martes, 11 de junio de 2013

Lorca en el corazón del capitalismo. Poeta en New York

Rafael Castaño Rendón rechaza esa imagen de Federico García Lorca como señorito andaluz, alegre, bullicioso, tocando el piano y sólo muy superficialmente implicado en la política, difundida desde la época franquista, cuando su talla intelectual y humana resultó ya inocultable incluso en este reprimido país. Sin negar su talante vitalista, o precisamente por eso, era una persona sensible al sufrimiento de los más débiles, sentido como propio. Cuando ese sentimiento es auténtico, no puede confundirse con una actitud engañosa.

Esto se manifiesta en ese maravilloso libro que es Poeta en Nueva York. El análisis de Rafael es digno de ser compartido, sobre si el lector carece de las claves para interpretar su Hudson de metáforas.

Claves que la lectura del artículo desvela, y que llenan de sentido cada una de las imágenes literarias de este libro singular.





Lo social en Lorca surge de la observación y vivencia en la ciudad de New York, su falta de valores –mejor, sus valores exclusivamente materialistas- de donde emana una obra que es tanto un canto a la vida, a la humanidad y a la naturaleza como una denuncia a la aurora imposible de New York.


En un artículo anterior que llamé ¿Fue Bernarda la causa del asesinato de Lorca? intenté desmontar la muy extendida imagen (véanse si no las numerosas reseñas biográficas al uso sobre el poeta) del Federico sólo muy superficialmente implicado en la política, así como del Lorca señorito andaluz, alegre, bullicioso, tocando el piano,...en donde su asesinato siempre acaba explicándose por razones de rencillas rurales. A partir de “Comedia sin Título” una de las tantas obras póstumas de Federico (tenía muchas en la hora de su muerte trágica. Más que póstumas, era todo un mundo en marcha de aquella persona fascinante y genial) realicé observaciones sobre la gran concienciación político-social de Lorca en los años anteriores al inicio de la Guerra.

Ahora se da un paso atrás en el tiempo en su proceso de creación (proceso, porque en el teatro, en la poesía, en la prosa, en las conferencias, en su vida pública,...Lorca iba arrastrando, creando y avanzando en sus grandes temas) y la conciencia social alcanzada en una obra que ha sido considerado por igual de surrealista  y de ser la más social entre las suyas, por sus claras imprecaciones al capitalismo. Hablamos de “Poeta en New York”...

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