miércoles, 29 de junio de 2022

Qué es exactamente la democracia

Saramago, hace dieciocho años, analizaba con su tranquila lucidez el concepto y los límites de la democracia. La primera historiada, la ateniense, tenía grandes limitaciones. Mujeres, esclavos y libertos carecían de derechos políticos, que tampoco tenían los metecos (¡ojo, tampoco nuestros metecos los tienen!). Aún así, en su seno hubo momentos de auténtica participación. El reducido número de ciudadanos (en buena medida ociosos) lo permitía.

El modelo nunca tuvo ese carácter en Roma, dominada siempre por una poderosa oligarquía latifundista. La desigualdad económica y social lastra siempre la igualdad política. La mayoría sujeta a carencias y preocupaciones cotidianas no puede entrar de lleno en los detalles de la arena política. Y delega. Señalaba el autor del artículo:

"...dentro mismo del mecanismo electoral se encuentran en conflicto una opción política representada por el voto y una abdicación cívica(...) En el preciso momento en que la boleta es introducida en la urna, el elector transfiere a otras manos, sin más contrapartida que algunas promesas escuchadas durante la campaña electoral, la parcela de poder político que poseía hasta ese momento..." 
"...el derecho de voto, expresión de una voluntad política, es al mismo tiempo un acto de renuncia a esa misma voluntad, puesto que el elector la delega a un candidato. Al menos para una parte de la población, el acto de votar es una forma de renuncia temporaria a una acción política personal, puesta en sordina hasta las siguientes elecciones, momento en que los mecanismos de delegación volverán al punto de partida para empezar otra vez de la misma manera." 
"...una democracia política que no descansa sobre una democracia económica y cultural no sirve de mucho. Despreciada y relegada al depósito de las fórmulas envejecidas, la idea de una democracia económica ha dejado lugar a un mercado triunfante hasta la obscenidad. Y la idea de una democracia cultural fue reemplazada por la no menos obscena de una masificación industrial de las culturas, pseudo melting-pot que se utiliza para enmascarar la predominancia de una de ellas." 
"...la cuestión principal que todo tipo de organización humana se plantea, desde que el mundo es mundo, es la del poderY el principal problema es identificar quién lo detenta, verificar por qué medio lo obtuvo, qué uso hace de él, qué métodos utiliza y cuáles son sus ambiciones." 
"...se dice también que la democracia es el sistema político menos malo, y nadie se percata de que esta aceptación resignada de un modelo que se contenta con ser “el menos malo” puede constituir el freno de una búsqueda de algo “mejor”."
"...los pueblos no han elegido a sus gobiernos para que éstos los “ofrezcan” al mercado. Pero el mercado condiciona a los gobiernos para que éstos les “ofrezcan” a sus pueblos." 
"...una democracia verdadera (...) debería comenzar por lo que tenemos a mano, es decir, el país en que nacimos, la sociedad en que vivimos, la calle donde moramos."


EL SUDAMERICANO

27/06/2022

(Publicado en Le Monde Diplomatique, agosto de 2004)


En su libro Política, Aristóteles nos dice en primer lugar esto: “En democracia, los pobres son reyes porque son mayoría, y porque la voluntad de la mayoría tiene fuerza de ley”. [1] En un segundo pasaje, parece restringir primero el alcance de esta frase, luego la amplía, la completa y acaba por establecer un axioma: “La equidad en el seno del Estado exige que los pobres no posean de ningún modo más poder que los ricos, que no sean los únicos soberanos, sino que todos los ciudadanos lo sean en proporción a su número. Éstas son las condiciones indispensables para que el Estado garantice eficazmente la igualdad y la libertad”.

Aristóteles nos dice que aunque participen con total legitimidad democrática en el gobierno de la polis, los ciudadanos ricos serán siempre una minoría en razón de una incontestable proporcionalidad. Sobre un punto, tenía razón: por más lejos que nos remontemos en el tiempo, nunca los ricos fueron más numerosos que los pobres. Pese a esto, los ricos siempre gobernaron el mundo o sostuvieron los hilos de los que gobernaban. Constatación más actual que nunca. Señalemos de paso que, para Aristóteles, el Estado representa una forma superior de moralidad…

Todo manual de derecho constitucional nos enseña que la democracia es “una organización interna del Estado por la cual el origen y el ejercicio del poder político incumbe al pueblo, organización que permite al pueblo gobernado gobernar a su vez por medio de sus representantes electos”. Aceptar definiciones como ésta, de una pertinencia tal que roza las ciencias exactas, correspondería, traspuestas a nuestra vida, a no tener en cuenta la gradación infinita de estados patológicos a los que nuestro cuerpo puede verse confrontado en todo momento.

En otros términos: el hecho de que la democracia pueda definirse con mucha precisión no significa que funcione realmente. Una breve incursión en la historia de las ideas políticas conduce a dos observaciones a menudo descartadas so pretexto de que el mundo cambia. La primera, recuerda que la democracia apareció en Atenas, hacia el siglo V antes de Cristo; que suponía la participación de todos los hombres libres en el gobierno de la ciudad; estaba fundada en la forma directa, siendo los cargos efectivos o atribuidos según un sistema mixto de sorteo y elección; y los ciudadanos tenían derecho al voto y a presentar propuestas en las asambleas populares.

Sin embargo —ésta es la segunda observación—, en Roma, continuadora de los griegos, el sistema democrático no consiguió imponerse. El obstáculo procedió del poder económico desmedido de una aristocracia latifundista que veía en la democracia un enemigo directo. Pese al riesgo de toda extrapolación, ¿podemos evitar preguntarnos si los imperios económicos contemporáneos no son, también, adversarios radicales de la democracia, aunque se mantengan por el momento las apariencias?

El lugar del poder

Las instancias del poder político intentan desviar nuestra atención de una evidencia: dentro mismo del mecanismo electoral se encuentran en conflicto una opción política representada por el voto y una abdicación cívica. ¿Acaso no es cierto que, en el preciso momento en que la boleta es introducida en la urna, el elector transfiere a otras manos, sin más contrapartida que algunas promesas escuchadas durante la campaña electoral, la parcela de poder político que poseía hasta ese momento en tanto miembro de la comunidad de ciudadanos?

Este papel de abogado del diablo que asumo puede parecer imprudente. Razón de más para que examinemos qué es nuestra democracia y cuál es su utilidad, antes de pretender —obsesión de nuestra época— hacerla obligatoria y universal. Esta caricatura de democracia que, como misioneros de una nueva religión, procuramos imponer al resto de mundo no es la democracia de los griegos, sino un sistema que los mismos romanos no habrían vacilado en imponer a sus territorios. Este tipo de democracia, rebajada por mil parámetros económicos y financieros, habría logrado sin duda hacer cambiar de idea a los latifundistas del Lacio, transformados entonces en los más fervientes demócratas…

Puede emerger en la mente de ciertos lectores una enojosa sospecha sobre mis convicciones democráticas, dadas mis muy conocidas inclinaciones ideológicas [2]

Defiendo la idea de un mundo verdaderamente democrático que finalmente se haga realidad, dos mil quinientos años después de Sócrates, Platón y Aristóteles. Esa quimera griega de una sociedad armoniosa, sin distinciones entre amos y esclavos, como la conciben las almas cándidas que siguen creyendo en la perfección.

Algunos me dirán: pero las democracias occidentales no son censatarias ni racistas, y el voto del ciudadano rico o de piel blanca cuenta tanto en las urnas como el del ciudadano pobre o de piel oscura. Si nos fiamos de semejantes apariencias, habríamos alcanzado el summum de la democracia.

A riesgo de aplacar esos ardores, diré que las realidades terribles del mundo en que vivimos hacen irrisorio ese cuadro idílico y que, de un modo u otro, acabaremos dando con un cuerpo autoritario disimulado bajo los más bellos atavíos de la democracia.

Así, el derecho de voto, expresión de una voluntad política, es al mismo tiempo un acto de renuncia a esa misma voluntad, puesto que el elector la delega a un candidato. Al menos para una parte de la población, el acto de votar es una forma de renuncia temporaria a una acción política personal, puesta en sordina hasta las siguientes elecciones, momento en que los mecanismos de delegación volverán al punto de partida para empezar otra vez de la misma manera.

Para la minoría elegida, esta renuncia puede constituir el primer paso de un mecanismo que autoriza muchas veces, a pesar de las vanas esperanzas de los electores, a perseguir objetivos que no tienen nada de democráticos y pueden ser verdaderas ofensas a la ley. En principio, a nadie se le ocurriría elegir como representantes al Parlamento a individuos corruptos, incluso si la triste experiencia nos enseña que las altas esferas del poder, en el plano nacional e internacional, están ocupadas por ese tipo de criminales o sus mandatarios. Ninguna observación microscópica de los votos depositados en las urnas tendría el poder de hacer visibles los signos delatores de las relaciones entre los Estados y los grupos económicos cuyos actos delictivos, e incluso bélicos, llevan a nuestro planeta derecho a la catástrofe.

La experiencia confirma que una democracia política que no descansa sobre una democracia económica y cultural no sirve de mucho. Despreciada y relegada al depósito de las fórmulas envejecidas, la idea de una democracia económica ha dejado lugar a un mercado triunfante hasta la obscenidad. Y la idea de una democracia cultural fue reemplazada por la no menos obscena de una masificación industrial de las culturas, pseudo melting-pot que se utiliza para enmascarar la predominancia de una de ellas.

Creemos haber avanzado, pero en realidad retrocedemos. Hablar de democracia se volverá cada vez más absurdo si nos obstinamos en identificarla con instituciones denominadas partidos, Parlamentos, gobiernos, sin proceder a un análisis del uso que estos últimos hacen del voto que les permitió acceder al poder. Una democracia que no se autocritica, se condena a la parálisis.

