Con la misma ventaja inicial de 1, disminuyamos la razón de la progresión, con valores menores.
Para una razón 4/5 = 0,8, la tortuga es alcanzada en 5 unidades (por Aquiles, porque Zenón nunca llegaría)
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Para 1/2 = 0,5, la agarra en 2
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Para 1/5 = 0,2, la pilla en 1,25
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Y para 1/10 = 0,1, la coge en 1,1111... (¡Caramba, ahora soy yo el que tendría que escribir infinitos unos! Pero bueno, eso son simplemente 10/9)
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Acabamos de llegar a un límite en cierto sentido ilimitado. Pero no deja de ser un número racional, fraccionario, y en todo caso sabemos que la cifra decimal que vamos a hallar en la posición, pongamos trillonésima, será un uno.
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