viernes, 19 de febrero de 2021

Joan Margarit, arquitecto, matemático, poeta...

Esta semana ha muerto el arquitecto Joan Margarit. Conocía sus obras y su labor como profesor de estructuras en la Universidad Politécnica de Cataluña, pero fue para mí una sorpresa que le dieran el premio Cervantes por su obra poética.

Como programa homenaje a Margarit, este vídeo de Pagina Dos contiene, entre otras noticias culturales, una entrevista al poeta desaparecido. Transcribo de él las partes más directamente relacionadas con el pensamiento del autor.

"El mejor consejo que cualquier maestro le diera alguna vez al poeta que yo intentaba ser, se lo escuché hablando de arquitectura a José Antonio Coderch."

"Una casa no debe ser ni independiente ni hecha en vano, ni original ni suntuosa. Siempre he pensado lo mismo de la poesía."

Edward Frenkel es un matemático de origen ruso. Emigró a EE.UU. muy joven, donde acabó el doctorado ahí y aún está en EE.UU. actualmente en la Universidad de California, en Berkeley.

Marcus de Sautoy es un matemático, profesor de la Universidad de Oxford que ocupa desde el año 2008 una cátedra para la difusión del conocimiento científico.

G.H. Hardy, aparte de ser eso, un genio de las matemáticas, pues era una persona absolutamente excéntrica, radical y a mí me enamora.

"Amor y matemáticas" puede ser atractivo para un lector que no sepa nada de matemáticas, ahí puede encontrar una historia romántica, de lucha del autor, la lucha para entrar en una Universidad en la que no se permitía la entrada a judíos y después la emigración a EE.UU. desde muy joven también se puede entender como un libro divulgativo de una parte muy dura de las matemáticas y también como un ensayo sobre la belleza de estas y un punto de vista filosófico de las matemáticas. En "La música de los números primos" como en el resto de sus libros, Marcus de Sautoy hace lo siguiente: A través del estudio de un problema, acercar a un lector no matemático a lo que es, yo diría, la alta investigación matemática, y su gracia es que tiene la capacidad para explicar el lenguaje de la vida cotidiana y en hechos de la vida corriente fenómenos que son característicos de problemas matemáticos que llevan muchos años en estudio.

"Apología de un matemático", como su propio nombre indica, es una apología hecha por Hardy donde trata de mostrar la belleza de las matemáticas y los pilares en que se basan unas buenas matemáticas, que son, pues la belleza, ya lo he dicho, el rigor y sobre todo, la inmortalidad, que nada puede cambiarlos. Lo que va haciendo es presentando algunos resultados matemáticos muy sencillitos para mostrar que se cumplen esas tres condiciones y para acercar a un lector no especialista al trabajo de un matemático.

El autor explica bien el problema que tenemos con las matemáticas, con la forma que las contamos a los jóvenes estudiantes y es que las contamos a menudo como una cosa muy obtusa, muy dura, muy abstracta y él sugiere que las matemáticas son mucho más bellas que eso.

Porque los matemáticos nunca se han preocupado demasiado de hacer divulgación de su trabajo, pero es absolutamente imprescindible, más cuando hay muchos capítulos de las matemáticas que antes no se aplicaban y hoy se aplican, por ejemplo, el libro de Marcus de Sautoy concluye con el hecho de que los números primos hoy en día son imprescindibles para lo que es la creación de códigos de seguridad que funcionan por internet. Por ejemplo, nuestro DNI, todos llevamos asociados dos números primos, aparte del ADN, tenemos dos números primos asociados que son los que marcan el chip que llevamos en el carnet de identidad.

Las matemáticas son cada vez más necesarias y necesitamos cada vez más gente que sepa matemáticas, de hecho en el último informe, el 10% del PIB español tiene que ver con profesiones relacionadas directamente con las matemáticas y eso va a ir en aumento. Yo creo que todos los matemáticos coincidimos en que tenemos alma de poeta y que hacer matemáticas es hacer arte, si lo piensas, es la misma estructura, primero, conoces las técnicas, como un pintor, como un poeta conoce la métrica, luego buscas inspiración y luego tratas de hacer algo diferente, eso es lo que hacen todos los artistas.

