domingo, 10 de julio de 2016

Marxismo y ciencia (y VII)

Como final del artículo de Monserrat Romero Alarcónsiguen a la sexta parte las conclusiones.

Si bien Marx es hoy un clásico, no hay que dejar de lado que en su tiempo fue un polemista, que aprendía de los científicos y economistas de entonces a la vez que diseccionaba sus ideas con una crítica implacable. El marxismo de hoy (un hoy que empieza a ser un ayer. pero que no lo era cuando escribía Manuel Sacristán) es ahora (o era) en su mayor parte una burbuja aislada de unas ciencias sociales y de una economía que, pese a su hegemonía, no dejan tampoco de ser burbujas. Ahora que empiezan a saltarles las costuras por sus cuatro costados, cuando esas burbujas estallan, deben liberar su contenido y necesariamente volver a considera a un autor que jamás separó sus investigaciones de un fin explícito: hallar salida a las contradicciones del capitalismo, que lo conducen a su final, para liberar a los humanos de las servidumbres de la alienación y la explotación.

S trata ahora de enfrentar al marxismo, no con las ideas y saberes del siglo XIX, contra las que se pueden ganar batallas del siglo XIX, sino con los problemas que plantea nuestro tiempo.

El marxismo es ahora más que nunca, en este tiempo de saberes fragmentados, la búsqueda de un pensamiento totalizador. Que además es inseparable de sus fines liberadores, y no una simple constatación de realidades amargas.




Una clarificación epistemológica desarrollada por Manuel Sacristán

Monserrat Romero Alarcón

Desde el punto de vista político-moral, la ciencia es ambigua, por así decirlo, si no queremos usar la palabra “neutral”, lamentablemente satanizada en los ambientes de izquierda (en los cuales se recuerdapoco quien fue el autor que propuso llamar“canalla” al que practica la ciencia con un interés que no sea puramente el científico,a saber, Karl Marx; y no algún positivista).
Sacristán, 1983c

Conclusiones

La clarificación de algunos tópicos que aborda el marxismo como los conceptos de ciencia, dialéctica, método, metódica, economía, crematística, etcétera. permite no caer en confusiones triviales al momento de leer a Marx. Las obras de este gran científico social para cualquier economista o filosófo lo convierten en un clásico, dejando fuera todos los adjetivos que cada uno de éstos le quiera, libremente, añadir. No obstante, ha de reconocerse que la situación por la que atraviesa el estudio del marxismo en algunas partes del mundo es una señal de que esta corriente de pensamiento ya no está “de moda” y que, por tanto, Marx ha perdido relevancia e interés en muchas partes de la comunidad de las ciencias sociales[25]

Al respecto Sacristán, el alma de la revista mientras tanto, afirma que “en el mejor sentido de la palabra resulta oportuno ocuparse de Marx, ahora que ya este autor va siendo abandonado por la solicitud fantasiosa de que fue objeto durante los dos últimos decenios. En este último período de moda marxista, centrado en torno a 1968, dominaron el horizonte unos espejismos particularmente engañosos (…). Eso contribuye a explicar el que, desde hace aproximadamente dos años, la discusión sobre la calidad científica del trabajo de Marx, o su falta de calidad científica, se sitúe bastante en el centro del cuadro de la crisis que están atravesando los movimientos políticos explícitamente marxistas y varias corrientes de pensamiento de esa misma tradición” (Sacristán, 1978).

Al abandono de las ideas de Marx se le agrega la deficiencia por parte de algunos marxistas en cuanto a tratar de catalogar el pensamiento del científico social en algún género literario. Por su parte, el espistemólogo español aborda este problema de la siguiente forma: “la relación del «género literario» praxeológico y el de la teoría pura (en sentido fuerte o formal) no es de antagonismo, sino de supraordinación: para la clarificación y la fundamentación de una práctica racional; la teoría es el instrumento más valioso, aparte de su valor no instrumental, de conocimiento. Marx lo ha sabido muy bien (…) y eso hace de él, precisamente, una figura única en la galería de los grandes revolucionarios de la historia” (Sacristán, 1968b).

Es importante precisar que el olvido de las ideas de Marx obedece, en cierta forma, a la inexistente incorporación de nuevas herramientas explicativas a su método dialéctico. La relevancia del pensamiento totalizador marxista en su época se debió a que Marx incorporaba críticamente el pensamiento de los economistas de su época y los avances científicos que en ese momento se le presentaban. Sin embargo, hoy en día no existe ese constante debate entre los seguidores de las ideas de Karl Marx y los economistas del siglo XXI. Si esta situación permanece, entonces la tradición marxista sólo seguirá ganado batallas del siglo XIX, lo cual se contrapone con el objetivo último de Marx: entender y encontrar las debilidades del capitalismo para poder crear una sociedad donde no exista la lucha de clases. Otro de los problemas es el panideologismo y el neopositivismo que existen en la enseñanza de una de las ciencias sociales que nos interesa, a saber, la economía.

Los múltiples trabajos de nuestro autor, Manuel Sacristán Luzón, son de gran utilidad para entender la situación por la que atraviesa el marxismo y sus posibles puntos de debilidad. Es decir, Sacristán, con su formación epistemológica logró tener una visión acerca del marxismo que iba más allá de establecer una posición política; más bien expuso todas las argumentaciones de Marx, Engels y otros autores que a través de sus obras se posicionaron en aquel entonces como los principales autores que creaban una tradición de pensamiento totalizador. Finalmente, cabe destacar para todos los seguidores de Marx lo que Sacristán afirma: “Marx era comunista, no fiel de ninguna escolástica” (Sacristán 1973)

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NOTA

[25] Al respecto Sacristán dice que “las páginas de Marx que pueden sobrevivir como clásicas ofrecen textos de varias clases: científicos sistemáticos, históricos, de análisis sociológico y político, de programa. Por otra parte, ninguno de esos textos −tal vez con la excepción del Manifiesto Comunista y de algunos trozos de El Capital− es tan bueno literariamente como para perdurar por su sola perfección” (Sacristán, 1983b).

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Bibliografía

(Sacristán, 1978). “El trabajo científico de Marx y su noción de ciencia”, en MSL, 1983a.

(Sacristán, 2004). Escritos sobre El capital (y textos afines), editan Fundación de Investigaciones Marxistas / El Viejo Topo, Barcelona.

— (1968b), “¿A qué «género literario» pertenece El Capital de Marx?”, en MSL, 2004.

— (1973), “Karl Marx”, en MSL, 1983a.

— (1983a), Sobre Marx y marxismo. Planfetos y materiales I, Icaria Editorial, Barcelona.

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