China va sorteando, por ahora, la crisis mundial, no por su desaforado capitalismo rampante, sino por lo que permanece de socialista en sus estructuras.
Así lo explica Fred Goldstein en este artículo, originalmente pulicado en workers.org, que encuentro traducido en Rebelión y reproduzco.
Para entender qué pasa en el mundo conviene una visión más completa (y compleja) sobre lo que pasa en China. Dejo aquí el texto para complementar otro que tomé prestado a Samir Amin.
Las cosas no son simples, las luchas y tensiones nacen y crecen en las sociedades de mil maneras. Dentro de los partidos, de los sindicatos, también hay una derecha y una izquierda. Distintos modos de ver y también distintos intereses. Lo importante es distinguir las tendencias y sus razones. Entender que el futuro no está escrito, que todas las situaciones son evolutivas y reversibles, mejorables y empeorables. Lo contrario es un determinismo que nos lleva a la inacción, al hacernos sentir impotentes.
No podemos decir sin más que China evoluciona hacia el capitalismo, y tampoco confiar en sus sabios dirigentes que la conducen hacia un futuro mejor, escribiendo derecho con renglones torcidos. Si hay clases, y las hay, hay lucha de clases. En los centros de trabajo, en los sindicatos, en los partidos, por únicos y oficiales que sean. Así se va haciendo la historia, que nunca es lineal.
Así lo explica Fred Goldstein en este artículo, originalmente pulicado en workers.org, que encuentro traducido en Rebelión y reproduzco.
Para entender qué pasa en el mundo conviene una visión más completa (y compleja) sobre lo que pasa en China. Dejo aquí el texto para complementar otro que tomé prestado a Samir Amin.
Las cosas no son simples, las luchas y tensiones nacen y crecen en las sociedades de mil maneras. Dentro de los partidos, de los sindicatos, también hay una derecha y una izquierda. Distintos modos de ver y también distintos intereses. Lo importante es distinguir las tendencias y sus razones. Entender que el futuro no está escrito, que todas las situaciones son evolutivas y reversibles, mejorables y empeorables. Lo contrario es un determinismo que nos lleva a la inacción, al hacernos sentir impotentes.
No podemos decir sin más que China evoluciona hacia el capitalismo, y tampoco confiar en sus sabios dirigentes que la conducen hacia un futuro mejor, escribiendo derecho con renglones torcidos. Si hay clases, y las hay, hay lucha de clases. En los centros de trabajo, en los sindicatos, en los partidos, por únicos y oficiales que sean. Así se va haciendo la historia, que nunca es lineal.
Mao escribió un importante texto "sobre el tratamiento correcto de las contradicciones en el seno del pueblo". Este buen deseo nunca está ni estará garantizado.
El tema de China es una de las cuestiones más importantes del siglo XXI para la clase obrera y los pueblos oprimidos, así como para las clases dominantes imperialistas hostiles del mundo.
Los movimientos progresistas y revolucionarios, sobre todo en los EE.UU., tienen un gran interés en llegar a una correcta política hacia China.
En primer lugar, China es un país oprimido en el pasado que logró la liberación de los británicos, franceses, alemanes, los EE.UU. y el imperialismo japonés en 1949 por medio de una de las grandes revoluciones de la historia. En ese momento, una cuarta parte de la raza humana fue liberada de las garras del imperialismo. Como país oprimido en el pasado que lucha por el desarrollo nacional, debe ser defendido contra todas las variedades de agresión imperialista de tipo militar, económico y político, independientemente de lo que uno piense sobre su carácter social.
China hoy es un fenómeno de la historia nuevo, complejo y contradictorio. Cuenta con estructuras socialistas fundamentales junto con el desarrollo capitalista y la penetración imperialista. Los dirigentes lo denominan "socialismo de mercado" o socialismo con características chinas.
El socialismo se inscribe firmemente en la constitución de la fundación de China. La clase capitalista internacional es profundamente hostil a China y nunca deja de tratar de socavar sus estructuras socialistas fundamentales.
Sin embargo, los trabajadores de la industria privada de China son objeto de la explotación capitalista y los trabajadores de las empresas estatales han perdido gran parte del apoyo económico que una vez era inherente a sus lugares de trabajo. Los accidentes de trabajo son infernales y los problemas ambientales son graves.
