domingo, 20 de abril de 2025

Libertad ¿para qué?

Cuando Lenin lanzó esta pregunta a Fernando de los Ríos, el socialista español la interpretó en el sentido más absoluto posible: el revolucionario ruso despreciaba la libertad.

No se le ocurrió, o no quiso, pensar en qué libertades concretas, y de quién, y en qué casos, pueden chocar entre sí. Ni en cuántas situaciones se limitan unas u otras libertades, en función de las necesidades o intereses de quienes tienen libertad para coartar la de otros. Ahora mismo, los defensores de los valores de "Occidente" estudian implantar de nuevo el servicio militar obligatorio, que puede acabar para muchos hasta con la libertad de seguir vivos.

El significado íntimo de la palabra es clarísimo, pero el término es tan polisémico que admite interpretaciones de lo más diverso: hasta diez acepciones recoge el diccionario de la RAE.

Para Spinoza era sobre todo el conocimiento, y el reconocimiento, de la necesidad (y de la posibilidad, naturalmente), y tiene límites naturales. Salvo el padre Nicanor Reyna bajo los efectos del ¿chocolate?, nadie tiene la libertad de levitar. Las libertades son de geometría variable, y hasta un preso puede tumbarse en su celda, salvo que mida un metro cuadrado; y si lo dejan podrá dar vueltas por el patio de la prisión.

De este modo, las libertades que reivindicamos son las que consideramos posibles, y dependen además de limitaciones a su ejercicio impuestas por quien es libre para imponerlas.

Por eso dice Marx que “La aplicación práctica del derecho humano de la libertad es el derecho humano de propiedad privada”, a través de la cual todo ser humano encuentra en otros seres humanos, no la realización, sino, por el contrario, la limitación de su libertad.

"Toda propiedad es, por definición, privada"


La pérdida del alma o de una buena parte de ella

Francisco Umpiérrez

En su excelente obra teórica titulada Sobre la cuestión judía, Marx formula la siguiente idea: “…el derecho humano de la libertad no se basa en la unión del ser humano con el ser humano, sino, por el contrario, en la separación del ser humano con respecto al ser humano. Es el derecho a esta disociación, el derecho del individuo delimitado, limitado a sí mismo”. Después Marx añade lo siguiente: La aplicación práctica del derecho humano de la libertad es el derecho humano de propiedad privada”. Por último, Marx remata estas dos ideas en los siguientes términos: “Aquella libertad individual y esta aplicación suya constituyen el fundamento de la sociedad burguesa. Sociedad que hace que todo ser humano encuentre en otros seres humanos, no la realización, sino, por el contrario, la limitación de su libertad”.

Si leemos a fondo esta idea y vamos más allá de su delimitación en el marco de los derechos humanos, entenderemos, a pesar de que nos consideremos más de izquierda y más revolucionario que nadie, que en muchos ámbitos somos más burgueses de lo que pensamos. Si tú te consideras mejor que el otro porque, por ejemplo, sabes más filosofía, tú practicas con el otro la disociación y el otro se presenta como un límite a tu expansión. El otro representa para ti la negación en vez de la realización. Si tú miras al otro de continuo con ojos críticos, porque crees estar dotado de conceptos excelentes, no encuentras en el otro tu extensión como persona, sino tu limitación. Y si te mueves por el mundo como un mero observador, dedicado a clasificar a las personas en idóneas o no idóneas para tu causa, a la que consideras revestida de máxima excelencia y máximo valor, sin apenas notarlo te separas del mundo, en cuanto te separas del otro; replegándote sobre ti mismo y albergando la ilusión de que con la negación del otro tú conquistas la superioridad moral. Consideras que tú vives en un mundo espiritual superior y mejor. Y lo que en verdad se produce es tu aislamiento del mundo. Es, en palabras de Marx, el derecho o la libertad que tienes a la disociación, limitándote a ti mismo. Te vuelves, sin apenas advertirlo, más pequeño y aislado, aunque para tus adentros te consideres que eres espiritualmente más grande que el otro y que vives cargado de notoriedad y sociabilidad.

Y así pierdes buena parte de tu alma y te empobreces día tras día sin que te apercibas de ello.

(Por alma entenderemos la conjunción y unidad del pensamiento y de los sentidos, de la inteligencia y de la sensibilidad, de la cabeza y del corazón).

sábado, 19 de abril de 2025

Mientras nos "echen" de comer...

Este vídeo lo encontré en arrezafe, dentro de una publicación titulada significativamente "China juega al GO, EEUU a los dardos".

Sería preocupante  que los dardos americanos pudieran estropear la partida, según su ancestral costumbre, pero parece difícil que puedan invadir o destruir tantos países para robarles el grano, como hicieron con el petróleo iraquí, o extorsionarlos a todos "a la ucraniana".

El caso es que los BRICS+ han acordado establecer un mercado interno de cereales y otros productos agrícolas que, sorteando el dólar y utilizando otras monedas, les facilite la seguridad alimentaria.

Esperemos que haya para todos. ¿Podrán convertir la mesa en mesa de negociaciones?

Usando la secuencia del menú herramientas, subtítulos, inglés, traducir automáticamente, español, se obtiene una traducción muy aceptable, aunque alguna vez los BRICS aparecen como "ladrillos", algo parecido a la interpretación despectiva de los PIGS...

viernes, 18 de abril de 2025

Clima físico y clima político

Si el primero se recalienta, el segundo está que arde.

Poco que añadir a los argumentos desarrollados en este artículo. De un plumazo el militarismo rampante acaba con la preocupación por la cacareada sostenibilidad. Acapara recursos de todo tipo, sustrayéndolos a las de por sí menguadas posibilidades de enderezar la ruta fatal por la que esta civilización se dirige al despeñadero.

Todo ello ha sido concienzudamente preparado desde hace mucho para mantener el dominio mundial de un solo país, el más depredador. Ni siquiera eso es exacto, porque solo se trata de salvar a la élite capitalista que lo controla. La alcanzará también el problema, pero hace lo posible y lo imposible para retrasar su propio final. Pero "después de mí, el diluvio".

Cualquiera que no cierre los ojos ni el entendimiento puede enterarse que el final de la Guerra Fría acabó con la razón de ser de la OTAN, pero había que mantenerla a toda costa para justificar el gran tinglado financiero-militar-industrial que engrasa y hace huir hacia delante al capitalismo. El militarismo, además, acaba con las libertades, porque ante la amenaza de guerra todo el que se le oponga es un peligroso quintacolumnista.


Rearme versus acción climática y ecosocial

Miguel Pajares
Antropólogo social, miembro de Ecologistas en Acción y escritor
03/04/2025

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, habla en la Academia de Oficiales del Ejército en el Castillo de Frederiksberg, Dinamarca. Ritzau Scanpix/Emil Helms vía REUTERS












El gasto militar de los países no ha hecho otra cosa más que crecer en las últimas décadas. El flujo de exportaciones e importaciones de armas había bajado entre 1980 y el año 2000, pero después ha crecido de forma continuada, según los datos que aporta el Instituto de Investigaciones por la Paz de Estocolmo. Cada vez se destinan más presupuestos y más recursos a la fabricación y la adquisición de armas y, no nos engañemos, ya se hacía mucho antes de la guerra de Ucrania. Pero lo que ahora estamos viviendo es un formidable impulso a la carrera armamentista.

