viernes, 31 de mayo de 2013

La Unión Europea, más allá de una moneda

Dentro de los esfuerzos por lograr una UE democrática y socialista, y como aportación a la Conferencia sobre Europa de Izquierda Unida que se celebrará el 22 de junio de 2013,
Alberto Arregui, Jordi Escuer y Carlos Sánchez Mato publican en Rebelión
La Unión Europea, más allá de una moneda, donde entran en la polémica no resuelta, porque ambas alternativas plantean problemas, sobre la conveniencia o no de salir del el euro.

Lo que me lleva a enlazar este artículo son unos datos que dejan al descubierto falacias que se oyen y se leen contínuamente sobre la buena gestión de Alemania ante la crisis, y lo bueno (para quién) de haber tomado antes que otros las medidas de "austeridad".

Mi extracto, subrayado:

El camino es salir del sistema, no del euro


(...)

Una de las claves para el éxito y la rentabilidad del capitalismo alemán ha sido la imposición, durante los gobiernos del canciller socialdemócrata Schroëder, de una política de drásticos recortes en las condiciones salariales y la protección social de los trabajadores alemanes. A causa de eso Alemania ha sido uno de los países desarrollados en los que más agudamente han crecido las desigualdades, con un fuerte trasvase de renta de los asalariados a los capitalistas. La participación del Excedente Bruto de Explotación en la renta nacional entre los años 2000 y 2007 creció en Alemania en 4,8%, mientras en la UE lo hacía en 1,7 puntos y en el Estado español en un 1,4%:


La otra cara de este aumento de los beneficios es la reducción de la participación de los salarios en la renta nacional, con una mayor explotación de los trabajadores. El nivel de asalariados en precario ha pasado de un 15% del total a un 25% en 2012. Más de 7,5 millones de trabajadores alemanes tienen un “minijob”, con salarios como máximo de 450 euros al mes. Se trata de un verdadero subempleo que, si no estuviese permitido, dispararía las estadísticas de paro alemanas a un nivel similar al español. Como vemos, sea cual sea el “modelo productivo”, lo que es una constante bajo el capitalismo es la tendencia a aumentar la explotación de los trabajadores.

La burguesía alemana ha colocado buena parte de esos beneficios en forma de préstamos o inversiones internacionales, entre otras, en el boom inmobiliario español. De esa forma, ganaba por partida doble (*), exportando bienes manufacturados al Estado español, obteniendo beneficios por el negocio de la construcción y la obra civil española, y cosechando unos jugosos intereses por sus préstamos. Esa dinámica ha propiciado el crecimiento de los desequilibrios comerciales y financieros dentro de la UE, hasta que se han convertido en insostenibles.
(...)
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(*) (¿triple?)

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