¿Quién dice que la rapacidad no tiene límites? Pues ya están aquí.
Recojo algunas cuestiones planteadas por Renan Vega Cantor en la presentación del libro de Claudio Katz, Bajo el Imperio del Capital, Ediciones Luxemburg, Buenos Aires, 2011. | |
No voy a mencionar todos los
importantes aportes de este libro. Simplemente quiero plantear, para concluir,
dos elementos de discusión con Claudio Katz. Un primero está referido a lo que
decía al comienzo de estas palabras, que el libro recoge casi todos los
aportes, pero creo que le faltó uno, que en este momento es muy importante, como
es el relacionado con el imperialismo ecológico, propuesto por autores
como John Bellamy Foster y por mi persona. La importancia de este concepto
estriba en que, a mi parecer, ayuda a replantear algunos aspectos de la teoría
marxista del imperialismo, como los referidos, por ejemplo, al establecimiento
de otros límites que van más allá de los límites económicos, a los que hace
referencia Katz. Sin embargo, el imperialismo ecológico plantea el problema de
los límites en otra dimensión, recalcando que el agotamiento de los bienes
comunes, la destrucción de los ecosistemas, el agotamiento de las fuentes
hídricas, el calentamiento global, el descongelamiento de los casquetes polares,
la desaparición de especies, las distintas formas de contaminación no son algo
secundario sino fundamental, hasta el punto que todos esos asuntos ponen en
riesgo la misma reproducción de la acumulación de capital, al considerar el
problema del agotamiento de los bienes comunes de tipo natural (lo que Marx
denominaba condiciones de producción) como resultado de la lógica misma de
crecimiento infinito. Este hecho no se sustenta en futurología especulativa, que
con razón le gusta criticar a Katz, sino en la constatación de datos empíricos
incontrastables (aunque a menudo ocultados por las clases dominantes de Estados
Unidos y sus propagandistas y que gran parte de los economistas no suelen
considerar), sobre el agotamiento irreversible de materias primas indispensables
para el funcionamiento del capitalismo, empezando por el petróleo. Esto sitúa la
discusión en otro plano, en lo relativo por ejemplo al estancamiento. Porque,
obviamente, en un planeta de recursos limitados resulta insostenible el
crecimiento ilimitado, lo que pone en cuestión el mismo modelo chino, de un
crecimiento del 15% anual o tasas semejantes. Y aquí se plantea, de paso, otro
asunto que menciona Claudio de manera tangencial como es el relativo al modelo
energético basado en el petróleo, en el sentido que vale hacerse la pregunta si
es posible construir otro patrón energético que tenga la misma efectividad que
las energías fósiles y que permita que el capitalismo energivoro siga
funcionando tal y como lo conocemos.
En ese contexto, la cuestión del
estancamiento alcanza otra dimensión, que ya se ve en algunos lugares del mundo
(como Haití), que consistiría en mantener amplios sectores de la población de
miseria, hambre y subconsumo de materiales y energía, al tiempo que cada vez se
achicarían más los guettos invertidos de sectores minoritarios de la población
–formados por las clases dominantes y algunos sectores de las clases medias- que
mantendrían su consumo energético despilfarrador, que les permite mantener su
estándar de vida al estilo estadounidense. Visto así el asunto, el estancamiento
no se vería solamente en la perspectiva que critica Claudio Katz de una especie
de regresión y parálisis de las fuerzas productivas, sino como la expresión de
un quiebre civilizatorio.
El otro punto que quiero dejar
planteado en la discusión y que no me quedó claro es el relativo al ciclo
económico, o más exactamente a las ondas largas. Las crisis periódicas indican
la permanencia del ciclo, y eso lo enfatiza Claudio, pero lo que dice sobre las
ondas largas no es del todo claro. A ese respecto cabría preguntar en donde nos
encontramos, o en una fase de expansión (similar a la de los treinta gloriosos)
o en la misma fase descendente que se inició en 1967-1973. Esta creo que no es
una pregunta formal, de periodización, sino que tendría que ver con el análisis
estructural y de larga duración de la crisis actual como una crisis de
sobreproducción y no como una cuestión financiera o inmobiliaria meramente
coyuntural.
Superinteresante,tomo nota,hay que leerlo con tranquilidad,"metabolizarlo".
ResponderEliminarBuena explicación, didactica,orientativa,matizada,Juan José.
Unha aperta agarimosa