martes, 13 de octubre de 2020

Epidemia, pandemia, sindemia...

Si "epi" focaliza y "pan" universaliza, "sin" hace patente una relación. Hay enfermedades cuyas consecuencias para el organismo se agravan si coinciden con otras. Esas son las sindemias.

Está demostrado que la obesidad, la diabetes o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) agravan el coronavirus en quienes las padecen. También que esas enfermedades son más frecuentes en personas de bajos ingresos.

Además de eso, los más excluidos, que viven hacinados o tienen peor alimentación, los que trabajan en peores condiciones, están más expuestos al contagio. La "enfermedad social" es entonces una de las que actúan sinérgicamente con el virus.

Pero aunque las enfermedades incidan más y en peores condiciones en los excluidos socialmente, el contagio puede llegar, como vemos a diario, a las clases ricas y a los poderosos. También los privilegiados enferman y envejecen, también están expuestos, también mueren. Si lo razonan correctamente estarán interesados en evitar contagios entre los excluidos que tarde o temprano les llegarán.

La visión egocéntrica de los privilegiados puede ignorar enfermedades que son endémicas de países pobres y lejanos, o las epidemias limitadas a otros ámbitos, pero una vez que el mal salta hasta el suyo deben reaccionar tomando medidas de validez universal. En el siglo XIX fueron las epidemias de cólera las que obligaron al saneamiento de las ciudades. Porque esto amenazaba también a las metrópolis y a los burgueses que habitaban sus barrios ricos. Tomen nota tantos negacionistas de ahora, cegados por su "conciencia de clase alta" y su mezquina estrategia de confrontación.

Para combatir esta y futuras epi-pan-sindemias habrá que atacar, también, la "enfermedad social", sin olvidarse, desde luego, de la "enfermedad ecológica" con sus múltiples aspectos, entre los que esta sindemia es uno más, indisolublemente relacionado con los otros.



Algunos expertos advierten de que la covid19 no es una pandemia, sino una 'sindemia'

Telecinco

  • 'Sindemia' implica que dos o más enfermedades interactúan y causan un daño mayor
  • El SARS-CoV2 interactúa con otra enfermedades en un contexto de desigualdad social

El término pandemia está totalmente normalizado para referirse al brote de coronavirus que ha afectado a todo el mundo durante este 2020, tanto en medios de comunicación como a pie de calle. Incluso la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró a la covid-19 como pandemia el pasado 11 de marzo. Sin embargo, un grupo de expertos cree que esa palabra no se ajusta mucho a la realidad, y que más bien habría que referirse a una 'sindemia'.

Se habla de 'sindemia' (palabra que une los conceptos de sinergia y pandemia), cuando "dos o más enfermedades interactúan de forma tal que causan un daño mayor que la mera suma de estas dos enfermedades". Richard Horton, editor jefe de la prestigiosa revista médica 'The Lancet', publicó hace unos días un artículo en el que explica por qué se debe usar este concepto, cuñado en los 90 por el médico estadounidense Merrill Singer.

Según Horton, el coronavirus es una 'sindemia' porque el SARS-CoV-2 interactúa con enfermedades no transmisibles (diabetes, cáncer, problemas cardiacos, etc.) y además lo hace en un contexto social y ambiental caracterizado por la inequidad o desigualdad social.

El propio Merrill Singer, en declaraciones a la BBC, explica que en el caso de la covid-19, "vemos un índice desproporcionado de resultados adversos en comunidades empobrecidas, de bajos ingresos y minorías étnicas". Tiff-Annie Kenny, investigadora de la Universidad Laval, en Canadá, añade que enfermedades como la diabetes o la obesidad, factores de riesgo para el coronavirus, son más comunes en personas de bajos recursos.

Además, Kenny explica que el caso de la covid-19 no es comparable al de otros virus: "Hay evidencia creciente de que la gripe y el resfriado común son contrasindémicos. Es decir: la situación no empeora. Si una persona está infectada con los dos virus, una de las enfermedades no se desarrolla".

Estos expertos creen que si empezamos a considerar al coronavirus como una 'sindemia', debemos cambiar la estrategia: para frenar el avance y el impacto del coronavirus es fundamental fijarse en las condiciones sociales que hacen que algunos grupos sean más vulnerables que otros. "Tenemos que abordar los factores estructurales que hacen que a los pobres les resulte más difícil acceder a la salud o a una dieta adecuada", dice Merrill Singer.

Incluso Richard Horton da un paso más: "No importa cuán efectivo sea un tratamiento o cuán protectora sea una vacuna, la búsqueda de una solución para la covid-19 puramente biomédica fracasará". "A menos que los gobiernos diseñen políticas y programas para revertir disparidades profundas, nuestras sociedades nunca estarán verdaderamente seguras frente a la Covid-19", concluye Horton.

1 comentario:

  1. el sistema desgasta. Platón sostenía la importancia de los expertos y a su vez de los super-expertos para controlar los expertos. la modernidad se apoya en esa paradoja, para justificar lo injustificable. Una gran mentira, excuse, una realidad inventada como la plan-demia, ya insostenible, puesto que, hasta el método Científico (dogma del científico) colapsa, las cifras y la texto-manía son inverificables. Lo que sub-yace a esta "realidad" es el mantenimiento del poder y del control económico, que se esfuma a la élites nor-europeas, ante la respuesta de Rusia y China respecto al poderío de EEUU. Lo que en el fondo se plantea en este artículo es profundizar en la aporofobia, porque son los únicos que pueden generar un verdadero cambio. gracias por el espacio. sigo su blog.

    ResponderEliminar