(minuto 7:08)

Le acaban de conceder el Premio Reina Sofía de poesía iberoamericana por el conjunto de su obra. Cuando usted empezó a publicar poemarios por lo años 60, ¿soñaba con alcanzar este prestigio y este reconocimiento tan generalizado?

-No, eso queda muy lejos, cuando tú tienes 20 años o 21 o 18, el decidir que uno se enfrenta a algo como para mí era entonces, qué sé yo, lo que escribía Pablo Neruda, "yo quiero entrar allí", es tan importante el pensar lo que te queda en cuanto a esfuerzo, si será posible, si no será posible, etc., que esto que usted me plantea aquí queda tan lejos, afortunadamente.

Joan, leyendo su obra completa, todos los poemas, 1975-2015, yo creo que se confirma algo que creo que usted ha dicho en más de una ocasión y leo que la poesía es la razón de mi vida y que, sin ella, carece de sentido, ¿lo ratifica  ahora a sus 81 años?

-Más que nunca, fíjese usted, yo trabajé en arquitectura, yo soy arquitecto, he trabajado en cuestiones de seguridad, en cálculo de estructuras, hay un libro mío que se titula "Cálculo de estructuras", y bueno, llegó un momento en que mi trabajo público de arquitecto yo lo abandoné, lo abandoné porque murió mi hija, simplemente, y no me vi capaz de enfrentarme al mundo profesional con todas sus, sobre todo, relaciones humanas, constructores, propietarios, políticos, funcionarios y a partir de, estoy hablando de principios del siglo XXI, pues me concentré, ahora eso, nunca dejé de escribir, lo que pasa es que el lugar de escribir cambió, el lugar de escribir básico eran bares cercanos a las obras donde yo ejercía, y, por lo tanto, lleno de albañiles gritando y la gente de la construcción suele ser alegre y bueno, no me preocupaba nada, yo estaba en un rincón escribiendo antes de la visita de obra. Ahora suelo escribir en casa.

¿La poesía le ha ayudado a sobrellevar temas como el paso del tiempo, la pérdida de seres queridos, el temor a la propia muerte? Bueno, los grandes temas del individuo.

-No hay otra manera, a eso obedece la cultura, es que la cultura no es más que esto, el simio no tiene esto porque no tiene estos problemas, nosotros con nuestros problemas necesitamos esto y esto se llama cultura. Búsquela usted donde quiera, donde la persona humana combate todas sus tragedias, ahí empieza siempre la cultura. No empieza en el fútbol la cultura, empieza en la poesía, empieza en un acto misterioso que es la persona mirándose en una obra de arte, mirando un cuadro, leyendo un libro, etc., etc. ¿y qué busca esa persona? Busca una cosa misteriosa que es que la obra de arte se convierte en un espejo y esa persona dice: "¿Pero si soy yo?" Sí tu puedes decir, "pero si soy yo", leyendo un poema, ese poema, misteriosamente, no me pregunte por qué, porque no lo sabe nadie, misteriosamente eso consuela.

Con la experiencia, ¿uno sabe si ha escrito un buen poema o no?

-No, eso también es un antídoto de la vanidad. Un buen poema no se reconoce con absoluta seguridad hasta una o dos generaciones después, por lo tanto, la vanidad del escritor es de las cosas más imbéciles que hay.

(minuto 21:00)

Sin duda es uno de los poetas vivos más importantes. No sé si ha publicado como 30 poemarios, y además lo ha hecho siempre escribiendo indistintamente en catalán y castellano.

La elección del idioma, ¿surge de manera natural?

-No, no, no, yo sufrí mucho con este tema. En cuanto yo me planteo escribir poesía es en la posguerra, con Franco mandando en este país, imponiendo la lengua castellana a bofetadas. El castellano es lo mejor que me dio Franco y no se lo pienso devolver, que eso vaya por delante. Bien, una vez dicho esto, cuando a mí me viene este ataque de la poesía, de decidir ser poeta, hubo un silogismo muy sencillo, la poesía es cultura, mi cultura es el castellano, ya está el lío armado, yo intento escribir y escribir poesía solo en castellano y no funciona, hasta que un día a través de Martí i Pol, me pregunta, le pregunta a su hija: "Este hombre que escribe estas cartas, ¿puede escribir poemas en catalán?". Y yo cuando leo esto, pienso: ¿Y si fuera esto? Son diez años que no son inútiles, pero yo no empiezo a escribir hasta casi tener 40 años en catalán. Busque usted un solo gran poeta que haya escrito grandes poemas en una lengua que no sea la materna, la suya materna, no hay ni uno y llevo 40 años buscándolo.