Carácter dual de la base económica de China
Sólo el marxismo nos permite acercarnos a un análisis de China.
El marxismo ha demostrado que el carácter de una sociedad está determinado por su base económica y la superestructura de la sociedad, su política, la ideología, etc., están determinados por la base económica.
¿Cómo se puede aplicar este análisis a China y cómo puede ayudar a clarificar cómo ver a China?
Para empezar, la base económica de China no es homogénea. En parte es socialista y en parte capitalista. La pregunta para nosotros y para la clase obrera mundial es: ¿Cuál es la dominante, la fundación de base socialista o las empresas capitalistas que buscan la acumulación privada de ganancias a través de la explotación de la clase obrera?
Del mismo modo, la superestructura tampoco es homogénea. Por un lado están el Partido Comunista, el Ejército Popular de Liberación y de la doctrina ideológica que declara que el socialismo es el cimiento de la China. Por otro lado, está la promoción incesante de apertura al imperialismo y las reformas que produce el mercado capitalista. Y sobre todo hay una lucha por la reforma política, es decir, el derecho de la burguesía y la pequeña burguesía de organizarse políticamente, ya sea en el interior del partido, fuera del partido o en los dos ámbitos. Hay un constante bombardeo de los imperialistas de hacer la "reforma política" de los imperialistas y sus aliados de clase dentro de China.
La crisis económica de 2008-2009 fue una prueba crítica
¿Cómo podemos evaluar esta situación? Debemos comenzar por examina empíricamente a China, por una parte, y al resto del mundo capitalista por el otro.
Una prueba crucial se produjo cuando los dirigentes chinos se vieron obligados a hacer frente a los efectos de la peor crisis capitalista desde la Segunda Guerra Mundial.
Cuando estalló la crisis en 2008 y 2009, varias decenas de millones de trabajadores en los EE.UU., Europa, Japón y en todo el mundo capitalista, se hundieron en el desempleo.
China, que se había permitido convertirse, peligrosamente, en dependiente en gran medida de las exportaciones a Occidente capitalista, de repente se encontró con el cierre de miles de fábricas, principalmente en las provincias costeras del este y las zonas económicas especiales.
Más de 20 millones de trabajadores chinos perdieron sus trabajos en un tiempo muy corto.
Entonces, ¿qué hizo el gobierno chino?
Hemos descrito lo que sucedió en una serie de artículos en Workers World titulada "La represión de Bo Xilai y el camino capitalista, ¿puede revivirse el socialismo en China?" El artículo, publicado el 27 de marzo de 2012, explicó que los planes, redactados ya en 2003 y que entrarán en vigor en los próximos años, fueron impulsados hacia adelante e implementados.
Luego citamos a Nicholas Lardy, un experto en la burguesía China del prestigioso Instituto Peterson de Economía Internacional, quien describió que el consumo en China en realidad creció durante la crisis de 2008-09, los salarios subieron y el gobierno creó bastantes puestos de trabajo para compensar los despidos provocados por la crisis global.
Lardy dijo: "En un año en el cual la expansión del PIB [en China] fue el más lento en casi una década, ¿cómo pudo ser el crecimiento del consumo en el año 2009 tan fuerte en términos relativos? ¿Cómo pudo suceder esto en un momento en que el empleo en las industrias orientadas a la exportación se derrumbaba, contemplando una encuesta realizada por el Ministerio de Agricultura donde se informa de la pérdida de 20 millones de puestos de trabajo en centros de manufactura de exportación a lo largo de la costa sureste, sobre todo en la provincia de Guangdong? El crecimiento relativamente fuerte del consumo en 2009 se explica por varios factores. En primer lugar el auge de la inversión, en particular en las actividades de la construcción, que parecen haber generado suficientes empleos como para compensar una gran parte de las pérdidas de empleos en el sector exportador. En todo el año, la economía china creó 11,02 millones de puestos de trabajo en las zonas urbanas, casi coincide con los 11.130.000 empleos urbanos creados en 2008.