Ese constante incremento del militarismo y el impulso que ahora se le quiere dar esconden un pavoroso desprecio a la emergencia climática. Se le dedican ingentes cantidades de dinero que deberían están invirtiéndose en la transición ecológica y se gastan enormes cantidades de recursos, como los metales críticos, que tenderán a agotarse y deberían reservarse para las tecnologías verdes. Por no hablar del gasto en combustible que suponen los ejércitos y de las emisiones de gases de efecto invernadero que ello conlleva. Unas emisiones que, por cierto, los gobiernos se empeñan en no incluir en sus compromisos de reducción. ¡Como si no existieran!

El auge de la industria militar retrae recursos de la acción climática por varias vías. Por ejemplo, como ha explicado el Centre Delàs, atrae a ingenieros e investigadores que dejan otros sectores como el de las tecnologías verdes, o resta dinero a los proyectos de I+D relacionados con el clima porque aumenta el que va a parar a la investigación armamentista. Pero aquí quiero resaltar el impacto que tiene sobre los metales críticos utilizados para la transición energética. La energía eólica requiere el uso de imanes permanentes y utiliza metales como neodimio, disprosio y praseodimio, del grupo de las tierras raras. La energía solar también necesita metales que no son abundantes, como la plata, el cadmio, el telurio, el indio, el selenio y el galio. La electrificación a gran escala requiere mucho cobre. Además, si está basada en energías renovables, necesita formas de almacenamiento de la electricidad. La principal de ellas son las baterías, y un amplio desarrollo de estas también implica una alta demanda de ciertos metales y semimetales como el cobalto, el litio y el grafito, y de otros como el manganeso y el níquel. La producción de hidrógeno verde es otra forma de almacenamiento de electricidad, pero igualmente requiere metales, como el níquel, el platino, el paladio o el iridio.

Pues bien, muchos de los metales que requieren las tecnologías verdes son los mismos que demanda la industria armamentista. Tal es el caso del cobre, necesario para el cableado eléctrico y la fabricación de radares y sistemas de comunicación; el níquel, para las aleaciones de los motores de aviones; el cobalto, para baterías y blindajes; el litio, para sistemas electrónicos y drones; o las tierras raras, para los motores eléctricos.

La Agencia Internacional de la Energía dijo en el 2021 que para la transición energética sería necesario multiplicar por grandes cantidades la minería de los metales mencionados —por ejemplo, por 42 la de litio—. Y lo que ahora se nos anuncia es que vamos a necesitar muchos más minerales que los que dijo la AIE, puesto que la carrera armamentista también los requiere a gran escala. Ya mostré, en el libro Bla-bla-bla, el mito del capitalismo ecológico, que no hay metales suficientes para el tipo de transición energética que quiere hacer el capitalismo; pero, mucho menos los habrá si la carrera armamentista los acapara.

Y lo que es peor: la conjunción de la transición energética con la carrera armamentista conlleva un enorme desarrollo de la minería, algo que es muy inquietante, porque la minería es un proceso industrial que comporta daños enormes al medio ambiente. Tales daños se han ido cargando sobre los países del Sur Global, y lo que ahora se pretende es hacerlo a mayor escala. En estos últimos días se ha dicho que la Comisión Europea quiere que las minas de nuestro territorio provean de los metales críticos que necesitamos, pero no es eso lo que ha dicho en su reciente documento sobre proyectos estratégicos; lo que ha dicho exactamente es que quiere que lleguemos a producir el 10 % de ellos. Por tanto, los impactos medioambientales de la minería seguirán siendo sufridos por los países empobrecidos que han sido sometidos por el capitalismo global al rol de proveedores de materias primas.

La carrera armamentista no dirige a la humanidad hacia las transformaciones que tenemos que hacer para evitar el colapso ecosocial, sino que la encamina justamente en la dirección contraria. Las acciones necesarias para afrontar la emergencia climática, como son la cooperación internacional y el mutuo apoyo, la concentración de los recursos en la mitigación y la adaptación, las transformaciones de nuestros sistema productivo y de consumo, o la gestión cooperativa de los desplazamientos humanos, se dejan de lado en pro de un rearme que sigue concentrando la riqueza en las élites, avanza hacia la extinción de unos recursos que son claramente finitos y continúa con el modelo de crecimiento económico que nos ha traído hasta aquí.

¿Tiene algún sentido esta apuesta por acelerar la carrera armamentista? Para el capitalismo, parece que sí. Es un recurso para el mantenimiento del sistema cuando las crisis se agudizan o el crecimiento económico se resiste. Es una huida hacia adelante para una nueva fase de desarrollo económico basada en la industria de la guerra; una apuesta por el armamento como impulsor de nuevas oportunidades de negocio y crecimiento económico. Es una forma de desviar fondos públicos hacia la élite capitalista, tanto hacia el capital financiero, que compra la deuda pública utilizada para la adquisición de las armas, como hacia el capital de la propia industria armamentista, como hacia las tecnológicas que proveen de inteligencia artificial, ciberseguridad, etcétera. No importa que la carrera se lleve por delante al gasto social y la acción climática.

El desarrollo del militarismo es también la forma que utiliza el capitalismo para enfrentarse a los conflictos, presentes y venideros, pues trata de asegurarse de que, en última instancia, podrá sofocar las revueltas una tras otra. Precisamente, la emergencia climática y la crisis ecosocial encierran la amenaza de que se produzcan situaciones muy conflictivas, y lo que hace la carrera armamentista es prepararse para resolverlas a base de exterminios. Todo ello nos anuncia un futuro muy violento.

La carrera armamentista llevaba tiempo en auge cuando Trump sacó de golpe a Europa de su ensoñación. Esta había sido fiel a los intereses estadounidenses y había alimentado la guerra de Ucrania, ¡resiste Ucrania, que estamos contigo!, mientras le interesó a los Estados Unidos y proveyó de las armas, pero de repente eso cambió, y de ahí ha derivado el actual programa de rearme europeo.

ReArm Europe es un plan armamentista de grandes dimensiones. Se justifica aduciendo a la «amenaza rusa», es decir, a la posibilidad de que Rusia, animada por una paz diseñada por Trump que la beneficia, opte por seguir invadiendo países europeos, algo que cualquier analista que no se haya dejado obcecar por la propaganda belicista puede ver que no tiene sentido alguno. Rusia, después de tres años de guerra, ni siquiera había logrado conquistar todo el Dombás, una región cuya población era prorrusa, y es por tanto descabellado suponer que quiera embarcarse en una aventura bélica de mucha mayor envergadura —contra la UE y contra la OTAN—. No hay el más mínimo indicio de que Rusia tenga planes para la invasión de países de la Europa occidental, por más que la nueva propaganda belicista que nos abruma nos lo anuncie a todas horas.