No concluyan que estoy en contra de la existencia de los partidos: milito dentro de uno de ellos. No crean tampoco que aborrezco los Parlamentos: los apreciaría si se consagraran más a la acción que a la palabra. Y tampoco imaginen que soy el inventor de una receta mágica que permite a los pueblos vivir felices sin tener gobierno. Me niego a admitir que sólo se pueda gobernar y desear ser gobernado según los incompletos e incoherentes modelos democráticos vigentes.

Los califico así porque no veo otra forma de designarlos. Una democracia verdadera, que inundaría con su luz, como un sol, a todos los pueblos, debería comenzar por lo que tenemos a mano, es decir, el país en que nacimos, la sociedad en que vivimos, la calle donde moramos.

Si esta condición no es respetada —y no lo es— todos los razonamientos anteriores, es decir, el fundamento teórico y el funcionamiento experimental del sistema, estarán viciados. Purificar las aguas del río que atraviesa la ciudad no servirá de nada si el foco de la contaminación está en las fuentes.

La cuestión principal que todo tipo de organización humana se plantea, desde que el mundo es mundo, es la del poder. Y el principal problema es identificar quién lo detenta, verificar por qué medio lo obtuvo, qué uso hace de él, qué métodos utiliza y cuáles son sus ambiciones.

Si la democracia fuera realmente el gobierno del pueblo, para el pueblo y por el pueblo, todo debate cesaría. Pero no estamos en ese punto. Y sólo un espíritu cínico se animaría a afirmar que todo va inmejorablemente bien en el mundo en que vivimos.

Se dice también que la democracia es el sistema político menos malo, y nadie se percata de que esta aceptación resignada de un modelo que se contenta con ser “el menos malo” puede constituir el freno de una búsqueda de algo “mejor”.

El poder democrático es, por su naturaleza, siempre provisorio. Depende de la estabilidad de las elecciones, de las fluctuaciones de las ideologías y de los intereses de clase. Podemos ver en él una suerte de barómetro orgánico que registra las variaciones de la voluntad política de la sociedad. Pero de un modo flagrante ya no contamos las alternancias políticas aparentemente radicales que tienen por efecto cambios de gobierno, pero que no vienen acompañadas por transformaciones sociales, económicas y culturales tan fundamentales como hacía suponer el resultado del sufragio.

En efecto, decir gobierno “socialista”, o “socialdemócrata”, o aun “conservador”, o “liberal” y llamarlo “poder”, no es más que una operación estética barata. Es pretender nombrar algo que no se encuentra allí donde querrían hacérnoslo creer. Porque el poder, el verdadero poder, se encuentra en otra parte: es el poder económico. Ese cuyos contornos de filigrana percibimos, pero se nos escapa cuando queremos aproximarnos a él y contraataca si nos dan ganas de restringir su influencia, sometiéndolo a las reglas del interés general.

En términos más claros: los pueblos no han elegido a sus gobiernos para que éstos los “ofrezcan” al mercado. Pero el mercado condiciona a los gobiernos para que éstos les “ofrezcan” a sus pueblos. En nuestra época de mundialización liberal, el mercado es el instrumento por excelencia del único poder digno de ese nombre, el poder económico y financiero. Éste no es democrático puesto que no ha sido elegido por el pueblo, no es gestionado por el pueblo y sobre todo porque no tiene como finalidad el bienestar del pueblo.

No hago más que enunciar verdades elementales. Los estrategas políticos, de todos los bandos, han impuesto un silencio prudente para que nadie se atreva a insinuar que seguimos cultivando la mentira y aceptamos ser cómplices de ella.

El sistema llamado democrático se parece cada vez más a un gobierno de los ricos y cada vez menos a un gobierno del pueblo. Imposible negar la evidencia: la masa de los pobres llamada a votar nunca es llamada a gobernar. En la hipótesis de un gobierno formado por los pobres, donde éstos representarían la mayoría, como Aristóteles imaginó en su Política, ellos no dispondrían de los medios para modificar la organización del universo de los ricos que los dominan, vigilan y asfixian.

La pretendida democracia occidental ha entrado en una etapa de transformación retrógrada que no puede detener, y cuyas consecuencias previsibles serán su propia negación. No hay necesidad alguna de que alguien tome la responsabilidad de liquidarla, ella misma se suicida todos los días.

¿Qué hacer? ¿Reformarla? Sabemos que, como escribió acertadamente el autor de El Gatopardo [3], reformar no es otra cosa que cambiar lo necesario para que nada cambie. ¿Renovarla? ¿Qué época del pasado suficientemente democrática valdría la pena que regresemos a ella para, a partir de ahí, reconstruir con nuevos materiales lo que está en el camino de la perdición? ¿La de la Grecia antigua? ¿La de las repúblicas mercantiles de la Edad Media? ¿La del liberalismo inglés del siglo XVII? ¿La del siglo francés de las Luces? Las respuestas serían tan fútiles como las preguntas…

¿Qué hacer entonces? Dejemos de considerar la democracia como un valor adquirido, definido de una vez por todas e intocable para siempre. En un mundo en que estamos acostumbrados a debatir todo, sólo persiste un tabú: la democracia. Antonio Salazar (1889-1970), el dictador que gobernó Portugal durante más de cuarenta años, afirmaba: “No se cuestiona a Dios, no se cuestiona la patria, no se cuestiona la familia”. Hoy en día cuestionamos a Dios, a la patria, y si no cuestionamos la familia es porque ella se encarga de hacerlo sola. Pero no cuestionamos la democracia.

Entonces digo: cuestionémosla en todos los debates. Si no encontramos un modo de reinventarla, no perderemos sólo la democracia, sino la esperanza de ver un día los derechos humanos respetados en este planeta. Sería entonces el fracaso más estruendoso de nuestro tiempo, la señal de una traición que marcaría a la humanidad para siempre.

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NOTAS:

[1] Aristóteles, Política, Editorial Nacional, Madrid, 1981.

[2] José Saramago se declaró comunista.

[3] Novela póstuma “Il Gattopardo” del escritor siciliano Giuseppe Tommasi di Lampedusa (1896-1957), publicada en 1958.

lunes, 27 de junio de 2022

Claro y sintético, sobre el decrecimiento

Mucho se ha escrito, y poco se ha leído (¡leído "con ganas"!) sobre este tema. Sencillamente, "no gusta". Pero como cantaba Antonio Molina, "el futuro es muy oscuro trabajando en el carbón". Y en el gas, y en el petróleo. Una distorsión del tiempo traslada los problemas al futuro. El mito del progreso, entendido en términos cuantitativos, ahoga el progreso cualitativo.

Las cosas se arreglan solas, decía en 1956 el sabio Salomón en la revista musical la chacha, Rodríguez y su padre. Entonces, tiempo de grandes carencias, tocaba, como ahora, eludir los problemas.

Conviene que, cuando los optimistas cantan, algún pesimista nos recuerde lo que no gusta.

Para refrescar la mente hay que remitirse a cosas como estas:

Entropía, recursos naturales y economía

El debate sobre el socialismo del siglo XXI apenas comienza

La izquierda debería abrazar el decrecimiento

Algunos partidos de izquierda empiezan a tomarse en serio el tema; ya va siendo hora:

Sostenibilidad, suelo y territorio

La izquierda debería abrazar el decrecimiento




















Res publica: Entropía y decrecimiento

Valentín Tomé
Pontevedra Viva, lunes 20 de Junio, 2022

Probablemente la entropía sea uno de los conceptos sobre el que se han vertido más ríos de tinta desde diferentes campos, a pesar de que en su origen está vinculado a la Física. Su formulación está ligada al Segundo Principio Fundamental de la Termodinámica y nos dice algo así como que en un sistema aislado expuesto a una cadena de transformaciones de energía se va perdiendo la capacidad de realizar trabajo útil, ya que la entropía aumenta, y con ello el desorden del sistema. Podríamos afirmar que la energía va perdiendo "calidad" conforme el sistema sufre diferentes transformaciones.

Por ejemplo, cuando quemamos carbón su energía se transformará en calor, humo y cenizas, la energía se dispersa, obteniéndose un sistema más desordenado, de mayor entropía. O si vertemos tinta en el agua, esta se dispersará mezclándose con ella. Y por mucho que esperemos no habrá un reordenamiento (disminución de la entropía) en el que se separe espontáneamente la tinta del agua. Por lo tanto, todo sistema cerrado tiende a un estado de máximo desorden o entropía o, lo que es lo mismo, a una disminución de energía útil.

Para detener esta tendencia natural al desorden es necesario introducir energía externa al sistema. Por ejemplo, lo hacemos cuando encendemos la calefacción de nuestra casa en invierno: si no lo hacemos, la temperatura de nuestro cuerpo, a causa del obstinado aumento de entropía, se igualará con la de la habitación que está más fría. Pero esto lo haremos a costa de aumentar la entropía en otro lugar. En este caso en una caldera que está quemando gas con el siguiente resultado: calentar agua para nuestra calefacción y producir un residuo en forma de CO2. Por lo tanto, cualquier cosa que se haga por disminuir la entropía en una parte de un sistema será a costa de aumentarla en otra.

A simple vista, podría parecernos que hay unos sistemas que escapan a esta ley inexorable, me refiero, claro está, a los sistemas biológicos. La Vida en la Tierra lleva unos cuatro mil millones de años intentando ordenar el mundo. La simple creación de una hormiga supone la organización de millones de células y componentes químicos. ¿Cómo es esto posible? Pues porque la biosfera no es un sistema cerrado. Estamos siendo continuamente "bañados" por un flujo de radiación solar, que es energía de baja entropía que queda disponible en la biosfera para el mayor y más eficiente sistema de transformación de energía en materia: la fotosíntesis, sin la cual, no existiríamos (desconozco si en esto es en lo que estaba pensando Perales cuando cantaba aquello de "Te quiero como la Tierra al Sol").

