No se puede acumular eternamente. Aunque de forma cíclica el sistema capitalista se libera de la "grasa sobrante", destruyendo buena parte de lo acumulado antes, cada vez lo hace en peores condiciones. Él mismo, en el proceso que angustiosamente acelera, destruye sus bases: la naturaleza y el ser humano.
Tiene una rabiosa necesidad de renacer, y una prodigiosa capacidad para hacerlo. Es, en cierto modo, un organismo vivo, un parásito que destruye al huésped, un tumor que, extirpado aparentemente, reproduce metástasis por doquier.
Dicen que es el producto natural de la naturaleza humana. Si así fuere, poco le queda a la humanidad. Pero hay otras vías. Ha habido otras sociedades, otros modos de sobrevivir. ¿Por qué no esforzarse en lograrlo, acabando con su forma de hacer deshaciendo? La toma de conciencia es el primer paso. De una masa de campesinos desarraigados, los trabajadores desgraciados e ignorantes de la revolución industrial, surgió el movimiento obrero. Su largo recorrido no ha terminado, pese a su muerte anunciada.
Pero la muerte que de verdad se atisba es la de la civilización que conocemos, y tal vez la del género humano, si se continúa por la vía de crecimiento cancerígeno del capital.
Pero la muerte que de verdad se atisba es la de la civilización que conocemos, y tal vez la del género humano, si se continúa por la vía de crecimiento cancerígeno del capital.
No vale rendirse. Quien se rinde pierde. El árbol enfermo acaba muriendo, y la infección muere con él. No parece la mejor solución para este mal.
Rebelión
No basta con culpar al neoliberalismo ni explicar problemas aislados. Se trata de comprender que la crisis del sistema empresarial es estructural y todas sus manifestaciones están interrelacionadas.
El calentamiento global
es el tema mejor expuesto como peligro grave para la humanidad. No son
pocas las charlas, artículos, campañas que lo abordan.
Sin embargo se comete el error de no relacionarlo con los otros problemas al no determinar su origen común.
Paralelamente cuando se denuncia el dominio actual de los grandes
empresarios casi no se habla de su remplazo por otra civilización, menos
por una que sea socialista.
Hay temor para referirse a un cambio radical enfrentando el poder y una masa de solicitantes de mejoras al sistema.
Lo que más abunda son los silencios. Pero hay que mostrar la raíz del tronco y sus ramas.
Lo que más abunda son los silencios. Pero hay que mostrar la raíz del tronco y sus ramas.
El capitalismo es un sistema que comunica todo. Nada queda aislado en su funcionamiento y sus consecuencias.
El calentamiento global se debe a la quema sin límites de combustibles
fósiles. Al derecho de los negociantes a enriquecerse sin responsabilidad
por el CO2 que emiten.
El peligro evidente de una guerra nuclear se debe a la codicia corporativa de Occidente por los recursos finitos del planeta.
La tendencia hacia la disminución de puestos de trabajo se debe al
interés de maximizar las utilidades de las empresas en competencia.
Tras la depredación de minas, océanos, selvas, aguas, está la ambición ciega.
Las finanzas en riesgo permanente de colapsar mueven una masa
gigantesca de valores sin respaldo en la economía real creada en un
juego de especuladores.
Los medios no informan sino que manipulan porque son empresas de lucro dentro y para el sistema.
El deber con todas las vidas y el medio ambiente es señalar hacia la
raíz de los problemas y mostrar que la opción humanista frente al
colapso es un socialismo solidario.
No sobra tiempo.
En el nuevo libro '¿Tiene futuro el capitalismo?', obra conjunta de
varios economistas y sociólogos reconocidos a nivel internacional, los
expertos coinciden en que el mundo está a punto de entrar en una crisis
estructural del sistema capitalista, revela la revista 'Expert'. De este
modo, el sociólogo estadounidense Immanuel Wallerstein escribe que el
crecimiento del capitalismo alcanzó su tope en los años 70, mientras que
todas las décadas siguientes el sistema sólo superó las numerosas
crisis, sin resolver ningún problema.
"El sistema mundial
moderno no puede seguir de la misma manera, ya que el capitalismo no
puede acumular las ganancias sin parar", concluye el experto. Por su
parte, el doctor Randall Collins destaca que el fin del capitalismo será
en 2040, año en que según él, más de un 50% de la población activa
perderá su trabajo por los procesos de sustitución tecnológica.
La mayor interrogación para Collins es qué sistema ocupará su lugar:
¿una dictadura fascista o un sistema democrático no capitalista? Pero lo
más probable según el experto es que "en los próximos siglos tendrá
lugar un constante cambio entre dos sistemas: del capitalismo al
socialismo, y a lo mejor, otra vez al capitalismo". [RT]
La forma de vida actual no será eterna.
No existen amenazas aisladas en un sistema. Muy poco de la actividad
humana es completamente libre del la red de los empresarios.
La síntesis del drama es el capitalismo.
Por un Movimiento para una civilización sustentable-solidaria.
Saludos amigos de Esencial o Menos. Hablando de evitar esa muerte anunciada, les presento a continuación una propuesta que pudiera ser de su interés:
ResponderEliminarUNA CIUDAD-ESTADO VIRTUAL, COMO MODELO PARA CONSTRUIR UN MUNDO SUSTENTABLE REAL.
A pesar de la elevada calidad de vida que han logrado alcanzar algunas de las llamadas naciones desarrolladas, lo cierto es que el mundo, considerado como un conjunto de países ubicados en una biosfera frágil y geográficamente limitada, está amenazado de extinción por causa de la depredación del medio ambiente y los conflictos humanos.
No obstante las buenas e importantísimas acciones tomadas por grupos e individualidades en pro de un mundo mejor, el deterioro a todo nivel continúa aumentando peligrosamente.
Después de más de treinta años dedicados a estos asuntos, y por aquello de que “una imagen vale más que mil palabras” se nos ha ocurrido una estrategia alternativa, la cual consiste en el diseño de una ciudad piloto sostenible y autosuficiente que posea todas las características de infraestructura y organización correspondientes a la sociedad pacífica y sostenible que deseamos para nosotros y nuestros descendientes, y cuya presentación en forma de maquetas, series animadas, largometrajes, video juegos y parques temáticos a escala real, serviría de modelo a seguir para generar los cambios necesarios.
El prototipo que presentamos posee algunas características que se oponen, a veces en forma radical, a los usos y costumbres religiosos, económicos, políticos y educativos que se han transmitido de generación en generación, pero que son los causantes de la problemática mencionada, por lo que deben ser transformados.
Si les interesa conocer este proyecto, o incluso participar en él, los invitamos a visitar nuestro sitio web https://elmundofelizdelfuturo.blogspot.com/ (escrito en español y en inglés), donde estamos trabajando en ese sentido.