Pero, ¿qué es, exactamente la «amenaza rusa»? Se trata de un constructo que ha estado cocinándose durante tres décadas por parte del bloque atlantista, o sea que no es nuevo. Y su objetivo siempre fue dar aliento a la carrera armamentista. Rusia, tras la desaparición de la Unión Soviética, buscó —se podría decir que imploró— ser admitida como amiga en el bloque occidental. Yelsin impuso el programa neoliberal, siguiendo las indicaciones del FMI y del Banco Mundial, y esperó las ayudas correspondientes. Pero estas nunca llegaron. ¿Por qué? Porque Estados Unidos había elegido otro destino para Rusia. Estaba contenido en lo que se llamó la «doctrina Bush» —hablamos de los tiempos de Bush padre— que había elaborado Paul Wolfowitz, el que después sería Secretario de Defensa, pero que desarrollarían sobre todo Dick Cheney y Colin Powell. El destino elegido para Rusia era el de mantener la «amenaza rusa», ahora que había desaparecido la «amenaza comunista», única manera de seguir justificando la existencia de la OTAN. Esta organización era muy importante para el mantenimiento de la hegemonía mundial de los Estados Unidos, pero, una vez disuelto el Pacto de Varsovia, había perdido su razón de ser. Sin embargo, la cosa cambiaba si se provocaba lo suficientemente a Rusia como para que reaccionara de forma hostil.

¿Cómo podía lograrse tal cosa? Muy sencillo: acercando la OTAN a la frontera rusa. En 1999 se unieron a la OTAN Polonia, Hungría y la República Checa. Putin, que llegó a la presidencia rusa en ese mismo año, lo primero que hizo fue pedir el ingreso de Rusia en la OTAN. Le dijeron que no. Pidió también algún tipo de asociación económica con la Unión Europea. Le dijeron que no. En cambio, en el 2004, entraron en la OTAN Bulgaria, Estonia, Letonia, Lituania, Rumania, Eslovaquia y Eslovenia, países que habían formado parte de la Unión Soviética o del Pacto de Varsovia. Putin dijo que no consentiría que la OTAN siguiera acercándose a sus fronteras y, en la 43ª Conferencia de Política de Seguridad celebrada en Múnich, en el 2007, marcó una línea roja: Ucrania y Georgia. Pero lo que la OTAN quería era reforzar la confrontación, así que, en el 2008, invitó a esos dos países a unirse a la organización. Ucrania cambió su constitución en el 2019 para poder pedir la adhesión a la OTAN, y en el 2021 la OTAN declaró esa futura adhesión, aunque sin fijar una fecha.

Desde que acabara la Guerra Fría, el bloque occidental —EEUU, UE, OTAN— ha estado promoviendo el auge armamentista y buscando todo tipo de excusas para justificarlo. En el año 2002, Estados Unidos abandonó unilateralmente el Tratado de Misiles Antibalísticos, dando la patada al sistema que se había construido para la no proliferación de armas nucleares. Después, inició la instalación de su sistema antimisiles en la Europa del Este, un sistema de lanzadores que su presentó como defensivo, pero que podía reconvertirse fácilmente en ofensivo, ya que puede disparar misiles de crucero Tomahawk. En el 2019, Estados Unidos también abandonó unilateralmente el Tratado sobre Armas Nucleares de Medio Alcance. Resumiendo, Estados Unidos, más que ninguna otra potencia mundial, ha sido el gran impulsor de la carrera armamentista. ¿Cómo si no su gran industria militar podía seguir haciendo negocio?

¿Justifica eso la invasión rusa de Ucrania? En absoluto. Pero sí nos dice algo sobre el reparto de responsabilidades sobre lo que ha pasado. Y, sobre todo, nos muestra cómo se ha construido el relato sobre la «amenaza rusa». Una amenaza que ahora se vuelve a invocar para dar un nuevo impulso a la carrera armamentista.

Pero, ¿hay realmente algún tipo de amenaza rusa? Desde luego que sí: la que representa el fuerte apoyo que Putin da a la extrema derecha europea. Putin es un autócrata nacionalista de extrema derecha que tiene un considerable apoyo popular derivado de la humillación a la que Rusia ha sido sometida por parte del bloque atlantista. Putin y su gobierno son una amenaza para la democracia, qué duda cabe, pero es la misma amenaza que tenemos dentro de la Unión Europea. Es la amenaza que representa la extrema derecha. Sin embargo, se trata de una amenaza que no puede resolverse comprando armas, porque si a alguna opción política favorece la carrera armamentista es a la derecha y más aún a la extrema derecha.

El armamentismo incide en la conciencia colectiva afianzando el pesimismo sobre el futuro, ya que la paz y el entendimiento dialogado entre países parecen inalcanzables, y eso es caldo de cultivo para las opciones políticas más centralizadoras y autoritarias. El ardor armamentista deteriora la democracia, porque se asocia con poderes fuertes. Todos los contextos belicistas han traído siempre consigo la pérdida de libertades y derechos. La extrema derecha ve en esos contextos reforzados sus planteamientos autoritarios. La creación del enemigo exterior —en este caso, la «amenaza rusa»incentiva la euforia nacionalista: el pueblo ha de unirse contra ese enemigo y así quedan en segundo plano los conflictos sociales. ¡Todo por la patria! 

La extrema derecha aprovecha siempre su crecimiento para poner trabas a la acción climática y, lamentablemente, tiene bastantes éxitos en ese empeño. Pero, para concluir, quiero también resaltar que el auge del armamentismo refuerza el discurso belicista que utiliza la extrema derecha cuando habla sobre inmigración, ya que incluye propuestas como la militarización de las fronteras o la utilización del ejército contra la entrada de inmigrantes. Y va contra los avances del feminismo, porque la sociedad igualitaria y de cuidados que este propugna se ve retraída frente a la fuerza de las armas, la política de la guerra y la imposición de las acciones de gobierno por la violencia.

jueves, 17 de abril de 2025

Trump - oso, rídículo y peligroso

Mucho se discute su estrategia. Para algunos da palos de ciego y está liquidando la economía que pretende salvar. Otros entienden que la suya no es más que otra respuesta orientada a lo mismo que han practicado todos los anteriores presidentes del Imperio Americano: explotar a los países sometidos y destruir a los que no se sometan. Eso no quita que unos presidentes hayan sido peores que otros.

Este personaje grosero carece de todo pudor y sentido del ridículo, pero le da igual. En la antigüedad los esclavos no eran personas. Al ser considerados "cosas", poco importaba su presencia en situaciones que se evitaban en público. El gran millonario también desprecia a los que considera que son menos que él. ¿Qué más le da lo que opinen?

El humor florece en las dictaduras como válvula de escape y la caricatura política tiene un pasado fecundo. Este personaje ya ha sido catalogado como dictador a partir de sus impresentables decretos. Además, ¡es tan fácil caricaturizarlo!

Valga el desahogo. He aquí algunas caricaturas de este personaje tan ridículo como perjudicial.

DONALD TRUMP: garrafa de veneno y bayeta sobre caja. Primer premio Internacional de caricaturas. Autor: ASIER SANZ diseñador gráfico e Ilustrador:








Este pájaro de nueva especie ha recibido el nombre de arancelillo, luego de ser descubierto merodeando por Groenlandia:


Finalmente, nadie mejor que el genial Chiquito de la Calzada para interpretarlo (¿o será al revés?):

Figura y fondo: contextualizaciones e interrelaciones

Para entender la figura hay que situarla. Nada hay independiente de las relaciones que establece con el entorno. De ahí la necesidad de contextualizar y el fracaso de los planteamientos absolutos. Yo soy yo y mi circunstancia, y eso es extensible a cualquier "nos-otros".