Cualquier fuente de energía en la que podamos pensar (combustibles fósiles, hidráulica, eólica…) tiene su origen inequívoco en la radiación solar, salvo la energía nuclear y la geotérmica. Pero entre ellas existen fuertes diferencias. Por ejemplo, además del inevitable aumento de la entropía que se da en cualquier proceso de transformación de energía, ninguna fuente energética exterior va a poder nunca renovar los combustibles fósiles, los minerales o las materias primas cuando estos se agoten. Sin embargo, sí existen otras fuentes, como la hidráulica, eólica o por supuesto la solar que sí están ligadas de manera indisoluble a nuestro astro Rey, y en cierta manera estarán ahí presentes mientras el Sol siga fusionando hidrógeno.

Comenzamos ahora a visualizar el problema de nuestro sistema económico. Por un lado, predica un crecimiento infinito en un planeta con recursos finitos, algo a todas luces inconsistente, pero es que, además, y en esto en muchas ocasiones se insiste menos, su propia actividad es, como no podía ser de otra manera, entrópica. Los recursos naturales (la materia-energía de baja entropía) se agrupan, se procesan y se convierten en bienes y servicios. Sin embargo, en cada paso de este proceso, se producen residuos (ahí tenemos por ejemplo la generación de CO2 inevitable a muchos de esos procesos de transformación y su indiscutible contribución al calentamiento global, o los residuos radioactivos que pervivirán millones de años generados en la actividad propia de los reactores nucleares), y se consume energía, que, por su alto desorden, ya no puede ser reutilizada (y aquí da igual si la fuente original de esa energía es o no de naturaleza renovable).

Es por ello que, nos guste o no, la propia Ciencia nos dice que sólo existe una alternativa posible compatible con los límites de la biosfera para nuestro sistema económico: el decrecimiento. Es decir, debemos disminuir de forma controlada y progresiva la producción y por tanto el consumo. Por supuesto se trata aquí de disminuir en lo superfluo, en nuestras necesidades artificiales, y potenciar las que realmente suponen un aumento de nuestro bienestar. Esto tendría además como efecto colateral de especial importancia la mejora de la salud pública: aumento de la calidad del aire que respiramos, producción de alimentos más sanos y realmente equilibrados, reducción del stress y de las enfermedades mentales…

Esto mismo es lo que trataron de señalar un grupo de científicos el pasado seis de abril de la organización Extinction Rebellion, cuando llevaron a cabo una acción pacífica en la puerta del Congreso de los Diputados arrojando zumo de remolacha contra su fachada, que se englobó dentro de la semana de protesta mundial para señalar la pasividad de gobiernos, instituciones y empresas contra la emergencia climática. Sin embargo, de manera sorpresiva, hace unos días, agentes antiterroristas de la Policía detuvieron a 14 activistas que participaron en esa acción. Se les acusa de un delito contra las altas instituciones del Estado. Todo ello a pesar de que el artículo 494 del Código Penal recoge que para que alguien pueda ser acusado de este delito es requisito indispensable interrumpir el normal funcionamiento de las Cortes, algo que no ocurrió en aquella ocasión.

Científicos tratados como terroristas por enunciar verdades de la Ciencia. Pitágoras entre rejas por enunciar su teorema. Algo que no es más que un corolario de un principio mayor: el capitalismo odia la Ciencia, sobre todo, aquella que deja constancia teórica y empírica de que su funcionamiento sin restricciones conduce irremediablemente al suicidio. Solo hace falta observar las reacciones entre nuestra burguesía, solicitando hasta su dimisión, cada vez que el ministro de Consumo se dedica a afirmar verdades elementales sobre nuestro conocimiento de las cosas que forma parte del acervo básico de cualquier endocrino o científico ambiental.

Llegados a este punto, se hace necesario hacer una pequeña aclaración. Muchas veces se afirma, incluso algunos científicos así lo hacen, que la acción humana asociada al funcionamiento del capitalismo como sistema económico (que ha dado lugar a un nuevo periodo geológico conocido como Antropoceno) pone en peligro al planeta en general y a todas las formas de vida que alberga. Esto no es más que otro rasgo de antropocentrismo; el ser humano no alberga tanto poder. Lo que realmente está en peligro es la vida humana y la de otras muchas especies, pero no la vida así en general, ni mucho menos el planeta (signifique esto lo que signifique). A lo largo de su historia, la Tierra o Gaia, si vemos nuestro planeta como un sistema complejo que fomenta unas condiciones adecuadas para el mantenimiento de la biosfera, ha sufrido, al menos, por diferentes causas, cinco grandes extinciones masivas, que supusieron la desaparición de millones de especies. Pero no por ello esto supuso la desaparición de la vida. Simplemente esta se reinició de otra manera, dando lugar a especies diferentes que probablemente, de mantenerse las condiciones medioambientales anteriores a la extinción, jamás hubiesen llegado a existir. Si el sapiens desaparece, con toda probabilidad simplemente será sustituido por otra cosa. La evolución ciega e inexorable seguirá su curso.

Todo esto podrá parecerle muy desalentador, sin embargo, se trata de una enorme oportunidad para nuestro desarrollo científico, humanístico y personal. Sobre esto ya hemos hablado en otro artículo. Probablemente si usted se detiene a pensar sobre cuáles son los momentos que le han deparado más felicidad en su vida casi todas ellas estén relacionadas con experiencias (ese paseo por la playa al atardecer, esa cena con amigos, su primer beso…) y no con adquisiciones materiales. Así que el decrecimiento es una forma para mejorar la calidad de vida de una amplia mayoría. Una reducción de la jornada laboral, un aumento del tiempo de ocio y una apuesta por emplear éste en "la vida social" y el "ocio creativo". En definitiva, el triunfo del reino de la libertad sobre el de la necesidad. Tenemos el derecho y el deber de echar el freno a este sistema suicida, está en juego nuestro futuro como especie.

sábado, 25 de junio de 2022

Milana bonita

Dejo aquí este cabreado desahogo, pero añadiré que no hay mal que cien años dure. Claro que el mal puede terminar por curación o por muerte. Aún hay esperanza de esta enfermedad colectiva no sea terminal.

No es un problema andaluz. ¿Por qué cientos de miles de madrileños festejaron la última gran victoria del Real Madrid, y no acuden a convocatorias más necesarias? ¿Por qué tantísima gente emporcó hace dos noches la playa de Riazor, mientras tan poca asiste a manifestaciones reivindicativas, casi siempre con objetivos limitados e inmediatos?

Es un intento de evadirse de las miserias por el camino más fácil, pero también un enfoque equivocadísimo de sus causas y sus causantes, que lleva de cabeza al fascismo. Hay mucho que educar. Ahora como nunca antes toca dar la batalla de ideas, decisiva para que la huida no sea hacia el abismo.

















José Sedano Ros

CHINGURRIS

PALMAS SORDAS

Por los tajos de Ronda ya se conoce la noticia. Y en la serranía de Cazorla, bastión hasta hace poco de los Aguilares, también. Ha votado la tierra de María Santísima, la del Cristo de los Gitanos, la de la Virgen del Mayor Dolor y de la Esperanza Macarena. La de aquél trueno, vestido de nazareno, que era diestro en manejar el caballo y un maestro en refrescar manzanilla. La de los recuerdos de un patio de Sevilla, donde florece el limonero y se espera la presencia de don Guido, de joven muy jaranero, muy galán y algo torero, parásito hasta las trancas desde que su madre lo parió, vago y facha por naturaleza, que busca hembra para poder seguir viviendo sin deformar sus manos con callosidades proletarias.

Y en los pueblos blancos, apéndice de los cortijos, también se supo que el señorito mandaba, desde San Telmo, un poco más que de costumbre. Y en el Puerto de Santa María, tierra de Alberti, la paloma se volvió a equivocar y no fue ni al norte ni al sur, sino que permaneció quieta, esperando que el amo le descerraje un tiro el plena pechuga y la sirva como aperitivo para celebrar su victoria. Y en Sierra Morena, donde las viejas almas errantes de "Tragabuches", "El tempranillo" o "El Pernales", han entregado sus trabucos incondicionalmente a los nuevos Migueletes, otra hornada de  entusiastas servidores del Rey, del orden y del incienso de los púlpitos.

Y desde las volutas de ese incienso que se eleva a las alturas, los obispos del señorío andaluz se sienten más seguros. La Giralda de Sevilla y su catedral, la Mezquita de Córdoba y un largo rosario de robos legales, son ahora más suyos que nunca, aunque nunca fueron suyos. El cardenal Omella da gracias al Altísimo desde el Patio de los Naranjos, saludando a los incrédulos de este singular expolio con un mayestático corte de mangas. Si la ciudadanía torera y cañí da el visto bueno con su silencio, la paloma de Alberti tiene muy difícil encontrar el norte o el camino de casa. Todo es ahora más del señorito y menos del "probe Manué".

Por cierto, ¿qué ha sido de él? Ahí viene de votar. Se caló hasta las cejas su sombrero cordobés. Se enfundó en su traje campero y calzó sus botos reglamentarios de Ubrique. A lomos de su " Mobylette", él y su parienta, María de la Soleá, han ido a votar muy de mañana. El señorito, a caballo o en coche; ellos subidos en un ruido de escape libre. El señorito se votó así mismo; ellos, al señorito.

"¡Ele la grasia, que no se pue aguantá", dice él, antes de arrancar la "amoto". "Ahí vamos, Manué", dice ella, asegurándose de que los volantes de su traje de faralaes no se enreden en la cadena del "vihiculo".

