sábado, 12 de enero de 2013

Una reivindicación del Marx ecologista

En una entrevista a Michael Löwy, investigador del Centre National de la Recherche Scinentifique, publicada en Viento Sur bajo el título “Sin indignación, nada grande y significativo ocurre en la historia de la humanidad”, aparece esta puntualización, siempre necesaria para contrarrestar ideas equivocadas pero que forman parte del imaginario colectivo:
Muchos ecologistas critican a Marx por considerarlo un productivista, tanto como los capitalistas. Tal crítica me parece completamente equivocada: al hacer una crítica al fetichismo de la mercancía, es justamente Marx quien hace la crítica más radical a la lógica productivista del capitalismo, la idea de que la producción de más mercancías es el objetivo fundamental de la economía y la sociedad. El objetivo del socialismo, explica Marx, no es producir una cantidad infinita de bienes, sino reducir la jornada de trabajo, dar al trabajador tiempo libre para participar en la vida política, estudiar, jugar, amar… Por lo tanto, Marx nos dota de las armas para una crítica radical del productivismo y, en concreto, del productivismo capitalista. En el primer volumen de El Capital, Marx explica como el capitalismo agota no sólo las energías del trabajador, sino también las propias fuerzas de la Tierra, esquilmando las riquezas naturales, destruyendo al propio planeta. Por lo tanto, esa perspectiva, esa sensibilidad está presente en los escritos de Marx, aunque no haya sido suficientemente estudiada.

Sobre este tema recomiendo leer el libro de John Bellamy Foster "La ecología de Marx", publicada por El Viejo Topo.


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