jueves, 19 de noviembre de 2020

Economía circular

Un químico alemán en Torres Vedras
hacía macarrones con las piedras;
luego, invirtiendo la operaciones
extraía piedras de los macarrones.
De este modo, el químico alemán
deja las cosas como están.
Esto prueba que, el niño y el anciano,
deberán acostarse muy temprano.

(Del blog de José Fariña, pasando por Victor d'Ors y Sinesio Delgado)





La Fiebre del Hidrógeno 2.0 (I)

Beamspot

Resumiendo:

  • Un vehículo a celda de combustible no elimina la batería, sólo la reduce.
  • Con ello, acorta la vida útil de dicha batería, aunque se puede utilizar una de LiFePO que dura más, con mayor peso, precio por KWh, volumen, y menor rendimiento al necesitar un 20% más de litio que las utilizadas comúnmente, y que no tienen margen de mejora apenas pues están ya a un 98% del rendimiento teórico máximo.
  • El peso y volumen del depósito de hidrógeno apenas compensa la diferencia de peso.
  • Las soluciones actuales utilizan materiales escasos y caros, y tienen sus inconvenientes para este tipo de aplicación.
  • El bajo rendimiento implica que hace falta mucha más generación eléctrica. Y más capacidad debido a que no puede regenerar energía en tantos casos como las baterías.
  • La infraestructura de recarga, aunque en apariencia sencilla de transformar, no lo es tanto, y la logística de reparto es otro problema añadido que implica utilizar muchísima más energía que se pierde en comparación con otras opciones.
  • El precio está por ver, pero todo apunta a que no será más competitivo que las caras baterías.
  • Con estos datos, no parece para nada viable esta opción, especialmente para vehículos ligeros y coches. Y quién lo dice esta vez, es alguien con interés en el tema de vender vehículos: VW.

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