El "probe Manué" ha querido ser, por un día, como su señorito. La entrada en el colegio electoral fue soberbia, como la del amo. Su salida, desafiante y triunfal, como la de su señor. Mañana se presentará ante él, servil, domesticado y con una fidelidad enfermiza escrita en su frente. No se cruzarán palabra. Su patrón sabe a quien votó, y él sabe que a su dueño le consta. Con eso basta.

Se oye un "quejío". Silencio, palmas sordas. El burro Platero no quiere volver. La paloma de Alberti ya no tiene palomar. El "probe Manue" está satisfecho. Ya todos saben la noticia: Andalucía vuelve a ser de los amos. ¿A dónde vas, Federico? "A que me fusilen otra vez". Palmas sordas, se oye un "quejío".

Milana bonita...

viernes, 24 de junio de 2022

Qué país nos está quedando...

Cuando las clases dominantes controlan fuertemente a una sociedad, disponen de medios para hacerlo también "sobre los corazones y las mentes". Así lo dijo, bien asesorado por sus guionistas, aquel actor que tan malo resultaba en la gran pantalla y tan buen papel representó después en la pequeña. Entonces les resulta fácil desplazar la opinión, y se acaba produciendo un efecto de arrastre, al que es muy difícil resistirse.

En estos momentos, la locomotora es el Partido Popular, pero el maquinista es Vox. Detrás sigue el convoy representado por la derecha del PSOE, con su débil izquierda a remolque. Y en el furgón de cola viaja la izquierda más comprometida, que sabe muy a su pesar que, si se desengancha, la máquina soltará al resto del séquito y lo dejará abandonado.

En los márgenes de la vía gritan airadas voces críticas, sin capacidad para cambiar la trayectoria general. Y se apartan del trayecto masas desencantadas, que se niegan ya a participar.

Huelga decir cual es la compañía ferroviaria que da las órdenes.

Las elecciones andaluzas dejan ver una población desorientada, incapaz de entender hacia dónde la llevan. En este mapa, "el maquinista" no obtiene mayoría en ningún sitio, pero está presente por todas partes. Gana aún la izquierda en menos de una docena de municipios, encabezados por la irreductible aldea gala de Marinaleda, a la que acompañan, honremos su persistencia, Trebujena, El Coronil, Teba, Pedrera, Montalbán de Córdoba, Nueva Carteya, Casariche, Badolatosa, Doña Mencía y Dehesas Viejas. Creo que no me queda ninguno por nombrar. Son municipios pequeños que suponen el 1,4 % del total de 785.

La tendencia es preocupante. La desinformación juega a favor de la extrema derecha, a la que se apuntan muchos indignados que han perdido el norte.

Mi querido corresponsal madrileño aporta dos ejemplos sobre lo que ocurre en la Corte de los Milagros.

"En las fiestas de Moratalaz hubo casetas, muchas, una de ellas con la bandera republicana. Haciendo cola, unas 30 personas. Enfrente había otra, de Vox, y la  cola era de más de 100, la mayoría jóvenes. Para la juventud, lo rebelde, lo que "mola", es ser de derechas, muy de derechas." 

"Otro ejemplo: en el karaoke infantil de fin de curso de un colegio madrileño, cada minuto o minuto y medio un niño de no más de 11 años cogía el micro y gritaba ¡viva España!. Eso es lo que nos espera, o volver al PP-P(SO)E otra vez."

Resultados, por municipios


















POBRE ANDALUCÍA Y POBRE ESPAÑA 

La gente está hastiada y asqueada, y los referentes políticos de la izquierda, ya sea en Andalucía o en el resto de España, da la sensación de que no se enteran o simplemente ni siquiera van a disputar la pelea.

Si una de las referencias de la izquierda en este país saca como conclusión un tweet para decir "la ciudadanía nos está esperando", es que realmente no se enteran de nada. Si ese es el argumento, entonces ¿qué ha pasado? ¿Habéis perdido el tren y no habéis llegado, o más bien os habéis perdido vosotros? Entre siglas que confunden a las personas, candidatos a los que difícilmente se les pone cara y voz, y políticas cada vez menos de izquierda la gente se harta, porque estoy seguro de que existen en Andalucía y en España muchos más votantes de izquierdas que lo que los resultados electorales demuestran.

Si la otra referencia en Andalucía dice textualmente, "teníamos dos objetivos, frenar a la ultraderecha y un espacio propio para los andalucistas" y no se le cae la cara de vergüenza y lo que es peor, no tiene pinta de que vaya a hacer mucha autocrítica, es que NO SE ENTERAN DE NADA.

Lo primero, porque la ultraderecha ha conseguido una mayoría absoluta aplastante, lo segundo porque los nazis de Vox han aumentado en cuatro años y tercero porque si el espacio andalucista se reduce a dos escaños y no poder formar grupo propio, apaga y vámonos.

Del Partido Español, no voy a perder el tiempo ni en nombrarlo. Ya está bien de excusas, que si el electorado no está motivado y no se ha movilizado, (no es cierto, al menos en el segundo punto, ha habido más participación que en las anteriores elecciones y se ha perdido por más diferencia), que si los medios no informan sobre nuestros "logros" lo que deberían y además le hacen el juego a los fascistas.

De verdad, basta ya de echar balones fuera. Dejen de hablar de progresismo y hablen de IZQUIERDA y sobre todo hagan ese tipo de política de una maldita vez. No han pasado ni diez años desde la aparición de un grupo que dio un vuelco a lo que parecía imposible, admito que la situación no era la misma, estábamos en una crisis salvaje, con casos de corrupción escandalosos día tras día, pero con un discurso que realmente motivó a gran parte del país, y mayoritariamente a la sociedad más joven. Gente que venía de la calle, de las universidades, de los colectivos sociales de las asociaciones populares y ahora, insisto otra vez, en menos de diez años, todo eso se ha acabado y la izquierda de este país vuelve a estar en manos de políticos que hacen de ello una profesión. La única conclusión positiva que saco, es que cada día soy más viejo y me queda menos que aguantar.

Antonio Alonso Guirado

martes, 21 de junio de 2022

Geoestrategia, una vez más


Esta guerra, como todas, ha sido cuidadosamente calculada. Aunque a largo plazo nadie puede estar seguro de resultar beneficiado, existen razones que impulsan a provocarla. A corto plazo hay sectores que se ven favorecidos. Que se lo cuenten a los accionistas de Instalaza.

Algunos países, más bien sus dueños, pueden verse favorecidos. EEUU vende así el caro gas de esquisto, aunque sea a costa de su propio suicidio medioambiental. Otros países lo pagan caro. Los europeos lo sufren, y otros pueblos mucho más. Las cadenas de suministro de alimentos e insumos para la industria se rompen. Y Ucrania, desde luego, es quien más pierde, por culpa de decisiones geoestratégicas.

Luo Siyi, Investigador principal del Instituto Chongyang de Investigación Financiera, en la  Universidad Renmin de China, realiza un análisis de la nueva Guerra Fría, señalando las analogías y diferencias entre la que enfrentaba a Estados Unidos y la Unión Soviética y la que opone hoy a la debilitada Rusia y la potencia norteamericana. Extrae de ello interesantes conclusiones.

Compara en ambos casos los balances económico y militar entre las potencias enfrentadas. Importantes novedades presenta la situación actual.

Tanto entonces como ahora, el poder militar, como muestran el gasto dedicado a él por los distintos países y el despliegue de bases por el mundo entero, ha mostrado y muestra un enorme desequilibrio favorable a los Estados Unidos. Claro que el armamento atómico equilibrará un tanto la situación, mientras persista el miedo a la guerra nuclear. Dos países poseen estas armas en cantidades comparables, pero además ya no son los únicos.

Otra cosa es el desarrollo económico. Lo que antes era un dominio abrumador es ahora un poder menguante, y eso es muy peligroso, porque la todavía primera potencia tiende a buscar a esto soluciones militares. A la fuerza económica de China seguirá sin duda su fortalecimiento militar, dada la persistente amenaza que rodea, literalmente, a los grandes países euroasiáticos. La economía de guerra debilitó y acabó por hundir a la URSS. ¿Buscarán ahora hacer lo mismo imponiéndosela a China? Tendrían que darse prisa, porque ell tiempo juega en contra de la supremacía norteamericana.

El jefe del Estado Mayor alemán, von Moltke, declaraba en 1912 que «dado que la guerra es inevitable, ¡cuanto antes mejor!»Rusia y EEUU estaban creciendo entonces más rápidamente que Alemania, lo que los llevaría a ser militarmente más fuertes. Por eso llamaba urgentemente a la guerra. Y la guerra se produjo.

EEUU, que hasta ahora participó en guerras contra países militarmente débiles, parece buscar ahora un enfrentamiento «preventivo» que debilite a sus mayores enemigos. Un juego peligroso cuyas consecuencias llegan en un momento en que, además, el decrecimiento económico imparable e inminente llama a la puerta. Pero en lugar de conservar lo que ya escasea se gasta en criminales fuegos de artificio.

Es de notar que, incluso en estas guerras "menores", EEUU puede fracasar. Quedó debilitado por su derrota en Vietnam, lo que lo obligó a adoptar una política más «amante de la paz». Pero en la década de 1980 se había recuperado y, bajo Reagan, adoptó una política más agresiva hacia la Unión Soviética. La  Historia demuestra que cuando EEUU es débil es pacífico; cuando se siente fuerte, es agresivo.

Para China, una fuerte alianza con Rusia es la única estrategia posible. Se complementan el poder militar de una y el económico de la otra, así como las materias primas y la capacidad industrial que ambas necesitan. EEUU pretende la derrota rusa que podría llevarla a una nueva subordinación, como en la época de Yeltsin y del primer Putin. Eso sería fatal para China.



