martes, 29 de enero de 2013

Políticamente incorrecto (II)

Es obvio que en las lenguas existen irregularidades. Y distintas vías. La bifurcación entre "verificar" y "averiguar" genera matices propios. El latín original hace más objetiva y puntillosa a la primera. La segunda es más zascandil (¿o será zascandila?)

Cultismos, barbarismos que adquieren carta de ciudadanía, extraños híbridos; o que una jerga pueda llegar a imponerse como norma. Muchos de los participios activos feminizados del estilo de "dependienta" o "comandanta" forman parte del uso común, que los ha consagrado. Nadie es dueño del lenguaje.

Conocí a una comandanta sin mando sobre tropa. Por eso mismo, las que lo tienen prefieren ser comandantes.

Muchas veces un uso es peyorativo, otras, reivindicativo. Hay arquitectas que prefieren ser arquitectas, e ingenieras que se dicen ingenieros. Y ninguna mujer pública quiere ser llamada así. Ya lo sabemos.

Existe una confusión notoria en nuestra lengua entre sexo y género. Ha llevado incluso a un uso reivindicativo de la palabra "género" con el claro significado de "sexo". Recordemos que esta última palabra tiene también un sentido no genital. Como la primera tiene un sentido no literario, ni musical. Yo también hablo ya con normalidad de los temas de género.

Pero a veces una pequeña reflexión lleva a impedir que un fenómeno se generalice, y eso puede ir en beneficio de la lengua.

Y de las mentes de los hablantes.

Cuentan que la gramática de Andrés Bello erradicó el "voseo" de Chile.

Claro que los argentinos dirán que les gusta el voseo...

El cuento de nunca acabar. 
 


Recibido por correo electrónico. Escrito por una profesora de un instituto público:


CONTRA LA TONTUNA LINGÜÍSTICA , UN POCO DE GRAMÁTICA BIEN EXPLICADA

Yo no soy víctima de la LOGSE. Tengo 50 años y he tenido la suerte de estudiar bajo unos planes educativos buenos, que primaban el esfuerzo y la formación de los alumnos por encima de las estadísticas de aprobados y de la propaganda política. En párvulos (así se llamaba entonces lo que hoy es "educación infantil", mire usted) empecé a estudiar con una cartilla que todavía recuerdo perfectamente: la A de "araña", la E de "elefante", la I de "iglesia" la O de "ojo" y la U de "uña". Luego, cuando eras un poco más mayor, llegaba "El Parvulito", un librito con poco más de 100 páginas y un montón de lecturas, no como ahora, que pagas por tres tomos llenos de dibujos que apenas traen texto. Eso sí, en el Parvulito, no había que colorear ninguna página, que para eso teníamos cuadernos.
En Primaria estudiábamos Lengua Española, Matemáticas (las llamábamos "tracas" o "matracas") Ciencias Naturales, Ciencias Sociales, Plástica (dibujo y trabajos manuales), Religión y Educación Física. En 6º de Primaria, si en un examen tenías una falta de ortografía del tipo de "b en vez de v" o cinco faltas de acentos, te suspendían.
En Bachiller, estudié Historia de España, Latín, Literatura y Filosofía.
Leí El Quijote y el Lazarillo de Tormes; leí las "Coplas a la Muerte de su Padre" de Jorge Manrique, a Garcilaso, a Góngora, a Lope de Vega o a Espronceda...
Pero, sobre todo, aprendí a hablar y a escribir con corrección. Aprendí a amar nuestra lengua, nuestra historia y nuestra cultura.

Y... vamos con la Gramática.

En castellano existen los participios activos como derivado de los tiempos verbales. El participio activo del verbo atacar es "atacante"; el de salir es "saliente"; el de cantar es "cantante" y el de existir, "existente". ¿Cuál es el del verbo ser? Es "ente", que significa "el que tiene entidad", en definitiva "el que es". Por ello, cuando queremos nombrar a la persona que denota capacidad de ejercer la acción que expresa el verbo, se añade a este la terminación "-nte"
 .

Así, al que preside, se le llama "presidente" y nunca "presidenta" , independientemente del género (masculino o femenino) del que realiza la acción.

De manera análoga, se dice "capilla ardiente", no "ardienta"; se dice "estudiante", no "estudianta"; se dice "independiente" y no "independienta"; "paciente", no "pacienta"; "dirigente", no dirigenta"; "residente", no "residenta" , y el cuento de aquella princesa que está dormida se llamaba "la bella durmiente" no "la bella durmienta".

Y ahora, la pregunta: nuestros políticos y muchos periodistas (hombres y mujeres, que los hombres que ejercen el periodismo no son "periodistos"), ¿hacen mal uso de la lengua por motivos ideológicos o por ignorancia de la Gramática de la Lengua Española ? Creo que por las dos razones. Es más, creo que la ignorancia les lleva a aplicar patrones ideológicos y la misma aplicación automática de esos patrones ideológicos los hace más ignorantes (a ellos y a sus seguidores).

No me gustan las cadenas de correos electrónicos (suelo eliminarlas) pero, por una vez, os propongo que paséis el mensaje a vuestros amigos y conocidos, en la esperanza de que llegue finalmente a esos ignorantes semovientes (no "ignorantas semovientas", aunque ocupen carteras ministeriales).

Lamento haber aguado la fiesta a un grupo de hombres que se habían asociado en defensa del género y que habían firmado un manifiesto. Algunos de los firmantes eran: el dentisto, el poeto, el sindicalisto, el pediatro, el pianisto, el golfisto, el arreglisto, el funambulisto, el proyectisto, el turisto, el contratisto, el paisajisto, el taxisto, el artisto, el periodisto, el taxidermisto, el telefonisto, el masajisto, el gasisto, el trompetisto, el violinisto, el maquinisto, el electricisto, el oculisto, el policío del esquino y, sobre todo, ¡el machisto!

SI ESTE ASUNTO "NO TE DA IGUAL" , PÁSALO POR AHÍ, A VER SI LE TERMINA LLEGANDO A LA MINISTRA/O DE TURNO.

Porque no es lo mismo ser UN CARGO PÚBLICO que UNA CARGA PÚBLICA.

No hay comentarios:

Publicar un comentario