"En segundo lugar, mientras que el crecimiento del empleo se desaceleró ligeramente, los salarios continuaron aumentando. En términos nominales, los salarios en el sector formal aumentaron un 12% porcentualmente, unos puntos por debajo del promedio de los cinco años anteriores (Oficina Nacional de Estadísticas de China, 2010, p. 131). En términos reales, el aumento fue de casi un 13%. En tercer lugar, el gobierno continuó también con aumentos en los planes de pensiones y elevó las transferencias a los residentes de ingresos más bajos de China. El pago de las pensiones mensuales a los jubilados de la empresa aumentaron en 120 según el RMB (renminbi, N. de T.), o sea, el 10% en enero de 2009, bastante más que el aumento del 5,9% de los precios al consumidor en 2008. Esto elevó el total de pagos a los jubilados en alrededor de 75.000 millones de RMB. El Ministerio de Asuntos Civiles aumentó en un tercio las transferencias de pagos a unos 70 millones de ciudadanos ubicados en los más bajos ingresos de China, resultando un aumento en RMB de 20.000 millones de dólares en 2009 (Ministerio de Asuntos Civiles de 2010)".
Explicó, además, que el Ministerio de Ferrocarriles presentó ocho planes específicos para que se apliquen en la época de crisis y que deben completarse en el año 2020. El Banco Mundial llamó "quizás el mayor programa planificado de inversiones ferroviarias de pasajeros que ha habido en cualquier país". Además se llevaron a cabo proyectos de redes de ultra alta tensión, entre otros avances.
El artículo completo de Lardy se puede encontrar en “Sustaining China’s Economic Growth after the Global Financial Crisis,” Kindle Locations 664-666, Peterson Institute for International Economics.
Las estructuras socialistas revirtieron el colapso
Así es como subieron los ingresos, aumentó el consumo y se superó el desempleo en China mientras el mundo capitalista seguía sumido en el desempleo masivo, la austeridad, la recesión, el estancamiento, el lento crecimiento y el aumento de la pobreza.
El hecho de haber podido revertir los efectos de la crisis en China es el resultado directo de la planificación nacional, las empresas de propiedad estatal, la banca de propiedad estatal y las decisiones políticas del Partido Comunista Chino.
Hubo una crisis en China que fue causada por la crisis capitalista mundial. La pregunta era qué principios prevalecerían frente al desempleo masivo: el principio humano racional de planificación o el del mercado capitalista. En China, el principio de la planificación, el elemento consciente, tenía prioridad sobre la anarquía de la producción provocada por las leyes del mercado y la ley del valor-trabajo.
Pero las instituciones basadas en las estructuras del socialismo chino que permanecen, las que salvaron a las masas del desastre económico, son las mismas instituciones que el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, Wall Street y Londres quieren recortar y, eventualmente, destruir. Son las empresas de propiedad estatal, la planificación y el control del gobierno que aún mantiene el Partido Comunista Chino.
Se podría decir que el liderazgo chino hizo esto para evitar disturbios. Sin duda, los capitalistas de Europa y los EE.UU. también quieren evitar disturbios. Pero esto no hizo que decenas de millones de trabajadores hayan vuelto a trabajar, eleven las pensiones, aumenten los estipendios y pagos de bienestar social. Se les exigió austeridad para asegurar las ganancias de los banqueros.
Volviendo al análisis marxista, queda claro por la forma en que el liderazgo chino manejó esta crisis que la parte socialista de la base económica sigue siendo dominante en China. Y lo mismo puede decirse de la superestructura política.
Los enemigos del socialismo afirman que el capitalismo es responsable de los grandes éxitos de China.
Pero eso es falso. China ha tenido éxito en su desarrollo económico porque el sector socialista ha contenido ampliamente al capitalismo interno y la inversión imperialista en el marco de los objetivos económicos nacionales de los dirigentes.
Sin eso, China se vería como la India, que también cuenta con la planificación pero es un país totalmente capitalista.
En la India, la pobreza es tan profunda que las personas viven en vertederos de basura, lavan la ropa en agua contaminada y las barriadas urbanas de Calcuta y Mumbai compiten en pobreza con el medio rural. Las masas de la India son muy pobres, viven con 1 ó 2 dólares diarios, incluso cuando la refulgente industria de alta tecnología se desarrolla junto a las pésimas condiciones económicas que enfrentan cientos de millones de indios.