Estados Unidos sólo se tambalea si es derrotado militarmente

El intento de EEUU de compensar sus deficiencias económicas a través de medios militares/políticos inevitablemente significa que sus acciones dañarán los intereses de otros países que representan la gran mayoría de la población mundial.

LUO SIYI

Preámbulo

Desde hace más de 20 años, la expansión militar extranjera de los EEUU es evidente. Pero aun así, la guerra de Ucrania también representa un cambio cualitativo en la política militar estadounidense. Antes EEUU solo había emprendido acciones militares contra países en desarrollo que eran mucho más débiles en poderío militar y no poseían armas nucleares. En orden cronológico, las principales operaciones militares agresivas de EEUU contra países en desarrollo incluyen: bombardeo de Yugoslavia en 1999; invasión de Afganistán en 2001; invasión de Irak en 2003; ataques aéreos de 2011 sobre Libia.

Sin embargo, la amenaza de EEUU de llevar a Ucrania a la OTAN, desencadenando una guerra, muestra que la política militar de EEUU no se limita a atacar a los países en desarrollo que son mucho más débiles que él. Aunque EEUU sabía de antemano que su expansión hacia el este con Ucrania afectaría los intereses más importantes de Rusia (un movimiento que claramente cruzó la línea roja de una Rusia con capacidades militares y nucleares extremadamente poderosas, a la par con las de EEUU), EEUU decidió que estaba preparado para correr el riesgo.

Aunque, al menos hasta ahora, EEUU no ha enviado tropas a Ucrania y ha dejado claro que no se arriesgará a una guerra con una Rusia con armas nucleares para evitar una guerra mundial, se enfrenta a Rusia en forma de guerra de poder. Esto se refleja no solo en la propuesta inicial de EEUU para que Ucrania se una a la OTAN, sino también en el entrenamiento de las tropas ucranianas por parte de EEUU antes de la guerra, el suministro a Ucrania de grandes cantidades de armas militares y de satélites y de información de inteligencia durante la guerra.


¿Cómo empujó EEUU a Ucrania a la guerra?

Debido a que es importante comprender los objetivos de EEUU en la guerra de Ucrania, es necesario reconocer cómo orquestó la guerra desde una perspectiva fáctica. Sin embargo, antes de pasar al tema de este artículo, que es analizar los factores que llevan a EEUU a adoptar una política militar agresiva en escalada, es necesario mencionar el artículo del Dr. Vyacheslav Tetkin, miembro del Comité Central de la Partido Comunista de la Federación Rusa «¿Cómo EEUU empujó a Ucrania a la guerra?». 

El artículo deja claro que Ucrania no es más que un peón de EEUU contra Rusia: 
«Ucrania comenzó a prepararse para la guerra ya en 2014, hace ocho años. Para ser más precisos, Ucrania fue empujada deliberadamente a la guerra… Durante esos ocho años, los EEUU jugaron un sucio juego estratégico, presionando a los pueblos de dos naciones hermanas. en una guerra sangrienta unos con otros…

«Rusia se vio obligada a entrar en la guerra. Todo comenzó con el golpe de Estado en Ucrania en febrero de 2014, cuando las fuerzas antirrusas llegaron al poder con el apoyo de los EEUU y los neonazis locales…

«Durante la ‘reforma’ iniciada en 1991, el ejército ucraniano sufrió pérdidas considerables. Como resultado, en 2014, el ejército ucraniano ya no era una fuerza de combate. El equipo militar estaba en mal estado; la moral de los oficiales y soldados estaba baja debido al bajo gasto militar. El ejército ucraniano no quería y no podía luchar …

«Después del golpe de 2014, la camarilla gobernante en Kiev cambió la orientación de las finanzas del estado, de mejorar el bienestar de la gente a fortalecer el ejército. El presupuesto militar de Ucrania ha aumentado de 1.700 millones de dólares en 2014 a 8.900 millones de dólares en 2019 (5,9 % del PIB del país). Ucrania gasta tres veces más (como porcentaje del PIB) en fines militares que los países occidentales desarrollados…

«El gasto militar es una prueba convincente de que Ucrania se estaba preparando para una gran guerra… Cientos de militares de EEUU y otros países de la OTAN han participado en entrenamiento militar.

«Se gastaron enormes sumas de dinero en restaurar equipos militares. Durante la guerra de Donbas de 2014-15, el ejército ucraniano contó con poco apoyo aéreo ya que casi todos sus aviones de combate necesitaban reparaciones. Sin embargo, en febrero de 2022 la Fuerza Aérea de Ucrania tenía alrededor de 150 aviones de combate, bombarderos y aviones de ataque listos para el combate. Y tal escala de ensamblaje solo tiene sentido para capturar el Donbass.

«Al mismo tiempo, se construyeron importantes fortificaciones cerca del Donbass para resistir los ataques de represalia… Los salarios de los soldados se triplicaron para fines de 2021, de 170 a 510 dólares. El gobierno ucraniano ha estado ampliando drásticamente el tamaño de sus fuerzas armadas.

«Los preparativos para la guerra en Ucrania se completaron a fines de 2021. Se ha restaurado la capacidad de combate del ejército y se ha reparado y modernizado el equipo militar…

«Sin embargo, incluso un ejército ucraniano moderno no puede desafiar a Rusia, que se encuentra detrás del Donbass. Pero eso no molestó a EEUU. Su gran objetivo es utilizar a Ucrania como arma contra Rusia. Por lo tanto, EEUU tiene planeadas dos opciones para la nueva Ucrania militarizada bajo el régimen neonazi. La primera es la conquista del Donbass y la invasión de Crimea, la segunda opción es una intervención armada para provocar a Rusia…

«Rusia se dio cuenta de que la Ucrania controlada por EEUU sería un peligro muy real. En diciembre de 2021, Moscú hizo una serie de demandas a la OTAN para garantizar los intereses de seguridad legítimos de Rusia. Occidente ignoró con arrogancia estas demandas, sabiendo que los preparativos para una invasión del Donbass estaban en pleno apogeo. Las unidades más preparadas para el combate del ejército ucraniano ascienden a 150.000 soldados y se concentran cerca del Donbass. Pueden romper la resistencia del ejército local en 2-3 días, destruir completamente Donetsk y Luhansk y hacer que los defensores paguen con sangre…

«La responsabilidad de lo que está pasando en Ucrania recae enteramente en los EEUU y sus aliados, que están utilizando al pueblo ucraniano como arma.»

La guerra de Ucrania es un punto crítico de cambio cualitativo en la escalada de la expansión militar estadounidense
Por lo tanto, la combinación de la postura política básica (EEUU insiste en que Ucrania «tiene derecho» a unirse a la OTAN) y los hechos militares (EEUU proporciona armas a Ucrania) muestra claramente que EEUU provoca deliberadamente una confrontación entre Rusia y Ucrania, aunque esto inevitablemente conduciría a los EEUU y Ucrania a un conflicto directo con Rusia.

Por lo tanto, al evaluar la crisis de Ucrania, debe tenerse en cuenta que EEUU intensificó las amenazas militares y pasó de apuntar a los países en desarrollo, amenazas que son injustas pero sin riesgo directo de desencadenar una guerra mundial, a apuntar a una potencia como Rusia. Entonces, es necesario analizar qué factores conducen a la escalada de la amenaza militar estadounidense. Si esto es temporal, después de lo cual EEUU reanudará la línea pacífica, o la dependencia de EEUU de las amenazas militares será una tendencia a largo plazo.

Esto es fundamental para todos los países, especialmente para China. Por ejemplo, mientras intensificaba las sanciones contra Rusia, EEUU también impuso aranceles a los productos chinos, difundió mentiras relacionadas con Xinjiang en la comunidad internacional e intentó vaciar la política de una sola China.

Como todos sabemos, desde que Biden llegó al poder, EEUU ha planteado con frecuencia el tema de Taiwán, como por ejemplo:
Por primera vez desde el establecimiento de relaciones diplomáticas entre China y EEUU, invitó a los llamados «representantes de Taiwán en EEUU» a asistir a la toma de posesión presidencial; 
• La presidenta de la Cámara de Representantes de EEUU, Nancy Pelosi, anunció que visitaría Taiwán, aunque esto fue antes de que contrajera el virus; 
• EEUU pide la participación de Taiwán en el sistema de las Naciones Unidas; 
• EEUU fortalece la venta de armas a Taiwán; 
• Ha aumentado el número de delegaciones estadounidenses en Taiwán; 
• EE.UU ha aumentado su despliegue militar en el Mar de China Meridional y envía regularmente buques de guerra a través del Estrecho de Taiwán; 
• Las fuerzas especiales estadounidenses entrenan en secreto a las tropas taiwanesas en Taiwán;
EEUU es plenamente consciente de que la política de una sola China involucra los intereses nacionales más importantes de China y es la base de las relaciones entre ambos países. Abandonar la política de una sola China es cruzar la línea roja de China, lo cual es más peligroso que tratar de incorporar Ucrania en la OTAN. Entonces, está claro que EEUU está tratando de vaciar la política de una sola China de una manera provocativa, al igual que decidió deliberadamente cruzar la línea roja de Rusia sobre Ucrania.

Sobre la cuestión de si la provocación de EEUU contra China y Rusia es temporal o de largo plazo/permanente, la conclusión clara de este artículo es que la tendencia de escalada militar de EEUU continuará. Sin embargo, debido a la importancia práctica extrema de este tema, que puede implicar una guerra, no es aconsejable cualquier propaganda falsa exagerada o engañosa sobre esto. Por lo tanto, este artículo tiene como objetivo analizar las razones importantes por las que la agresión militar de EEUU se intensificará aún más en el próximo período desde la perspectiva más realista, tranquila y objetiva, y que esta tendencia a su vez impulsará a EEUU a implementar políticas más peligrosas.