Usted tuvo una formación científica, arquitecto jubilado, catedrático de estructuras, yo me imagino que esa formación ha tenido que incidir de una manera especial en su poesía, ¿no?

-No, ha sido elegida en función de la poesía, es decir, hay un mito que mantenemos desde el Romanticismo y sobre todo ha hecho estragos en el posromanticismo, que es el mito de que no puede haber un gran poeta si en él poesía y vida no coinciden. Esto es una solemne estupidez también me perdonarán, pero ¿hay algo que pueda coincidir en magnitud y servicio a la vida? Yo creo que no, es que ni un lampista, ni un arquitecto, ni un Papa de Roma, nadie puede decir lo mío y mi vida coinciden. No, la vida está por encima y por debajo de todo. Yo para ser poeta lo primero que necesito es estar vivo, es decir, tener una vida.

¿La profundidad de un poema es equiparable a la profundidad de una novela? ¿O es una comparación absurda?

-Bueno, son dos tipos de profundidades o si quiere usted, son son distintos caminos para llegar a la misma profundidad, me vale cualquier cosa, si, claro, o una tela de Gauguin, ¿no? Son distintas maneras de llegar a aquel espejo para que el que mire o lea diga "ese soy yo".

¿Y el lector de poesía es un lector especial, cree usted?

-No, pero es un lector que ha salvado una barrera, que además, vuelve a ser un fruto del Romanticismo, el Romanticismo que nos dio tantas cosas positivas y magníficas dejó también unos rastros horrorosos, aquel que decíamos de poesía y vida, decir que la poesía y la vida es lo mismo, pero en esta trampa cae Stefan Zweig, que es una persona notable y cuando ve a Rilke dice: "por fin, un poeta en el cual vida y poesía es lo mismo", el mismo Rilke que antes de morir dijo: "Ojalá hubiera tenido un trabajo", que hubiera hecho mejores poemas y todo.

¿Sigue escribiendo pensando que el mejor poema aún está por llegar?

-Es que uno no busca el mejor poema, es que vas de un tema a otro, una cosa te lleva a otra, estás buscando lo mismo siempre, siempre buscas lo mismo, ser un consuelo para alguien.

Hace escasos días cumplía 81 años, cuando usted mira hacia atrás y repasa lo que ha sido su vida personal y su vida literaria, ¿cómo la ve? ¿la ve razonablemente feliz?

-No, no me gusta hablar de felicidad. Hay veces que uno acierta en lo que la vida le plantea, otras veces que no aciertas y entonces la vida no es una línea recta naturalmente, no es ni tan solo una curva conocida, es un guiñapo, el cual recorres lo mejor posible y lo recorres salvándote, sobre todo, de las frases hechas, de los eufemismos, de toda esa gran capacidad que tiene la humanidad para engañarse y que tú has de intentar soltar, como, por ejemplo, se aprende de los errores, ¿cómo se aprende de los errores, si cuando acabas de hacer uno, ya estás haciendo el otro? Es decir, la vida es esto, y cuando te das cuenta ya ha pasado.

(minuto 26:40)

Si pienso en cual podría ser el mejor final para un programa homenaje como este de hoy, solo se me ocurre este:

Final del recital

Me deslumbran los focos mientras miro
hacia esa oscuridad en la que estáis vosotros,
los focos son esa ilusión creada por la sombra
desde donde escucháis la claridad de mi ceguera.

Todos llevamos dentro de nosotros un auditorio oscuro,
escuchando en silencio alguna historia
de seducción sin esperanza.

Amar es ser distante, el amor es ser un extranjero.

Y vosotros sois la hospitalidad de este silencio
que me ha estado escuchando aún sabiendo que dejo de existir
en vuestra intimidad, que no habré sido
más que la sombra amada de algún otro.



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