Estado y sociedad civil son en su funcionamiento tan inseparables como la sintaxis y la semántica en el uso del lenguaje. La semántica llena los conceptos que la sintaxis enlaza, conceptos que estarían vacíos sin su relación con otros. Así, "pueblo" es una comunidad, sociedad organizada por una determinada cultura en su propio espacio, y posee un patrimonio que sitúa la cultura en ese espacio, que es el territorio de la sociedad.

interrelaciones

La estructura social incluye de modo inseparable la sociedad civil y su organización como Estado. Por eso es falaz oponer ambos conceptos. Sea de buen grado o forzadamente, hay un consenso social que mantiene todo el entramado. Los gobiernos reflejan siempre un estado de ánimo de la sociedad, que solo cuando se rompe provoca cambios revolucionarios.

Los Estados fascistas, autoritarios, se implantan a través de ideas que calan en la sociedad. Esto vale también en sentido contrario, porque la ideología reformadora precede siempre a la reforma. Habrá individuos abiertos en sociedades abiertas, serán dinámicos y valientes si los rodean otros individuos dinámicos y valientes, y aceptarán los cambios si quienes se relacionan con ellos son tendentes a cambiar.

Por eso la psicología es inseparable de la sociología. El individualismo insolidario que se está inyectando en las sociedades, a todos los niveles, las disgrega y disuelve, y las destruirá por completo si no reaccionamos a tiempo.


Nada es fácil

Francisco Umpiérrez

Trump está poniendo al mundo patas arribas, pero no nos equivoquemos: al mundo capitalista. Todo el idealismo sobre el capitalismo, incluida su democracia, Trump lo está haciendo trizas. Marx está más vivo que nunca y Hegel también. Pero están vivos más como necesidad que como realidad. El mundo se ha vuelto tremendamente complejo y el capitalismo está viviendo una de sus mayores crisis de los últimos cincuenta años. Por eso necesitamos a Hegel y necesitamos a Marx: son los mayores artífices del pensamiento complejo y profundo. Hoy no les iba a hablar de este tema, pero del tema que hablemos siempre hay que contextualizarlo. No deberíamos hablar de lo que sea sin contextualizar, sin indicar el fondo en el que nos movemos, la fase nueva en la que se encuentra el capitalismo global. La ventaja ideológica de Trump: nos vuelve más materialistas y pone en jaque el idealismo que domina en los políticos que gobiernan la UE. No cabe duda: debemos fortalecer el Estado y no dejar el llamado mercado libre a la mano de Dios. Dejar el mercado libre a la mano de Dios, que es la supuesta mano invisible de la que hablara Adam Smith, es dejar el mundo en manos de la persona egoísta, que convierte el interés general que se encarna en el Estado en un medio para enriquecerse sin límites y sin control. Hoy más que nunca necesitamos al hombre y la mujer morales, que no es otra cosa que reclamar que la persona como miembro del Estado debe predominar sobre la persona como miembro de la sociedad civil. El Estado no puede dejar su base, esto es, la sociedad civil, a su libre albedrío. Si lo hace, el caos se apoderará de nuestras vidas. Repito: no quería hablar de este tema, pero quería contextualizar.

Cuando estudiamos Lingüística, por una parte, estudiamos semántica, y, por otra parte, estudiamos sintaxis. Pero cuando hablamos y escribimos la sintaxis y la semántica se dan juntas. En la Universidad hay personas que estudian Psicología y otras personas estudian Sociología, otras estudian Historia y otras estudian Economía. Pero en la vida real la psicología de una persona está unida a su vida sociológica, así como a la historia de su vida, e igualmente a sus determinaciones económicas. Cuando estudiamos, todo lo estudiamos de forma separada, pero en la vida real todo se da de forma conjunta e interrelacionada. Me decía un amigo que sus hijos deberían comunicarse más, que el fallo de su falta de acercamiento mutuo estriba en su falta de comunicación. Pero aquí mi amigo cae en el fallo del formalismo y en el fallo de la superficialidad. ¿Por qué no se comunican adecuadamente sus dos hijos? Porque entre ellos no hay confianza, no hay transparencia, no se respetan mutuamente como debieran, y no se conocen. Con esto trato de indicar que cuando hablamos de un aspecto de la vida, por ejemplo, la comunicación, debemos incluir más aspectos. La vida de cualquier persona no se desenvuelve en departamentos estancos, sino en una compleja e intrincada relación de aspectos.

También me decía este amigo que uno de sus hijos es poco práctico y que él lo está presionando para que sea más práctico. Pero su hijo solo será más práctico, si quienes le rodean, si con las personas que conviven, son prácticos. Será más abierto, solo si las personas con las que convive son más abiertas. Será más dinámico, si las personas con las que convive son dinámicas. Será más valiente, solo si con las personas que convive son más valientes. Será más tendente a los cambios, si las personas con las que conviven son tendentes a los cambios. En suma, para que una persona sea psicológicamente distinta, tiene que ser sociológicamente distinta. Su ser psicológico no experimentará cambios si su ser sociológico no experimenta cambios. De ahí que yo tenga preferencia por hablar del ser psicosocial de las personas y no del ser psicológico de la persona. El primero expresa lo que en la realidad es el mundo y su marcha ineluctable hacia cada vez una mayor complejidad; el segundo expresa la concepción unilateral, formal y superficial sobre nuestro incesante y cambiante mundo global.

Nada es fácil. Todo exige muchos esfuerzos y voluntad de cambio.

sábado, 12 de abril de 2025

¿Por qué aún nos sentimos incómodos cuando oímos la palabra "comunismo"?

Lo contrario de común es descomunal. Lo opuesto a comunismo es anticomunismo.

Lo primero que hay que dilucidar es el propio significado de la palabra comunismo. Se relaciona con otras de la misma raíz: común, comunal, comunidad, comunitario, comunión, ninguna de las cuales nos pone en guardia. Comuna ya es un término más inquietante. Veamos por qué.

El término es polisémico. Puede aludir a sociedades antiguas que parcialmente compartían bienes o a una hipotética sociedad futura, una aspiración, un proyecto. Este es el significado que le dan los que se consideran "comunistas", sin que eso signifique que vivan o crean vivir o haber vivido en una sociedad "comunista". No hay ni ha habido ninguna sociedad comunista moderna.

No somos capitalistas por vivir en una sociedad capitalista; también en ella habitan los comunistas, porque el capitalismo abarca hoy por hoy el planeta entero. Y los países que se proclamaban socialistas eran simples aspirantes (corramos un velo sobre otros partidos que aún conservan tal nombre).

Otra posible definición de "comunismo" no alude a algo existente, sino a una dinámica: “nosotros llamamos comunismo al movimiento real que anula y supera el estado de cosas actuales una frase bien explícita de Karl Marx y Friedrich Engels.

Esa dinámica que amenaza con desestabilizar al capitalismo, ese sí que "realmente existente", es la que lo moviliza, digamos, en defensa propia.