Un factor importante que impulsa la escalada de la política militar de EEUU es que ha perdido de forma permanente su abrumador dominio de la economía mundial
Resumido en los hechos más básicos, el factor clave detrás de los más de 20 años de escalada de la política estadounidense de agresión militar es claro: EEUU ha perdido permanentemente su abrumador dominio de la economía mundial. Pero al mismo tiempo, EEUU aún mantiene una ventaja en poder militar y gasto militar. Este será un momento muy peligroso para la humanidad, durante el cual puede intentar usar su poderío militar para compensar sus deficiencias económicas. Esta es la razón por la cual ha escalado su amenaza militar de apuntar a países en desarrollo a apuntar a grandes potencias como Rusia.

Entonces surge la pregunta: ¿se intensificará aún más la agresión militar de EEUU para enfrentar a China o, en el caso más extremo, estará EEUU dispuesto a iniciar una guerra mundial? Para responder es necesario realizar un análisis preciso de la situación económica y militar de los EEUU.

El primer y más importante problema para hacer una evaluación correcta de la situación económica y militar en los EEUU es un análisis fáctico de la misma. Contrariamente a la propaganda estadounidense de que «la economía de los EEUU está llena de vitalidad», su participación en la economía mundial ha tenido una tendencia a la baja a largo plazo. Para obtener una mejor comprensión de esto y determinar su relación con la política militar actual de los EEUU, es necesario comparar el poder económico de los EEUU durante la era antigua y la nueva de la Guerra Fría.

Cómo difiere el poder económico y militar de EEUU entre la antigua y la nueva era de la Guerra Fría
Hablemos primero de la economía. Según el economista de renombre mundial Angus Maddison, en 1950, justo en el comienzo de la primera Guerra Fría, el PIB de los EEUU representaba el 27,3% del PIB mundial. En contraste, el PIB de la Unión Soviética, el país socialista más grande en ese momento, representaba el 9,6% de la economía mundial. Es decir, la economía estadounidense era casi tres veces más grande que la economía soviética.

En los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, la mayor crecida del PIB de la URSS respecto a los EEUU llegó al 44,4% en 1975. Es decir, incluso en la cúspide del desarrollo económico soviético, la economía estadounidense era más del doble del tamaño de la URSS. En conclusión, EEUU estuvo económicamente por delante de la URSS durante la antigua Guerra Fría.

Volvamos a la situación actual. Incluso a tipos de cambio de mercado, el PIB de China ha alcanzado el 74% del de EEUU, mucho más de lo que alguna vez logró la Unión Soviética. Además, la economía de China está creciendo mucho más rápido que la de EEUU.

Según el cálculo de paridad del poder adquisitivo (PPA) utilizado por Madison, la economía de China ya es un 18 % más grande que la de EEUU. El Fondo Monetario Internacional (FMI) predice que para 2026, la economía de China superará a la de EEUU en un 35% en términos de paridad de poder adquisitivo. Por lo tanto, la brecha económica entre China y EEUU es mucho menor que la que existía entre EEUU y la Unión Soviética.

En otros aspectos, China es, con mucho, la nación manufacturera más grande del mundo desde cualquier punto de vista. Según los últimos datos, en 2019, la productividad manufacturera de China representó el 28,7 % de la participación mundial, frente al 16,8 % de EEUU. Y la participación de la productividad manufacturera mundial en la URSS nunca estuvo cerca de la de los EEUU.

En cuanto al comercio de bienes, China ha humillado a EEUU al vencer en la guerra comercial iniciada por Trump. En 2018, China ya era la nación comercial de productos básicos más grande del mundo. Pero en ese momento, la participación de China en el comercio mundial de mercancías era un 11 % más alta que la de EEUU, y en 2021, la participación de China es un 35 % más alta.

En cuanto a las exportaciones de mercancías, la situación en EEUU es aún peor. En 2018, la proporción de las exportaciones de mercancías de China en el mundo fue un 53 % superior a la de los EEUU; en 2021, la proporción de China fue un 92 % superior. En conclusión, hasta ahora China no solo se ha convertido en el mayor comerciante de mercancías del mundo, sino que también ha vencido claramente a EEUU en la guerra comercial iniciada por las administraciones de Trump y Biden.

Desde una perspectiva macroeconómica más importante, la inversión china, es decir, los ahorros (ahorros gubernamentales, corporativos y domésticos), el motor del crecimiento económico, es mucho mayor que en los EEUU. Según los últimos datos, en 2019, el ahorro total de China fue de 6,3 billones de dólares, en comparación con los 4,3 billones de dólares de EEUU, un 56 % más. Pero esta cifra subestima significativamente la ventaja del ahorro de China sobre los EEUU porque no tiene en cuenta la depreciación. Una vez que se tenga, el ahorro total de China en 2019 será de 3,9 billones de dólares, en comparación con los 0,6 billones de dólares de EEUU, un 635 % más. En general, mientras que los ahorros totales de China han crecido sustancialmente cada año, los de EEUU apenas lo han hecho.

Como resultado, la economía china no solo superó a la de EEUU durante todo el período de 40 años desde 1978, sino que continuará haciéndolo en el futuro previsible. En dólares estadounidenses ajustados por inflación, desde 2007, el año anterior a la crisis financiera mundial, la economía estadounidense ha crecido un 24 % y la de China un 177 %. Con todo, la economía capitalista de EEUU ha fracasado estrepitosamente frente a la economía socialista de China en un ambiente de competencia pacífica.


La economía mundial avanza hacia la multipolarización

Como se señaló anteriormente, el liderazgo de EEUU en productividad, tecnología y tamaño de las empresas significa que su economía general sigue siendo más fuerte que la de China, pero la brecha entre las economías de EEUU y China es mucho menor que la que existía entre las economías de EEUU y la Unión Soviética.

Además, por cualquier cálculo, se puede ver que EEUU ha perdido permanentemente su abrumador dominio de la economía mundial. Según la paridad del poder adquisitivo, en 2021, EEUU solo representará el 16 % de la producción económica total del mundo, es decir, el 84 % de esa producción será creada por países distintos a los EEUU. Económicamente, ha llegado la era de la multipolaridad global en lugar del dominio unipolar de EEUU.

Sin embargo, como muestra el análisis a continuación, EEUU concluye que debería tratar de utilizar medios militares y políticos para evitar esta multipolarización económica.


Poderío militar de EEUU

Estos reveses económicos en los EEUU han llevado a algunos, especialmente en círculos occidentales, a creer que el fracaso de los EEUU es inevitable, o incluso que ya sucedió. Un pequeño número de chinos también tiene puntos de vista similares y creen que la fuerza integral de China ha superado a la de EEUU. Estos puntos de vista están completamente equivocados. Olvidan el famoso dicho de Lenin «La política debe tener prioridad sobre la economía» o el famoso dicho del presidente Mao «El poder viene del cañón de un arma». El hecho de que EEUU haya perdido la competencia económica pacífica no significa que permitirá que esta tendencia económica continúe pacíficamente, es decir, cometer el error de anteponer la economía a la política. En cambio, impulsará a EEUU a probar otros medios militares y políticos para compensar sus deficiencias económicas.

Más bien, el peligro para todas las naciones es que, si bien EEUU ha perdido irreversiblemente su dominio económico global, no ha perdido su superioridad militar. Su gasto militar excede el de los siguientes nueve países combinados. Solo en el campo de las armas nucleares hay otro país, Rusia, que puede igualar la fuerza de los EEUU, porque Rusia ha heredado las armas nucleares de la Unión Soviética.

La cantidad exacta de armas nucleares en poder de los países es generalmente un secreto de estado, pero un importante informe de 2022 de la Federación de Científicos Estadounidenses muestra que las reservas de ojivas nucleares de Rusia ascienden a 5.977, en comparación con 5.428 en los EEUU. Rusia y EEUU tienen cada uno alrededor de 1.600 ojivas nucleares estratégicas. EEUU tiene muchas más armas nucleares que China. Al mismo tiempo, en el campo de las armas convencionales, EEUU gasta mucho más que cualquier otro país. En conclusión, si EEUU ha perdido su capacidad de dominar por completo la producción mundial, mantendrá una enorme ventaja en el gasto militar, excepto en armas nucleares.

Esta diferencia entre la posición económica y militar de EEUU es la diferencia fundamental entre la «nueva Guerra Fría» que libra y la «vieja Guerra Fría» que libró contra la Unión Soviética.

Durante la antigua Guerra Fría, EEUU y la Unión Soviética eran comparables en poder militar, pero como se muestra arriba, la economía de EEUU era mucho más grande que la de la Unión Soviética. La estrategia estadounidense en ese momento era tratar de trasladar el problema al ámbito económico. Incluso la acumulación militar de Reagan en la década de 1980 no fue para iniciar una guerra contra la URSS, sino para involucrar a la URSS en una carrera armamentista que dañaría su economía. Entonces, a pesar de la tensión, la guerra fría en ese momento no se convirtió en una guerra caliente.

La situación actual en los EEUU es la contraria. Su posición económica se ha debilitado considerablemente, pero su ejército sigue siendo fuerte. EEUU está tratando de trasladar el problema al campo militar. Esto explica su creciente política militar y por qué será una tendencia creciente.

Entonces esto significa que la humanidad ha entrado en un período muy peligroso. EEUU aún mantiene una ventaja militar sobre China. Por lo tanto, EEUU intenta utilizar medios militares «directos» o «indirectos» para impedir el desarrollo de China.