No hay comparación con China. Pero si los imperialistas hacen las cosas a su manera, si pueden destruir las bases socialistas y al Partido Comunista, China se convertirá en otra India. Eso es lo que está en juego en la lucha para detener la contrarrevolución en China.
"Socialismo de mercado" un concepto falso y peligroso
Este análisis no debe entenderse de ninguna manera como apoyo a la doctrina del "socialismo de mercado." En nuestra opinión, la anarquía del mercado capitalista es antagónica de la planificación de una sociedad socialista y la construcción socialista. La propiedad privada capitalista es hostil a la propiedad socialista y la producción para la acumulación privada es antagónica de la producción para el uso social y la necesidad humana.
Hay circunstancias históricas de subdesarrollo extremo que obligan a un gobierno socialista emplear ambos métodos privados y estatales capitalistas para promover el desarrollo de las fuerzas productivas y la creación de la clase trabajadora arrancada a la población rural.
Una cosa es, sin embargo, utilizar estos métodos como un recurso temporal y otra hacer un repliegue del socialismo con el fin de que el socialismo triunfe en la lucha contra los métodos capitalistas. Esa fue la idea de Lenin tras la nueva política económica. Se inició en 1921 en la URSS, en los momentos más terribles después de que la guerra civil dejó al país en ruinas y la clase obrera que sobrevivió regresaba a la economía rural para conseguir comida.
Pero Lenin siempre consideró esto como una retirada y una lucha crucial. La cuestión, como dijo Lenin, era "¿Quién va a ganar?"
China hace mucho tiempo se desarrolló económicamente después de las reformas capitalistas iniciadas por Deng Xiaoping. Pero lo que debería haber sido una retirada temporal se ha convertido en una política destinada a tratar al capitalismo como un socio del socialismo. El capital privado crece de forma automática y con él el poder económico y la influencia política de la clase capitalista, los pequeños burgueses parásitos, así como la intelectualidad pequeño burguesa. Esto conlleva grandes peligros a largo plazo para China.
El componente socialista de la base económica es dominante en la actualidad. Pero el capitalismo sigue erosionando esa base y hace daño a los trabajadores. Por otra parte, el nuevo liderazgo de Xi Jiping y de Li Kequang ha enviado señales de que quieren desplazarse hacia la derecha en la economía. Ampliar las oportunidades de la inversión imperialista y avanzar cada vez más en la dirección de las reformas económicas burguesas es jugar con fuego.
Revivir el espíritu de Mao, el poder de los trabajadores
Bo Xilai, el exjefe del partido de la provincia de Chongqing, está languideciendo en prisión. Ha estado detenido durante más de un año debido a que trató de revivir el espíritu cultural e igualitario de Mao Zedong y porque tenía un programa para retrasar la marcha por el camino capitalista. (Ver los artículos de Mundo Obrero.)
Bo representaba una resistencia de izquierda a las políticas actuales en el ámbito de la más alta dirección. Su derrota ha allanado el camino a una vuelta más a la derecha.
Lo que realmente se necesita es un giro brusco a la izquierda. Los trabajadores deben reclamar los derechos socialistas prioritariamente establecidos por la revolución china y profundizados en el periodo de Mao. Esto es lo único que puede revivir y asegurar el socialismo chino en el largo plazo.
Pero, mientras tanto, tiene que haber una firme defensa de China contra todos los planes del imperialismo y de la clase capitalista nacional China que amenazan con socavar las bases socialistas que todavía existen allí.
El tema de China es una de las cuestiones más importantes del siglo XXI para la clase obrera y los pueblos oprimidos, así como para las clases dominantes imperialistas hostiles del mundo.
Los movimientos progresistas y revolucionarios, sobre todo en los EE.UU., tienen un gran interés en llegar a una correcta política hacia China.
En primer lugar, China es un país oprimido en el pasado que logró la liberación de los británicos, franceses, alemanes, los EE.UU. y el imperialismo japonés en 1949 por medio de una de las grandes revoluciones de la historia. En ese momento, una cuarta parte de la raza humana fue liberada de las garras del imperialismo. Como país oprimido en el pasado que lucha por el desarrollo nacional, debe ser defendido contra todas las variedades de agresión imperialista de tipo militar, económico y político, independientemente de lo que uno piense sobre su carácter social.