Por eso el anticomunismo es un virus inoculado una y otra vez, especialmente cuando el peligro acecha, al que no son inmunes los propios comunistas, sumergidos en un sentido común propagado continuamente por los poderosos medios de que dispone el sistema capitalista. 

Durante años, en nuestra sociedad se evitaba la palabra "capitalismo". Ahora que su futuro (¡y el nuestro!) está en entredicho, se buscan fórmulas para "superarlo". "Refundar el capitalismo sobre bases éticas", llegó a decir un atribulado Sarkozy. Si de capitalismo ni se hablaba, comunismo era un termino casi obsceno. Hoy se habla ya mucho de anticapitalismo, pero la palabra comunismo sigue sonando mal, hasta el punto de que ni los comunistas la usan demasiado.

El vídeo que dejo aquí explica mucho de esta semántica perversa que ha erosionado a los propios partidos que aún se llaman "comunistas". Alguno incluso renegó del término, para sumergirse en la nada ideológica de llamarse "democrático", otro término polisémico que poco dice ya.

Los revisionismos han sido a veces rectificaciones en el seno de luchas internas, pero pocas veces han añadido algo nuevo a la compleja realidad de la lucha de clases "realmente existente". El eurocomunismo fue, junto a otros revisionismos anteriores o posteriores, otra palabra pudibunda, cuando el capitalismo piafaba triunfante. Tras las crisis que han dado fin al "fin de la Historia", es hora de volver a llamar a las cosas por su nombre.

Para subtitular en español el vídeo seguid estos pasos:

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viernes, 11 de abril de 2025

¡Pero si ya está todo dicho!

Efectivamente, todo esto ha sido dicho ya, una y otra vez. Dicho, muchas veces; oído, bastantes menos; escuchado, menos aún. Incluso quienes lo entienden bien lo apartan de la mente en cuanto pueden, porque no se puede vivir eternamente sumergido en la impotencia consciente. La costumbre normaliza lo que no podemos o no sabemos evitar y banaliza el mal.

Los que desde la cuna nos adormecen con cuentos se revisten de una capa de seriedad que cala incluso en los más críticos. Ante el atril, cualquier gobernante encorbatado parece una persona digna de respeto y atención (tal vez ese oso bailarín que se jacta de que los otros encorbatados le besan el culo y le piden perdón esté introduciendo un nuevo estilo).

Por eso, aunque todo está dicho, hay que repetirlo y repetirlo, como se repiten los lemas publicitarios; como ese que ha logrado que la CocaCola sea "la chispa de la vida".

¡Guerra no!

Antonio Fernández, escritor e historiador
Héctor Illueca, doctor en Derecho y profesor de la Universitat de València
Manolo Monereo, analista político
Augusto Zamora R., profesor de Derecho Internacional Público
04/04/2025

Un pin con el lema 'No a la Guerra' en una manifestación en Madrid. Europa Press












Desde hace meses se habla en los medios de comunicación de prepararse para la guerra, de aumentar los presupuestos para defensa, de comprar más armamento, de enviar tropas a Ucrania. En las últimas semanas se ha producido una aceleración en los contenidos e intensidad de estos discursos y mensajes en el ámbito de la Unión Europea, a la par con las declaraciones e intervenciones del Presidente de los EEUU y de las personas más representativas de su nuevo Gobierno.

Sin ir más lejos, el “honorable” presidente de la V República Francesa dice que ofrece su paraguas nuclear para proteger a Europa (con misiles un poco anticuados y oxidados, la verdad) y con él, quizá envalentonados por los misiles franceses, los jefes de Gobierno de numerosos países europeos afirman que están dispuestos a enviar tropas a Ucrania.

Siguiendo el ejemplo de sus homólogos (palabra que siempre queda bien), que no iguales, el presidente del Gobierno del Reino de España dice que también se suma a esas iniciativas, imprescindibles para garantizar la seguridad europea. Y, a continuación, todos los representantes del espectro político español, con alguna excepción, se apuntan a lo de la defensa colectiva europea con el fin de no quedarse fuera de tan importante misión pacificadora. Por su parte, el rosario de partidos de la llamada izquierda transversal ha entrado en confusión, no quedando claro si están en contra o a favor de la OTAN, si de entrada sí, y de salida no, si apoyan o no el rearme, el envío de tropas a Ucrania y, en definitiva, la guerra contra Rusia. Con tanto lío y tanta confusión, ganancia de pescadores. Pero ojo, los pobres no somos los pescadores.

El argumento principal, dicho de diferentes maneras dependiendo de la boca que lo expresa, viene a ser que Rusia es una amenaza para Europa y que está lista para invadir el “jardín europeo” (Borrell dixit) una mañana de estas. Podría ser cierto. Como no tenemos el don de la adivinación ni el de la predicción del futuro, conviene mirar la realidad tal como es, huir de la manipulación y evitar un discurso público que se ha hecho disciplinario hasta impedir cualquier cuestionamiento de las posturas defendidas por la UE y, hasta hace muy poco tiempo, por la propia OTAN.

Dicen los políticos en el “jardín europeo” que Rusia es una amenaza para la seguridad de Europa. Por cierto, y por poner varios ejemplos ilustrativos, también dijeron que los serbios eran unos criminales, que Sadam Husein tenía armas de destrucción masiva y que Gadafi era otro criminal que mataba a su pueblo. Han exprimido al máximo el mismo argumento. Todo mentira.

Lo que ha hecho Occidente ha sido destruir y desmantelar los Estados modernos que con grandes esfuerzos estaban intentando construir sus antiguas colonias, con universidades, hospitales, carreteras, escuelas, etc. Occidente ha convertido estas geografías en sufrimiento, sangre, muerte y destrucción, en Estados fallidos. Todo es ahora un caos en estos territorios que apenas pueden llamarse países. Todo, menos la extracción de los recursos naturales que salen de forma organizada y gratuita a sus destinos. Sí, mintieron antes, mienten ahora y continuarán mintiendo siempre.

Parece que Alemania, Francia y otros países no aprenden de la historia que ellos mismos protagonizaron en los últimos doscientos años. Ni siquiera de la historia del siglo XX, tan inmediatamente próxima. Y nuevamente se embarcan –y nos embarcan al resto– en un conflicto con Rusia. Europa y la OTAN han vuelto a iniciar su “Drang nach Osten”, su “avance hacia el este”, y otra vez vuelven a sonar los mismos nombres, las mismas geografías y los mismos intereses. ¡Qué insistencia!

Además, ahora, de nuevo, vuelve a estar en juego otra cosa mucho más importante. Otra vez los pueblos de la periferia capitalista, los pueblos que estaban destinados a ser abastecedores de recursos naturales, de mano de obra esclava, que estaban destinados a ser el vertedero de Occidente, han alzado la voz y están desafiando a sus antiguas metrópolis. De tú a tú. No son todos, el imperialismo se empleó bien en destrozar a la mayoría, pero aun no siendo todos, sí son lo suficientemente poderosos y desarrollados para cuestionarle a Occidente sus normas y su hegemonía. Los viejos territorios coloniales destinados al hambre y al sufrimiento construyen ahora barcos, submarinos, tractores, coches, centrales nucleares, ordenadores, aviones, misiles, armas nucleares, naves espaciales de mejor calidad, en mayor cantidad y sobre todo mucho más económicas que las poderosas metrópolis. No son todos, pero, por lo que estamos viendo, esto es sólo el comienzo. Las viejas alianzas militares y los viejos “acuerdos” comerciales están siendo radicalmente replanteados y están cambiando.