Poder militar directo e indirecto disponible para los EEUU

EEUU puede usar medios militares «directos» e «indirectos», lo que no solo significa que tiene la posibilidad de lanzar una guerra frontal contra China. Por supuesto, esta es la variable más extrema, pero también puede usar los siguientes otros medios para tratar con China:
Usar y presionar a otros países que dependen del ejército de EEUU para que adopten políticas económicas más hostiles hacia China; en particular ha presionado a Alemania y la UE; 
• Intentar revertir el patrón multipolar de la economía mundial y en su lugar construir alianzas dominadas unilateralmente por los EEUU: OTAN, el Cuarteto (EEUU, Japón, Australia, India), etc.; 
• Los intentos de obligar a los países con buenas relaciones económicas con China a volverse unos contra otros: Australia es un claro ejemplo y EEUU está trabajando actualmente en Alemania; 
• Posible guerra contra los países amigos de China
• Prepararse para una «guerra limitada» con China por la llamada «defensa de Taiwán».
En cuanto al ejemplo del uso de la presión militar directa e indirecta por parte de EEUU, después de que intentara crear las condiciones para que Ucrania se uniera a la OTAN, lo que llevó al estallido de la guerra, Janan Ganesh, principal comentarista político del Financial Times, comentó:
«A partir de 2026, el gas natural licuado llegará a la costa norte de Alemania en camiones cisterna, se verterá en barriles de almacenamiento a baja temperatura (a menos 160 grados centígrados) y, después de la ‘regasificación’, la generación de energía se conectará a la red, reemplazando así al gas natural importado de Rusia… Alemania actualmente no tiene terminales de GNL… EEUU está más cerca que Australia entre los exportadores que pueden obtener ganancias… Y estas exportaciones no son las más importantes.

Si Alemania cumple con sus compromisos recientes de aumentar agresivamente su propio presupuesto de defensa, EEUU debería poder tener más responsabilidades financieras y logísticas en la OTAN… Una Europa que esté más conectada con EEUU… En lugar de poner fin al giro de EEUU hacia Asia, puede convertirse en la fuerza impulsora detrás de ese giro… En cuanto a esa región (del Pacífico)… Japón no escatimó esfuerzos para ayudar a Kiev, por lo que estaba atado a Washington.»
En resumen, EEUU utilizó la presión militar para obligar a Alemania y Japón a someterse económicamente. Además de esto, se pueden contemplar muchas otras variables. Pero lo que tienen en común es que EEUU está tratando de usar su poderío militar para compensar las deficiencias económicas. Además, es claro que se ha embarcado en una importante política de uso directo e indirecto de su poderío militar.

Por supuesto, el desarrollo económico de China es mucho más rápido que el de EEUU, lo que significa que después de un período de tiempo, se espera que la fuerza militar de China iguale a la de EEUU. Pero esto no se puede hacer de la noche a la mañana. Incluso si China decide seguir esa política, le llevará años construir un arsenal nuclear comparable al de EEUU. Dado que la fuerza aérea, la armada y otras fuerzas con tecnología avanzada necesitan gastar una gran cantidad de mano de obra y recursos materiales, puede tomar más tiempo construir armamentos convencionales comparables a la fuerza de los EEUU. Por lo tanto, durante un largo período de tiempo, el poderío militar de los EEUU será mucho más fuerte que el de China. Y eso tentaría a los EEUU a tratar de compensar su poder económico menguante con medios militares.

Lecciones de la guerra de Ucrania: contar con la ‘bondad’ de EEUU no tiene sentido
Este importante acontecimiento hace que el resultado de la guerra en Ucrania sea crucial para China y el resto del mundo. En general, la guerra trajo dos lecciones importantes.

En primer lugar, deja claro que no tiene sentido esperar la «amabilidad» estadounidense. Durante 17 años, desde el colapso de la Unión Soviética en 1991, Rusia ha estado tratando de entablar amistad con EEUU. Bajo Yeltsin, Rusia fue de hecho humillantemente subordinada a los EEUU. En los primeros días de la presidencia de Putin, Rusia brindó asistencia directa a EEUU en la guerra contra el terrorismo de la Yihad Islámica y la invasión estadounidense de Afganistán. Lo que EEUU le devuelve a Rusia es que viola su promesa de que «la OTAN no se expandirá ni una pulgada hacia el este», y en cambio continúa aumentando la presión militar sobre Rusia.

En segundo lugar, el resultado de la guerra de Ucrania es crucial no solo para Rusia, sino también para China y el mundo en general. Rusia es el único país que puede rivalizar con EEUU en armas nucleares, y le llevará mucho tiempo a China igualar el poder nuclear de EEUU.

Durante este período, si China adopta una política de relaciones amistosas con Rusia, la buena relación entre China y Rusia será una importante fuerza disuasoria para EEUU, lo que hará que tenga miedo de ir directamente a la guerra con China. El propósito de la provocación estadounidense de la guerra de Ucrania es precisamente tratar de subvertir a Rusia para establecer un gobierno que ya no defienda los intereses nacionales y sea hostil a China. Si es así, China no solo enfrentará mayores amenazas militares de los EEUU, sino que también la larga frontera norte de China con Rusia se convertirá en una amenaza estratégica para China. Es decir, si EEUU realmente tiene éxito, los intereses nacionales tanto de Rusia como de China se verán gravemente dañados.

Sergey Glazyev, Ministro de Integración y Macroeconomía de la Comisión Económica Euroasiática de Rusia, señaló enfáticamente la estrategia de EEUU contra China y Rusia: «Es imposible debilitar el dominio de China en una guerra comercial. Después de eso, los estadounidenses trasladaron el principal campo de batalla a Rusia, a la que consideraban como el eslabón débil de la geopolítica y la economía mundial, los anglosajones intentaron destruir nuestro país (Rusia) y al mismo tiempo debilitar a China, porque EEUU fue incapaz de hacer frente a la estratégica alianza Rusia-China


¿Continuará EEUU su expansión militar?

Bajo la circunstancia de una fortaleza económica en declive, si EEUU se ve impulsado por su poderío militar a emprender el camino de la expansión militar, entonces surge la pregunta: ¿hay un final para esta expansión?

Al respecto, lo primero que hay que señalar es que el alcance de la expansión de los EEUU no está limitado por su carácter «interno», es decir, doméstico. Los hechos muestran claramente que EEUU está listo para la expansión militar más extrema y violenta, incluso a costa de destruir el mundo entero.
Durante la Guerra de Corea, aunque EEUU no utilizó armas nucleares, utilizó explosivos, bombas incendiarias y napalm para destruir casi todas las ciudades de Corea del Norte, incluido aproximadamente el 85 % de los edificios de Corea del Norte;

Durante la guerra de Vietnam, los bombardeos estadounidenses fueron aún mayores. Desde 1964 hasta el 15 de agosto de 1973, el ejército estadounidense lanzó un total de 6,2 millones de toneladas de bombas y otras armas químicas en la península de Indochina. Los aviones de la Armada y el Cuerpo de Marines de EEUU lanzaron otros 1,5 millones de toneladas de bombas en el sudeste asiático. Como señalaron Edward Miguel y Gerard Roland en un completo informe de investigación: «EEUU gastó muchas más bombas durante la Guerra de Vietnam que durante la Segunda Guerra Mundial y la Guerra de Corea. La Fuerza Aérea de EEUU consumió 2,15 millones de toneladas de municiones en la Segunda Guerra Mundial, 1,613 millones de toneladas en el teatro europeo, 537.000 toneladas en el teatro del Pacífico y 454.000 toneladas en la Guerra de Corea. Entonces, la cantidad de bombas lanzadas por los bombarderos de la Fuerza Aérea de EEUU en la Guerra de Vietnam, al menos, fue tres veces la cantidad de bombas lanzadas en los teatros de Europa y el Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial combinados, y unas 15 veces la de la Guerra de Corea. Teniendo en cuenta que la población de Vietnam antes de la guerra era de unos 32 millones, eran cientos de kilogramos en términos de bombardeos per cápita. Por otro lado, las bombas atómicas que arrojaron sobre Hiroshima y Nagasaki fueron unas 15.000 toneladas y 20.000 toneladas de TNT. EEUU arrojó 100 veces más bombas en Indochina que las bombas sobre Hiroshima y Nagasaki». Además de las bombas, utilizó químicos notorios como el «agente naranja». Las personas afectadas por el agente naranja más tarde dieron a luz a bebés horriblemente deformados.

En la agresión a Irak, debido a la corta duración de la guerra, la cantidad de explosivos utilizados por EEUU fue mucho menor que la cantidad de bombas lanzadas sobre la península de Indochina, pero EEUU estaba preparado para dañar al país durante mucho tiempo. Usó armas terribles, como bombas de uranio empobrecido. Esto ha llevado a altas tasas de defectos de nacimiento en los bebés iraquíes muchos años después del final de los bombardeos estadounidenses.

Tras los ataques aéreos en Libia, EEUU convirtió el estado de bienestar avanzado con el ingreso per cápita más alto de África en un país donde persisten los conflictos tribales y se comercia abiertamente con esclavos.
En general, hay evidencia de que EEUU no está preparado para ayudar a reducir el crimen en los países que invade. Si EEUU cree que puede eliminar el desafío económico de China librando una guerra nuclear, no hay evidencia de que no lo haga. Además, si bien existen movimientos contra la guerra en los EEUU, están lejos de ser suficientes para evitar que decidan usar armas nucleares. En resumen, EEUU no tiene restricciones internas lo suficientemente grandes como para evitar que haga la guerra contra China.

Pero si bien no existen fuertes restricciones internas para limitar la agresión estadounidense, las restricciones externas son poderosas. La primera es que otros países tienen armas nucleares. Por eso puede considerarse un gran logro nacional decir que China detonó su primera bomba atómica en 1964. La posesión de armas nucleares por parte de China es un elemento importante de disuasión contra los ataques nucleares estadounidenses. Sin embargo, a diferencia de EEUU, la política de China de no ser el primero en usarlas refleja su postura militar defensiva más restringida. Además, como se mencionó anteriormente, Rusia también tiene un arsenal nuclear comparable al de los EEUU.

