las gasolinas o los pesticidas eran claramente nocivos para la salud, las compañías perjudicadas por la noticia se lanzaron a buscar "otras causas" posibles. Y para ello recurrieron a la investigación. Financiaron la búsqueda de otros factores, y muchos científicos, no siempre de mala fe, dedicaron sus esfuerzos a encontrarlos. De este modo se enmascaraba la causa principal, dando importancia a otros agentes, probablemente coadyuvantes.

Cualquier investigación necesita ser financiada, y eso dirige la ciencia hacia los intereses de quienes la financian. ¡Cuántas posibles búsquedas no son posibles por falta de medios! También hay guerras científicas, y en ellas la ciencia será utilizada contra la ciencia.

Una investigación muy positiva es la que indaga en los medios de comunicación. Los intereses del dueño del medio exageran algunas cosas y ocultan celosamente otras. Cualquiera puede verlo. Pero lo que es fundada sospecha lo demuestra claramente una indagación de la que se hace eco la película. En ella aparece una imagen muy interesante que el estudio ha desvelado, y se refiere al manejo interesado de las redes sociales. En este fotograma se muestran numerosísimas conexiones entre usuarios, En azul, quienes afirman la existencia del cambio climático; en rojo, los negacionistas. Como se ve, son dos campos prácticamente estancos. Apenas interactúan entre sí.

Entre los negacionistas hay claros focos emisores, los nudos de la red que lanzan aquellos memes que luego se propagan masivamente. Es muy instructivo seguir, a su vez, las conexiones de estos centros con grupos de presión políticos y empresariales. Son auténticos mercenarios al servicio de quienes les pagan por ello.

Finalmente, he encontrado una página de Facebook en la que puede verse ahora mismo el documental. No sabemos por cuánto tiempo...

La batalla en las redes sociales





1 comentario:

  1. "...hay otra más sutil y alambicada, que es... la propia investigación científica." Cuán cierto. Quienes poseen los medios, no sólo de comunicación, sino TODOS los medios, pueden corromper y corrompen. Por regla general, la gente se fía de la "bata blanca", de la "toga", de "mono azul"... Pero, incluso no siendo conscientes de ello, el médico puede estar sirviendo los intereses del hospital, más que al enfermo. El juez al Estado, más que al ciudadano. Y el fontanero a su empresa, más que al cliente.

    El problema, a mi entender, radica en la forma en que está construida la pirámide social, y no tanto por que ello signifique la gerarquización de la misma, sino porque dicha gerarquización no se establece con criterios de honestidad y excelencia, sino por inextricables tramas que hacen que el conjunto trabaje para entidades abstractas, con la consecuente deshumanización del conjunto.

    En fin, lo que viene siendo el capitalismo puro y duro.

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