viernes, 15 de enero de 2021

La ira descerebrada

Cuando los desesperados pierden el norte, cuando ni siquiera han llegado a entender quién tienen la culpa de su situación, ni han asimilado las virtudes de la solidaridad, salvo hasta cierto punto en su grupo cerrado, probablemente sí han aprendido de los privilegiados el egoísmo como virtud.

Cuando sin embargo mantienen su ira y su capacidad de combate, se dan las condiciones para que, circunstancialmente convertidos en manada, intenten el asalto al poder.

Pero en estas circunstancias, carentes de visión de clase, es fácil que se abracen a identidades quiméricas. No sabiendo distinguir entre sus competidores y sus explotadores, o viendo irrealizable la lucha contra su explotación, siguen la vía más fácil y se unen a los segundos para combatir a los primeros.

Llegado el caso, ¿cómo no va a aprovechar la oportunidad de redirigir este impulso oscuramente libertario un sector de la clase dominante?

Así se pasa del fascismo como impulso espontáneo al fascismo como plan alternativo del capitalismo amenazado.

Siguen una reflexión y un poema.

¿Sigue siendo fascismo aunque sea incompetente?

En Estados Unidos hay un fascismo incipiente, en su fase experimental y especulativa, en la que está formando una coalición de fuerzas populares minoritarias con elementos del ejecutivo y el ala represiva del Estado

Richard Seymour 

(...)

Se trata de un fascismo incipiente, un fascismo en su fase experimental y especulativa, en la cual está formando una coalición de fuerzas populares minoritarias con elementos del ejecutivo y el ala represiva del Estado. Sería devastadoramente estúpido, complaciente más allá de lo creíble, esperar que la democracia de Estados Unidos se mantenga lo suficientemente estable en los próximos años como para negarle a este incipiente fascismo más oportunidades de solidificarse y crecer. No me digan que la burguesía de Estados Unidos nunca apoyará el fascismo porque la democracia liberal está funcionando bastante bien. No me digan que el fascismo no se afianzará en una sociedad en la que la izquierda ha sido débil durante décadas y gran parte del movimiento obrero apenas tiene pulso. Estos aspectos son irrelevantes. El fascismo nunca crece en un primer momento porque la clase capitalista se una a él. Crece porque alrededor de su núcleo atrae a aquellos a quienes Clara Zetkin describió como “los políticamente desamparados, los socialmente desarraigados, los desposeídos y desilusionados”. Y el fascismo incipiente ha demostrado, desde la India hasta Filipinas, que no necesita un comunismo fuerte contra el que reaccionar: la hipótesis de Ernst Nolte era incorrecta. Existe una necesidad urgente de un movimiento antifascista en los Estados Unidos.

Del blog de Jorge Riechmann, un poema que lamenta el desclasamiento "patriótico" de unos trabajadores norteamericanos. Era una época de optimismo crecentista, en que las migajas que caían de la mesa de Epulón podían alimentar a la aristocracia obrera del Imperio. 


Proud Boys durante las movilizaciones trumpistas en Washington del 6 de enero de 2021











 

A un amigo, Pepe Tapia, la intentona contra el capitolio estadounidense de hace unos días le hizo pensar en este poema de Audre Lorde

Los trabajadores se alzan el Primero de Mayo

o

Postcriptum a Karl Marx

                                          


Bajando por Wall Street

los estudiantes se manifestaron por la paz.

Desde arriba, los obreros de la construcción miraron recordando

cómo había sido para ellos

en los viejos tiempos

antes de los contratos sindicales con seguridad laboral

para los blancos

y antes del papá paga las cuentas

así que bajaron de los andamios

y enseñaron a sus hijos

una lección

titulada

Marx como víctima de la brecha generacional

titulada

me hice mayor por la vía dura y así lo harás tú

titulada

los límites de una visión sentimental.


Cuando el drama pasional se acabó

y la polvareda se asentó sobre Wall Street

500 trabajadores afiliados al sindicato

habían desalojado de Foley Square, hombro a hombro con la policía,

a 2000 de sus hijos rebeldes

que rompieron filas y huyeron de los cadenazos

de sus progenitores.


¡Mira esto, Karl Marx,

es la visión apocalíptica de Amérika!

Los trabajadores se alzan y vencen

y no han perdido sus cadenas

sino que las alzan

y codo a codo con los porrazos de los guardias

garantizan la seguridad de Wall Street

contra los estudiantes rebeldes.


1973


Fuente: Audre Lorde, Chosen Poems: Old & New (Nueva York, W. W. Norton, 1984, pp. 85-86).

Traducción: José A. Tapia.

Imagen del asalto al Capitolio de EEUU. / AFP



















Nota del traductor: Este poema se refiere a sucesos que fueron famosos durante la guerra de Vietnam. El 8 de mayo de 1970 una manifestación de unos dos mil estudiantes en protesta contra la guerra recorrió  la zona cercana al edificio de la bolsa de Wall Street, en Nueva York. Unos doscientos obreros de la construcción portando banderas y gritando “All The Way, U.S.A.” and “Love It or Leave It” atacaron a los estudiantes. Audre Lorde (1934–1992) fue una estadounidense negra de origen caribeño cuya militancia feminista y lesbiana fue notoria en sus numerosos ensayos y libros de poesía.

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