China hoy es un fenómeno de la historia nuevo, complejo y contradictorio. Cuenta con estructuras socialistas fundamentales junto con el desarrollo capitalista y la penetración imperialista. Los dirigentes lo denominan "socialismo de mercado" o socialismo con características chinas.
El socialismo se inscribe firmemente en la constitución de la fundación de China. La clase capitalista internacional es profundamente hostil a China y nunca deja de tratar de socavar sus estructuras socialistas fundamentales.
Sin embargo, los trabajadores de la industria privada de China son objeto de la explotación capitalista y los trabajadores de las empresas estatales han perdido gran parte del apoyo económico que una vez era inherente a sus lugares de trabajo. Los accidentes de trabajo son infernales y los problemas ambientales son graves.
Carácter dual de la base económica de China
Sólo el marxismo nos permite acercarnos a un análisis de China.
El marxismo ha demostrado que el carácter de una sociedad está determinado por su base económica y la superestructura de la sociedad, su política, la ideología, etc., están determinados por la base económica.
¿Cómo se puede aplicar este análisis a China y cómo puede ayudar a clarificar cómo ver a China?
Para empezar, la base económica de China no es homogénea. En parte es socialista y en parte capitalista. La pregunta para nosotros y para la clase obrera mundial es: ¿Cuál es la dominante, la fundación de base socialista o las empresas capitalistas que buscan la acumulación privada de ganancias a través de la explotación de la clase obrera?
Del mismo modo, la superestructura tampoco es homogénea. Por un lado están el Partido Comunista, el Ejército Popular de Liberación y de la doctrina ideológica que declara que el socialismo es el cimiento de la China. Por otro lado, está la promoción incesante de apertura al imperialismo y las reformas que produce el mercado capitalista. Y sobre todo hay una lucha por la reforma política, es decir, el derecho de la burguesía y la pequeña burguesía de organizarse políticamente, ya sea en el interior del partido, fuera del partido o en los dos ámbitos. Hay un constante bombardeo de los imperialistas de hacer la "reforma política" de los imperialistas y sus aliados de clase dentro de China.
La crisis económica de 2008-2009 fue una prueba crítica
¿Cómo podemos evaluar esta situación? Debemos comenzar por examina empíricamente a China, por una parte, y al resto del mundo capitalista por el otro.
Una prueba crucial se produjo cuando los dirigentes chinos se vieron obligados a hacer frente a los efectos de la peor crisis capitalista desde la Segunda Guerra Mundial.
Cuando estalló la crisis en 2008 y 2009, varias decenas de millones de trabajadores en los EE.UU., Europa, Japón y en todo el mundo capitalista, se hundieron en el desempleo.
China, que se había permitido convertirse, peligrosamente, en dependiente en gran medida de las exportaciones a Occidente capitalista, de repente se encontró con el cierre de miles de fábricas, principalmente en las provincias costeras del este y las zonas económicas especiales.
Más de 20 millones de trabajadores chinos perdieron sus trabajos en un tiempo muy corto.
Entonces, ¿qué hizo el gobierno chino?
Hemos descrito lo que sucedió en una serie de artículos en Workers World titulada "La represión de Bo Xilai y el camino capitalista, ¿puede revivirse el socialismo en China?" El artículo, publicado el 27 de marzo de 2012, explicó que los planes, redactados ya en 2003 y que entrarán en vigor en los próximos años, fueron impulsados hacia adelante e implementados.
Luego citamos a Nicholas Lardy, un experto en la burguesía China del prestigioso Instituto Peterson de Economía Internacional, quien describió que el consumo en China en realidad creció durante la crisis de 2008-09, los salarios subieron y el gobierno creó bastantes puestos de trabajo para compensar los despidos provocados por la crisis global.