Y una cosa fundamental, la Unión Europea llama a la guerra de forma descarada. Llama a comprar, a fabricar más armamento. A crear ejércitos para ir nuevamente a la guerra contra Rusia en Ucrania. Pero hay algo que no nos dicen, que no nos cuentan. En las películas de guerra, en las noticias del telediario, en los informes semanales, la guerra parece lejana e incluso de mentira. Un espectáculo, un juego en el que da la impresión de que nadie muere de verdad. Tres minutos de imágenes de guerra seguidas de un programa de recetas de cocina. Y aquí no pasa nada.

Pero en la guerra de verdad las personas, mujeres y hombres que van y se encuentran en el frente, sufren lo indecible. Pasan hambre, frío, sed, son tiroteados, bombardeados, resultan heridos con balas o metralla que les destroza las piernas o los brazos, que les vacían el vientre esparciendo a los cuatro vientos los intestinos o les revientan la caja torácica o les arrancan de cuajo la cabeza. Eso es lo que de verdad ocurre en las guerras. Eso ocurre ahora en los frentes de Ucrania donde la población de un país está siendo inmolada para salvaguardar los intereses del viejo “jardín europeo”.

Pero no sólo sufren las personas que están en la línea de frente. Mueren y son heridas las personas que se encuentran lejos, en sus pueblos y ciudades, cuando están descansando en casa o comprando en el supermercado.

Y otra cosa, de la guerra no siempre se vuelve. Muchos desaparecen volatilizados en las explosiones, unos vuelven destrozados en ataúdes precintados, otros vuelven vivos pero también destrozados, sin piernas, brazos o sin mandíbula o ciegos o medio locos por lo vivido. Así volverán los jóvenes europeos y españoles que vayan a esta o cualquier otra guerra. Destrozados. ¿Para eso las familias de los trabajadores han criado a sus hijas e hijos? ¿Para que mueran como perros rabiosos, inmolados por los intereses de unas élites desaprensivas que no enviarán ni a uno solo de sus hijos a la matanza? Después de la guerra los pobres seguirán siendo pobres, pero además con la angustia de los hijos perdidos y destrozados.

Cuando oímos a nuestro presidente del Gobierno y a sus ministros hablar con tanta alegría y despreocupación del rearme, de aumentar el gasto militar y de enviar tropas a Ucrania, nos crece la indignación hasta lo imposible. Pero es que cuando vemos a los líderes de la izquierda transversal callar ante las políticas belicistas, o lo que es peor, justificarlas con tanta ligereza, la indignación se convierte en rabia absoluta. La pena es que esto se puede llevar por delante lo que queda de una izquierda inmersa en un proceso de profunda debilidad política y organizativa. Esta irresponsabilidad ante una guerra que, de producirse, será nuclear, debería llevar a una reflexión de fondo sobre la política, el programa y la identidad de una izquierda social y cultural comprometida con el socialismo y la superación del capitalismo.

Finalmente, hay un hilo conductor entre el conflicto de Ucrania y el genocidio del pueblo palestino: ambos constituyen la respuesta de Occidente a los cambios que se están produciendo en el mundo, su rechazo a un proceso irreversible que nos lleva hacia un orden multipolar, policéntrico, en el que EEUU ya no puede mantener su hegemonía económica, política y militar. Si algo está poniendo de manifiesto la masacre de Gaza es que EEUU y sus vasallos europeos necesitan controlar Oriente Próximo, y que el Estado de Israel no es más que su instrumento político-militar en la zona.

Cuando Karl Marx escribía sus textos y teorizaba sobre el capitalismo y la lucha de clases, lo hacía entendiendo el mundo como un conjunto de sistemas estables que tenían que acabar sus ciclos para que maduraran las condiciones del cambio, de la revolución. Sin embargo, la historia reciente de los últimos ciento cincuenta años nos ha mostrado que los sistemas son “inestables” y que existe una relación estrecha entre crisis capitalista, militarización y guerra. La capacidad de acción y actuación sobre esa inestabilidad ha sido determinante para los rápidos y contundentes cambios que se han producido y se producen en las estructuras económicas y de poder en el mundo.

Ahora, con la guerra contra Rusia en Ucrania volvemos a entrar en una aguda situación de “inestabilidad de los sistemas”. Para actuar sobre esa inestabilidad hay que prepararse sin perder tiempo. Le toca el turno a esta generación.

miércoles, 9 de abril de 2025

Tres observaciones

Que puntualizan simplificaciones habituales.

Ante realidades complejas fabricamos esquemas ordenadores de la mente, casi siempre construidos con poca reflexión. Obedecen a las leyes del mínimo esfuerzo y la economía temporal. Inevitablemente se desarrollan en medios socioculturales en los que la popularidad de las ideas no garantiza su exactitud. Deben pasar por el tamiz de la crítica.

Concuerdo con las tres anotaciones que plantea Francisco Umpiérrez. No hay grupos homogéneos. Como cada persona pertenece a muchos hay que sopesar la importancia con que cada uno contribuye a su identidad. Tanto o más que la edad, las identidades dominantes son la clase social y el grupo cultural, étnico o religioso.

Su última anotación señala la importancia de la bidireccionalidad en la comunicación. La escritura es un medio de bidireccionalidad imperfecta si no se establece una comunicación en ambos sentidos. El escritor no conoce al lector. El lector normalmente no se comunica con él. Solo la comunicación epistolar conserva una lenta y diferida bidirecionalidad.

La comunicación oral, en cambio, es inmediata: in-mediata. También puede serlo la que se establece en las redes sociales, pero la proximidad física, el gesto, la posibilidad de "hundir el dedo" en el pecho del interlocutor, la imposibilidad de borrar lo que ya queda dicho, hacen de este medio algo insustituible. Ante todo somos seres sociales para los que la proximidad, emocional pero también física, son esenciales.

Y una observación más, al hilo de la prudencia crítica: para conceptualizar correctamente, para adquirir una capacidad analítica medianamente solvente, hemos de estudiar detalladamente cada caso particular.

"Análisis concreto de la situación concreta", en palabras de Lenin.

La complejidad de lo simple













Tres pequeñas anotaciones

adolescencia, racismo y lenguaje

Francisco Umpiérrez


La serie inglesa adolescencia ha sido todo un éxito social y es bueno que las personas reflexionen sobre lo que esa serie presenta. Pero debemos ser en nuestra reflexión más cautos. No existe un grupo social que se llame los adolescentes. La diferencia principal que existe en nuestra sociedad es la diferencia entre clases sociales. Hay otras diferencias también importantes: la que existe entre mujeres y hombres, entre nacionales e inmigrantes, entre cultura e incultura, entre sociedad civil y Estado, y algunas diferencias más. Y todas estas diferencias se dan en el seno de los adolescentes.

