En la red lees a veces cosas que te llaman la atención. Aclaran o perfilan tus propios pensamientos, o los ponen patas arriba, haciéndote dudar de tus opiniones más o menos seguras. El correo electrónico es un maravilloso medio de difusión, y mandas un mensaje a tu lista de amigos.
Resultado probable: algunos lo leen con interés; otros, hartos, lo tiran a la papelera. Hay quien te hace ver que eres un palizas y te ruega que no le mandes más impertinencias. Y ante el necesario vacío de respuestas (menos mal, porque otra cosa convertiría el correo en un interminable intercambio de plácemes) dudas de cómo es recibido tu (des)interesado interés por trasmitir ideas.
Por eso quiero cambiar de método. El correo electrónico, para temas concretos. Para la comunicación abierta, el blog. Bajo esta etiqueta colgaré enlaces que me parezcan interesantes, porque un correo retransmitido y que en caso de éxito acaba rebotando en el propio autor, es otra forma más de aumentar la basura electrónica, el denostado spam.
El correo te presiona. "Léeme: sé que estás ahí". El blog es otra cosa. Su acceso anónimo no coacciona. Lanzas tu mensaje a la comunidad. Convierte en realidad el comunismo cognitivo que muchos queremos contraponer al "capitalismo cognitivo". Un comunismo verdaderamente libertario.
ya veo que te has enchufado al blog con fuerza, un saludo
ResponderEliminarme gusta este texto :)
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