Lardy dijo: "En un año en el cual la expansión del PIB [en China] fue el más lento en casi una década, ¿cómo pudo ser el crecimiento del consumo en el año 2009 tan fuerte en términos relativos? ¿Cómo pudo suceder esto en un momento en que el empleo en las industrias orientadas a la exportación se derrumbaba, contemplando una encuesta realizada por el Ministerio de Agricultura donde se informa de la pérdida de 20 millones de puestos de trabajo en centros de manufactura de exportación a lo largo de la costa sureste, sobre todo en la provincia de Guangdong? El crecimiento relativamente fuerte del consumo en 2009 se explica por varios factores. En primer lugar el auge de la inversión, en particular en las actividades de la construcción, que parecen haber generado suficientes empleos como para compensar una gran parte de las pérdidas de empleos en el sector exportador. En todo el año, la economía china creó 11,02 millones de puestos de trabajo en las zonas urbanas, casi coincide con los 11.130.000 empleos urbanos creados en 2008.
"En segundo lugar, mientras que el crecimiento del empleo se desaceleró ligeramente, los salarios continuaron aumentando. En términos nominales, los salarios en el sector formal aumentaron un 12% porcentualmente, unos puntos por debajo del promedio de los cinco años anteriores (Oficina Nacional de Estadísticas de China, 2010, p. 131). En términos reales, el aumento fue de casi un 13%. En tercer lugar, el gobierno continuó también con aumentos en los planes de pensiones y elevó las transferencias a los residentes de ingresos más bajos de China. El pago de las pensiones mensuales a los jubilados de la empresa aumentaron en 120 según el RMB (renminbi, N. de T.), o sea, el 10% en enero de 2009, bastante más que el aumento del 5,9% de los precios al consumidor en 2008. Esto elevó el total de pagos a los jubilados en alrededor de 75.000 millones de RMB. El Ministerio de Asuntos Civiles aumentó en un tercio las transferencias de pagos a unos 70 millones de ciudadanos ubicados en los más bajos ingresos de China, resultando un aumento en RMB de 20.000 millones de dólares en 2009 (Ministerio de Asuntos Civiles de 2010)".
Explicó, además, que el Ministerio de Ferrocarriles presentó ocho planes específicos para que se apliquen en la época de crisis y que deben completarse en el año 2020. El Banco Mundial llamó "quizás el mayor programa planificado de inversiones ferroviarias de pasajeros que ha habido en cualquier país". Además se llevaron a cabo proyectos de redes de ultra alta tensión, entre otros avances.
El artículo completo de Lardy se puede encontrar en “Sustaining China’s Economic Growth after the Global Financial Crisis,” Kindle Locations 664-666, Peterson Institute for International Economics.
Las estructuras socialistas revirtieron el colapso
Así es como subieron los ingresos, aumentó el consumo y se superó el desempleo en China mientras el mundo capitalista seguía sumido en el desempleo masivo, la austeridad, la recesión, el estancamiento, el lento crecimiento y el aumento de la pobreza.
El hecho de haber podido revertir los efectos de la crisis en China es el resultado directo de la planificación nacional, las empresas de propiedad estatal, la banca de propiedad estatal y las decisiones políticas del Partido Comunista Chino.
Hubo una crisis en China que fue causada por la crisis capitalista mundial. La pregunta era qué principios prevalecerían frente al desempleo masivo: el principio humano racional de planificación o el del mercado capitalista. En China, el principio de la planificación, el elemento consciente, tenía prioridad sobre la anarquía de la producción provocada por las leyes del mercado y la ley del valor-trabajo.
Pero las instituciones basadas en las estructuras del socialismo chino que permanecen, las que salvaron a las masas del desastre económico, son las mismas instituciones que el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, Wall Street y Londres quieren recortar y, eventualmente, destruir. Son las empresas de propiedad estatal, la planificación y el control del gobierno que aún mantiene el Partido Comunista Chino.
Se podría decir que el liderazgo chino hizo esto para evitar disturbios. Sin duda, los capitalistas de Europa y los EE.UU. también quieren evitar disturbios. Pero esto no hizo que decenas de millones de trabajadores hayan vuelto a trabajar, eleven las pensiones, aumenten los estipendios y pagos de bienestar social. Se les exigió austeridad para asegurar las ganancias de los banqueros.
Volviendo al análisis marxista, queda claro por la forma en que el liderazgo chino manejó esta crisis que la parte socialista de la base económica sigue siendo dominante en China. Y lo mismo puede decirse de la superestructura política.
Los enemigos del socialismo afirman que el capitalismo es responsable de los grandes éxitos de China.
