sábado, 23 de enero de 2021

Así se autorregula el mercado

El mercado, como los seres vivos, es un sistema complejo adaptativo. Complejo porque es diverso y lo conforman múltiples elementos interconectados; adaptativo, porque tiene la capacidad de cambiar y aprender de la experiencia. Significa esto que el mercado se autorregula. Se puede decir que es, y más ahora, un sistema experto.

De estos días, tras los estragos causados por la gran nevada, es esta noticia:

El precio de la berenjena sigue disparado porque “no hay” y siguen altos los del calabacín y las espinacasPortavoces de mayoristas y fruterías reconocen que ha habido alzas por la ralentización en la producción, sobre todo en las verduras. También achacan la subida a los efectos en invernaderos “por el peso de la nieve en sus estructuras”, pero consideran que la subida ha sido momentánea y en algo más de una semana los precios “se han vuelto a equilibrar”.

“Pasa todos los años, y es lógico que cuando hizo mucho frío los productos subieran entre un 30% y un 40%”, pero al cabo de unos días “ya se han regularizado”.

Es la maravillosa ley reguladora de la oferta y la demanda. La misma que justifica el mercado mayorista de la energía, y el argumento del reequilibrio lo hemos vuelto a oír en este caso.

Como se cantaba en una revista musical de hace muchos años, las cosas se arreglan solas.

Veamos como funciona el tal arreglo. Un agricultor ha perdido, sin culpa alguna, no solo la cosecha, sino toda la instalación. A él, totalmente arruinado, no le ayuda nada esa subida de precio. Otro, más afortunado, sin mérito alguno, no ha sufrido el problema. Según la famosa ley, la escasez le permite vender su producto más caro y ganar mucho dinero. No solo a él: toda la cadena de distribución se aprovecha de ese precio en origen para calcular sobre el mismo sus márgenes comerciales.

Dos partes han perdido: el infortunado agricultor y el consumidor. Otras dos han ganado, el agricultor con suerte y sobre todo los que manejan la cadena de distribución. Todo ello sin mérito que lo justifique, así como los perdedores no tenían ninguna responsabilidad en sus pérdidas.

Así funciona la "autorregulación" del mercado.

Recordemos que todos los sistemas se autorregulan, exista o no en ellos la conciencia de hacerlo. El cuerpo, ante una enfermedad, regula sus sistemas vitales para normalizar su situación. Si fracasa, el cadáver resultante, que es todo un ecosistema, regula sus interacciones, hasta degradar y reasimilar los componentes. Como un desguace, que también es un negocio autorregulado.

Como decía con cierto cinismo un amigo mío, "la vida es así: hoy te mueres tú, mañana me toca a mí la lotería..."

La situación no es nueva. Esto ocurría hace cuatro años:

Heraldo de Aragón

2 comentarios:

  1. Cuando al mercado se le rompe la dirección, el airbag funciona para quien lo conduce, los atropellados que se busquen la vida como puedan, que suele ser trabajando más con menor salario.

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  2. El instinto de conservación... de la riqueza.

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