Un amigo me preguntaba el otro día que antes, cuando la mujer no trabajaba en el hogar, los hijos estaban mejor atendidos; mientras que hoy día, al trabajar la mujer fuera del hogar, los hijos están peor atendidos. Esto es falso. Antes entre los padres y los hijos no había ni de lejos la confianza y la comunicación que existe entre ellos hoy día. La brecha generacional entre jóvenes y adultos es notablemente menor hoy día que antes. Y este hecho sociológico es una liberación y una alegría. La clave está en que el mundo de hoy día es mil veces más complejo que el de hace 40 o 50 años. Ahí es donde está el problema de los adolescentes y de todo el mundo, incluido los ricos.

El racismo no existe porque sí. La inmigración produce problemas de identidad. No resulta grato ni deseables que las mujeres musulmanas no puedan hablar en la calle con los hombres. Tampoco resulta agradable ni civilizado que las mujeres no puedan asistir a las mezquitas; y si lo hacen, no puedan perfumarse ni vestir como quieran para no tentar a los hombres. La sociedad civil está cambiando muchísimo y el Estado permanece atrasado para responder a esos cambios. Hay un problema cultural derivado de las costumbres religiosas o cuando la religión determina en exceso las costumbres. Se generan problemas de identidad, y estos provocan problemas raciales.

Hablo ahora del lenguaje. Tengo un amigo donde se produce un enorme divorcio entre su lenguaje hablado y su lenguaje escrito, hasta el punto de que cuando escribe parece una persona y cuando habla parece otra. El lenguaje escrito no debería convertirse en un escondrijo. Y en muchos casos aquello que escribimos para los otros debería hablarse con los otros. No culmines tu lucha en el lenguaje escrito. Es más decisivo, más transformador, el lenguaje hablado. El lenguaje hablado es más social, mientras que el lenguaje escrito es más individual. Deberías escribir menos y hablar más. Y otra cosa: procura escribir como hablas y hablar como escribes. Cuando escribes, en realidad estás hablando con los otros. Y no dejes que los adjetivos se coman el valor central y decisivo de los sustantivos.

Y un último consejo: se trata de pensar, esto es, de emplear con inteligencia los conceptos. Y esto no solo ni preferentemente se hace cuando estamos inmersos en los libros y hablando de los grandes temas de la actualidad, también debe hacerse, y es más decisivo en la formación intelectual, en el estudio y reflexión de los miles de problemas de la vida inmediata. Y una última cosa, la capacidad analítica de una persona se demuestra en el estudio detallado de los casos particulares.

martes, 8 de abril de 2025

"Aquí va a haber hondonadas de hostias"

...profetizaba Manuel Manquiña en un momento clave de la película Airbag en que la situación parecía fuera de control. Y fuera de todo control que no sea el de los negocios estamos ahora.

Mala cosa es que los "inversores" vean en la inestabilidad mundial una oportunidad para lucrarse, calculando que la guerra, gran consumidora, se verá acompañada de gran producción, al presente de armas y vituallas de todo tipo, en el futuro para la reconstrucción de lo destruido, calculando con su característico optimismo que habrá ocasión. "Contratistas" por aquí, contratitos por allá...

Alegraos: además de prósperas fortunas, ¡se crearán tropecientos puestos de trabajo de alta cualificación!

"A las pruebas me repito", y me seguiré repitiendo:








Los valores de defensa europeos suben con fuerza, impulsados por optimismo inversor y gasto militar

14-03-2025

El aumento del gasto militar en Europa ha elevado a las empresas de defensa, como Rheinmetall, a valoraciones comparables a las de sectores de alta demanda como el tecnológico, aeroespacial y energético.

La valoración prevista a futuro de una cesta de acciones de empresas de defensa en Europa ha subido mucho en las últimas semanas y ha igualado el PER medio de los fabricantes europeos de lujo, escribe Bloomberg citando datos de Goldman Sachs. Las acciones del fabricante alemán de tanques y municiones Rheinmetall AG casi han duplicado su precio desde principios de 2025. Esto ha provocado un aumento récord de la valoración prevista de las acciones de la empresa, que por poner un ejemplo, ahora se sitúa entre el líder del mercado de lujo LVMH y la histórica firma francesa Hermès, según informa Bloomberg.

La subida también ha afectado a otros fabricantes europeos de armamento, como Thales y Leonardo. Los alcistas bursátiles basan su optimismo en las promesas del Gobierno alemán de gastar cientos de miles de millones de euros en defensa y en el deseo de los dirigentes de la UE de seguir su ejemplo. El 11 de marzo, las acciones de Rheinmetall subieron otro 4% después de que el Partido Verde alemán dijera que estaba dispuesto a llegar a un acuerdo con el Gobierno sobre el gasto en defensa esta misma semana.

Los analistas no acaban de coincidir con el ritmo de este repunte. Desde principios de año, el precio objetivo medio de Rheinmetall se ha disparado más de un 60%, pero el objetivo para los próximos 12 meses indicaría un crecimiento de sólo el 5%. Las cuentas anuales de la empresa, publicadas ayer, podrían llevar a ajustar previsiones ya que si bien la compañía alcanzó un histórico beneficio neto de 717M€ en 2024 -lo que supone un aumento anual del 36%-, el beneficio por acción del tercer trimestre se situó en los 10,6€, lejos de los 13€ esperados por los analistas. A pesar de ello, el valor volvió a aumentar en la jornada de ayer y para este año 2025, la empresa prevé incrementar sus ingresos entre un 25% y un 30% en el marco del contexto de rearme europeo.

Lo que dicen los analistas

Bloomberg cita a Graham Benke, gestor de fondos de Amati Global Investors: «Las perspectivas de crecimiento de estas empresas [de defensa] son muy distintas hoy que hace seis meses. Puede que ahora parezcan caras, pero eso sólo se debe a que el mercado y Wall Street aún no han tenido tiempo de elevar sus previsiones de beneficios».

El mercado está debatiendo si cabe esperar un crecimiento de los beneficios de dos dígitos en este sector, afirma Robert Lancastle, de J O Hambro, que posee acciones de Thales, Leonardo y Saab. «Si el crecimiento de dos dígitos es realista -y no creemos que sea imposible- entonces, por ejemplo, las acciones de Thales no parecen demasiado caras». 

Algunos analistas creen que las valoraciones ya están excesivamente infladas, sobre todo porque las acciones de Rheinmetall se han multiplicado por más de diez desde febrero de 2022. El analista de Warburg Research Christian Kers rebajó la semana pasada la calificación de Rheinmetall de «comprar» a «mantener», señalando que el valor de las acciones ya está apuntalado por un aumento previsto del gasto militar al 3% del PIB. En este contexto, recomendamos a los inversores que aseguren sus beneficios», aconsejó.

Goldman Sachs y JPMorgan Chase creen que el potencial alcista de las acciones de defensa en Europa aún no ha terminado. «Las empresas europeas de defensa empiezan a parecer caras incluso en comparación con las estadounidenses, pero las expectativas de crecimiento son tan elevadas que todavía parecen bastante valoradas», escribió el 7 de marzo un equipo de analistas de Goldman Sachs dirigido por Guillaume Jeisson. Los analistas de JPMorgan dirigidos por Mislav Matejka afirmaron que «seguirían siendo optimistas sobre el sector de la defensa» incluso si Ucrania y Rusia concluyen un alto el fuego.