Pero eso es falso. China ha tenido éxito en su desarrollo económico porque el sector socialista ha contenido ampliamente al capitalismo interno y la inversión imperialista en el marco de los objetivos económicos nacionales de los dirigentes.
Sin eso, China se vería como la India, que también cuenta con la planificación pero es un país totalmente capitalista.
En la India, la pobreza es tan profunda que las personas viven en vertederos de basura, lavan la ropa en agua contaminada y las barriadas urbanas de Calcuta y Mumbai compiten en pobreza con el medio rural. Las masas de la India son muy pobres, viven con 1 ó 2 dólares diarios, incluso cuando la refulgente industria de alta tecnología se desarrolla junto a las pésimas condiciones económicas que enfrentan cientos de millones de indios.
No hay comparación con China. Pero si los imperialistas hacen las cosas a su manera, si pueden destruir las bases socialistas y al Partido Comunista, China se convertirá en otra India. Eso es lo que está en juego en la lucha para detener la contrarrevolución en China.
"Socialismo de mercado" un concepto falso y peligroso
Este análisis no debe entenderse de ninguna manera como apoyo a la doctrina del "socialismo de mercado." En nuestra opinión, la anarquía del mercado capitalista es antagónica de la planificación de una sociedad socialista y la construcción socialista. La propiedad privada capitalista es hostil a la propiedad socialista y la producción para la acumulación privada es antagónica de la producción para el uso social y la necesidad humana.
Hay circunstancias históricas de subdesarrollo extremo que obligan a un gobierno socialista emplear ambos métodos privados y estatales capitalistas para promover el desarrollo de las fuerzas productivas y la creación de la clase trabajadora arrancada a la población rural.
Una cosa es, sin embargo, utilizar estos métodos como un recurso temporal y otra hacer un repliegue del socialismo con el fin de que el socialismo triunfe en la lucha contra los métodos capitalistas. Esa fue la idea de Lenin tras la nueva política económica. Se inició en 1921 en la URSS, en los momentos más terribles después de que la guerra civil dejó al país en ruinas y la clase obrera que sobrevivió regresaba a la economía rural para conseguir comida.
Pero Lenin siempre consideró esto como una retirada y una lucha crucial. La cuestión, como dijo Lenin, era "¿Quién va a ganar?"
China hace mucho tiempo se desarrolló económicamente después de las reformas capitalistas iniciadas por Deng Xiaoping. Pero lo que debería haber sido una retirada temporal se ha convertido en una política destinada a tratar al capitalismo como un socio del socialismo. El capital privado crece de forma automática y con él el poder económico y la influencia política de la clase capitalista, los pequeños burgueses parásitos, así como la intelectualidad pequeño burguesa. Esto conlleva grandes peligros a largo plazo para China.
El componente socialista de la base económica es dominante en la actualidad. Pero el capitalismo sigue erosionando esa base y hace daño a los trabajadores. Por otra parte, el nuevo liderazgo de Xi Jiping y de Li Kequang ha enviado señales de que quieren desplazarse hacia la derecha en la economía. Ampliar las oportunidades de la inversión imperialista y avanzar cada vez más en la dirección de las reformas económicas burguesas es jugar con fuego.
Revivir el espíritu de Mao, el poder de los trabajadores
Bo Xilai, el exjefe del partido de la provincia de Chongqing, está languideciendo en prisión. Ha estado detenido durante más de un año debido a que trató de revivir el espíritu cultural e igualitario de Mao Zedong y porque tenía un programa para retrasar la marcha por el camino capitalista. (Ver los artículos de Mundo Obrero.)
Bo representaba una resistencia de izquierda a las políticas actuales en el ámbito de la más alta dirección. Su derrota ha allanado el camino a una vuelta más a la derecha.
Lo que realmente se necesita es un giro brusco a la izquierda. Los trabajadores deben reclamar los derechos socialistas prioritariamente establecidos por la revolución china y profundizados en el periodo de Mao. Esto es lo único que puede revivir y asegurar el socialismo chino en el largo plazo.
Pero, mientras tanto, tiene que haber una firme defensa de China contra todos los planes del imperialismo y de la clase capitalista nacional China que amenazan con socavar las bases socialistas que todavía existen allí.
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