Contexto

Europa ha lanzado el primer fondo cotizado centrado exclusivamente en el sector europeo en medio del interés de los inversores. El WisdomTree Europe Defence Ucits ETF cotizó en Milán y Fráncfort el 11 de marzo y ayer comenzó a cotizar en la Bolsa de Londres.

La cartera del ETF incluye 20 fabricantes europeos de equipos civiles y militares, electrónica de defensa y tecnología espacial. El fondo no invierte en empresas implicadas en el desarrollo de armas prohibidas internacionalmente, como las municiones de racimo y las minas antipersona.

Rheinmetall tiene la mayor participación en el índice, con un 18% del fondo. Le siguen la italiana Leonardo (15%), la sueca Saab y la británica BAE Systems (10% cada una), y la francesa Thales (9%). Una fuerte concentración de activos en un número limitado de empresas suele ser una señal de alarma para los fondos de temática restringida. Sin embargo, WisdomTree atribuye la elevada exposición de Rheinmetall al hecho de que sus acciones casi han duplicado su valor desde principios de año.

Los ETF existentes registrados en Europa han tenido hasta ahora una exposición mayoritariamente global, señala el FT. Desde principios de año, los inversores han apostado fuertemente por los dos mayores ETF de defensa: VanEck Defence Ucits y HANetf Future of Defence. Ambos fondos se centran en más de un 50% en empresas estadounidenses.

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Detalle de los vehículos VCZAP 'Castor' entregados por la planta de GDELS-Santa Bárbara Sistemas en Alcalá de Guadaíra (Sevilla). / JOSÉ ÁNGEL GARCÍA










Más de 2.500 millones de impacto económico y 25.000 empleos: el músculo de la industria andaluza de defensa ante el rearme de la UE

16 de marzo 2025


Con un ecosistema de empresas distribuidas por todo el territorio, Andalucía toma posiciones para aprovechar los nuevos planes europeos en el sector

La planta sevillana de Santa Bárbara Sistemas completa el pedido de 36 vehículos VCZAP ‘Castor’ para el Ejército de Tierra


La Unión Europea ha dado un paso al frente en materia de defensa anunciando un plan de rearme ante un entorno internacional muy complejo, marcado en un flanco por la posición geopolítica adoptada por el gobierno de Donald Trump y en otro por el conflicto bélico en Ucrania. Y lo primero que ha hecho el Ejecutivo comunitario ha sido poner cifras sobre la mesa con un programa que contempla movilizar 800.000 millones de euros en los próximos años para garantizar la seguridad de sus estados miembros, un escenario en el que Andalucía quiere aprovechar su posicionamiento en el sector para lograr un trozo de ese enorme pastel. 

En este sentido, la comunidad andaluza constituye uno de los polos más importante de esta rama en España, con una industria que, en términos de impacto económico, contribuye con 2.566 millones de euros al PIB autonómico y genera 25.174 puestos de trabajo, teniendo en cuenta tres áreas de actividad: aeronáutica, espacio y defensa-seguridad. Concretamente en este último campo, las cifras alcanzan los 1.672 millones de euros y 15.928 empleos.

Con estos guarismos, extraídos de un informe elaborado por la consultora PwC para la Asociación Española de Empresas Tecnológicas de Defensa, Aeronáutica y Espacio (Tedae), Andalucía aglutina el 13% del volumen económico y el 11,6% del empleo a nivel nacional, además de que se posiciona como la segunda comunidad autónoma con mayor potencia en el sector, si bien a gran distancia de Madrid, que lidera el ranking, con 8.263 millones de euros y 84.583 puestos de trabajo.

Los focos de la industria regional se distribuyen en la actualidad por todo el territorio con un ecosistema de empresas formado tanto por grandes grupos como por pymes. Así, en el mapa andaluz destacan en Sevilla el gigante Airbus, con el avión de transporte militar europeo A400M, o GDELS-Santa Bárbara Sistemas, especializada en vehículos blindados y de combate. A estas firmas se suman Héroux-Devtek Spain-CESA, Iturri o Ghenova, también en la provincia sevillana; Mades y Aertec en Málaga; Escribano en Córdoba; Meltio en Linares (Jaén); o Navantia en la Bahía de Cádiz, que da respuesta en el ámbito naval.

Sevilla, punta de lanza

Solo en Sevilla el tejido de base industrial y tecnológica de defensa -incluyendo los sectores espacial, naval y terrestre- agrupa a 79 empresas y genera más de 15.000 empleos, lo que convierte a la provincia en la segunda de España con mayor volumen de puestos de trabajo, después de Madrid, según datos de un estudio coordinado por la Federación de Empresarios del Metal (Fedeme), que cifra, además, la facturación en 1.733 millones de euros, el 27,5% del total nacional, con una tendencia al alza.

Precisamente, esta provincia está llamada a ser una de las puntas de lanza del crecimiento del sector en Andalucía, ya que, a un potente tejido formado por compañías tractoras como las mencionadas Airbus, GDELS-Santa Bárbara Sistemas o Alestis, y por un extenso entramado auxiliar, añade una localización geoestratégica clave para la defensa en España, al formar parte de dos grandes corredores industriales: el de Sur, con el programa A400M, y el de la Plata, centrado en los vehículos de combate.

Innovación y empleo cualificado, principales retos

En cualquier caso, los planes de rearme de la UE han movilizado en los últimos días a distintas instituciones públicas y a la propia industria, que ven en este despertar de las autoridades comunitarias una oportunidad para apuntalar el sector a nivel nacional de cara al futuro. Desde el ámbito empresarial, el director gerente de Fedeme, Carlos Jacinto, señala que el programa europeo representa para Andalucía un “activo potentísimo”, tanto para atraer compañías punteras como para abrir puertas al mercado internacional, aunque también advierte de la necesidad de abordar una serie de “retos significativos”.

Uno de los principales desafíos, según afirma, es la necesidad de adaptarse a las nuevas tecnologías y estándares internacionales. “La industria de defensa está en constante evolución, y es imprescindible invertir en investigación y desarrollo para ser competitivos. Además, la falta de financiación adecuada puede limitar la capacidad de las empresas para expandirse y modernizarse, por lo que es crucial que se establezcan mecanismos de apoyo para facilitar esta transición”, apunta Jacinto.

Otro reto importante es la escasez de mano de obra cualificada. A este respecto, el director gerente de Fedeme indica que, “aunque Sevilla cuenta con un número considerable de profesionales en el sector, la demanda de expertos en áreas específicas como la ciberseguridad, la inteligencia artificial y la ingeniería avanzada está en aumento”, por lo que aboga por la colaboración entre empresas, instituciones educativas y centros de formación. 

Finalmente, Carlos Jacinto considera “fundamental” aumentar la capacidad de autoabastecimiento del sector en la región. “Debemos ser capaces de producir y suministrar los materiales y componentes necesarios sin depender de otros mercados. Esto aseguraría que la inversión fruto de este plan de rearme europeo se quede íntegramente en nuestra región, fortaleciendo la economía local y creando un ecosistema industrial autosuficiente y resilientes”, concluye.