Por supuesto, si EEUU, China y Rusia cayeran en una guerra nuclear a gran escala, causaría una catástrofe militar sin precedentes en la historia de la humanidad: una guerra nuclear a gran escala mataría al menos a cientos de millones de personas. Por lo tanto, es necesario evitar una mayor escalada de la expansión militar de los EEUU hasta que alcance un punto de inflexión. Entonces, la pregunta es, ¿cuál es la probabilidad de que deje de hacerlo?

¿Cuáles son los factores que restringen la escalada de la expansión militar estadounidense?
Para analizar esto, es necesario comprender las tendencias generales en la política estadounidense desde la Segunda Guerra Mundial. La política estadounidense exhibe un patrón racional y lógico. Cuando EEUU siente que está en una posición fuerte, sus políticas se vuelven agresivas, cuando se siente débil, se vuelve más «amante de la paz». Esto fue más evidente antes, durante y después de la Guerra de Vietnam, pero ciertamente también en otros períodos.

Después de la Segunda Guerra Mundial, EEUU se consideró en una posición ventajosa. Por lo tanto, estuvo listo para invadir Corea del Norte. Incluso después de que EEUU no pudiese ganar la Guerra de Corea, tenía la confianza suficiente para tratar de aislar diplomáticamente a China en las décadas de 1950 y 1960, despojando a China de su estatus en las Naciones Unidas, impidiendo que China estableciera relaciones diplomáticas directas, etc. La Guerra de Vietnam, luchada por la liberación nacional por parte del pueblo vietnamita, con la asistencia militar masiva de China y la Unión Soviética, golpeó duramente a los EEUU. Para revertir esta tendencia, EEUU suavizó su postura hacia China, como lo demuestra la visita de Nixon a Beijing en 1972 y el posterior establecimiento de relaciones diplomáticas plenas con China. Poco después de 1972, EEUU también suavizó las relaciones entre EEUU y la Unión Soviética.

En general, EEUU quedó devastado por su derrota en Vietnam, lo que lo obligó a adoptar una política más «amante de la paz». Pero en la década de 1980 se había recuperado de su derrota en Vietnam y, bajo Reagan, adoptó una política más agresiva hacia la Unión Soviética. En resumen, cuando EEUU es débil, es pacífico; cuando es fuerte, es agresivo.


Crisis financiera internacional

Lo mismo ocurre en áreas menos severas que los conflictos militares, como cuando comenzó la crisis financiera internacional en 2007/2008. La crisis ha asestado un duro golpe económico a EEUU, por lo que ha comenzado a enfatizar la cooperación internacional. EEUU ayudó a establecer el Grupo de los Veinte (G20), especialmente en áreas como la economía internacional, mostrando una actitud cooperativa hacia China. Debido a que se siente débil, se vuelve «amante de la paz».

Pero a medida que la economía de EEUU se recuperó de la crisis financiera internacional, se volvió agresiva hacia China, en particular, la guerra comercial de Trump con China.


En comparación con antes de la Segunda Guerra Mundial

Comparar a EEUU con Japón y Alemania antes de la Segunda Guerra Mundial puede ayudar a obtener una comprensión más profunda de esto. La guerra comenzó con el surgimiento del militarismo japonés y culminó con la invasión del noreste de China en 1931. Luego, Hitler llegó al poder en Alemania en 1933. Pero a pesar de estos eventos desafortunados, una guerra mundial no era inevitable. Desde la rápida expansión del militarismo japonés y el fascismo alemán hasta el estallido total de la Segunda Guerra Mundial, todo se debió a una serie de derrotas sufridas por países de todo el mundo entre 1931 y 1939, al no poder resistir el militarismo japonés y la agresión de la Alemania nazi.

En Asia, el Kuomintang pasó la mayor parte de la década de 1930 sin concentrarse en resistir a Japón, sino en luchar contra el PCCh, mientras que EEUU no intervino para detener a Japón y no comenzó a luchar contra Japón hasta 1941 cuando Japón atacó Pearl Harbor. En Europa, Gran Bretaña y Francia no pudieron evitar la remilitarización de Alemania, aunque tenían derecho a hacerlo en virtud del Tratado de Versalles, y tampoco apoyaron al gobierno legítimo de España en 1936 para detener el golpe fascista y la guerra civil de Franco respaldado por Hitler. El infame «Acuerdo de Munich» que se firmó en 1938, desmembró a Checoslovaquia y se rindió directamente a Hitler. Antes del estallido de esta guerra mundial, los países del mundo podrían haber tomado medidas decisivas para detener la expansión de Japón y Alemania, pero su rendición y derrota allanaron el camino para el estallido de la Segunda Guerra Mundial.

Esto es lo mismo que la situación actual. Ciertamente no es comparable a la de 1938, que después de todo estaba a solo un año de la Guerra Mundial. Si se compara con la década de 1930, la situación se parece más a 1931. Ahora, la mayoría de los estadounidenses ciertamente no apoyan una guerra mundial agresiva; hasta ahora, solo una parte minoritaria/marginal dentro del círculo diplomático/militar de los EEUU ha discutido la posibilidad de una guerra. Si EEUU se ve frustrado, ciertamente no se enfrentará a China o Rusia de frente.

Pero al igual que con la invasión japonesa del noreste en 1931 y el ascenso al poder de Hitler en 1933, el peligro a mediano plazo es que si EEUU sale victorioso en una guerra limitada, será más fácil, como se señaló anteriormente, alentarlo a iniciar un gran conflicto militar global.

Entonces, para evitar que ocurra una guerra mundial de este tipo y proteger la paz, la cuestión crucial es asegurarse de que EEUU no gane en las luchas actuales: la guerra que ha comenzado en Ucrania, la guerra que está tratando iniciar por Taiwán y otros temas socavan la política de una sola China.


Construyendo un frente unido contra la expansión militar de EEUU

Como muestra el análisis anterior, hay dos fuerzas poderosas que se opondrían a la expansión militar estadounidense.

La primera y más poderosa fuerza es el propio desarrollo de China. El desarrollo económico de China no solo es fundamental para mejorar el nivel de vida del pueblo chino, sino que, en última instancia, ayudará a China a igualar el poder militar de EEUU, que será el último elemento disuasorio de la agresión militar.

La segunda fuerza son muchos países, incluida la mayoría de la población mundial, que se oponen a la agresión estadounidense desde un punto de vista moral y de interés propio directo. El intento de EEUU de compensar sus deficiencias económicas a través de medios militares/políticos inevitablemente significa que sus acciones dañarán los intereses de otros países que representan la gran mayoría de la población mundial.

Por ejemplo, EEUU intentó expandir la OTAN hacia el este, lo que provocó una guerra en Ucrania, y provocó a su vez que los precios mundiales de los alimentos se dispararan, ya que Rusia y Ucrania son los mayores proveedores mundiales de trigo y fertilizantes; la prohibición de Huawei de las redes 5G significa que en todos los países sus ciudadanos tienen que pagar costos de comunicación más altos; EEUU presiona a Alemania para que compre gas natural licuado estadounidense en lugar de gas natural ruso, elevando los precios de la energía en Alemania; EEUU intenta evitar que otros países busquen la independencia nacional. De hecho, la gente de otros países se ve obligada a pagar por la política estadounidense de agresión militar, que inevitablemente conducirá a la resistencia.

Por lo tanto, estas dos fuerzas, el propio desarrollo de China y el hecho de que las políticas estadounidenses no están en los intereses de la gran mayoría de la población mundial, constituyen el principal obstáculo para la expansión militar estadounidense y están claramente interrelacionadas.

Si bien la resistencia de la mayoría de la población mundial a la política estadounidense es una fuerza poderosa, la fuerza más poderosa es el propio desarrollo de China, y esto se debe a que el pueblo chino ha hecho grandes sacrificios para lograr este objetivo desde la fundación del Partido Comunista Chino y la República Popular de China. Pero para ser la fuerza más poderosa debe mantener un frente unido con la mayoría de la población mundial oprimida por EEUU.

Por lo tanto, formar ese frente unido contra la opresión estadounidense es la tarea más crítica en la situación mundial actual. Los forasteros pueden entender claramente el marco general, pero solo aquellos con información de alto nivel pueden juzgar con precisión todos los pasos específicos y qué políticas necesarias deben adoptarse.


Elección de América

En 1912, el jefe del Estado Mayor alemán, von Moltke, hizo la infame declaración de que «dado que la guerra es inevitable, ¡cuanto antes mejor!» A los ojos de Alemania en ese momento, esto era perfectamente razonable. Rusia y EEUU estaban creciendo más rápido que Alemania, lo que inevitablemente los llevaría a ser militarmente más fuertes. Por lo tanto, von Moltke llamó a la guerra lo antes posible.

El peligro inmediato para China y toda la humanidad es que EEUU, derrotado en una competencia económica pacífica, está bajo presión para recurrir cada vez más a la expansión militar. Como se analizó al inicio de este artículo, el proceso ya ha comenzado. EEUU está listo para pasar de apuntar a los países en desarrollo a confrontar a la potencia nuclear rusa. Al mismo tiempo, EEUU decidió ejercer la máxima presión sobre «aliados» como Alemania, obligándolos a obedecer, perjudicando así sus propios intereses.

Sin embargo, EEUU sigue dudando, aparentemente evaluando la situación para ver qué tan arriesgado es escalar su expansión militar. Aunque ha amenazado con incorporar a Ucrania a la OTAN, ha provocado la guerra y está brindando asistencia militar, EEUU no se ha atrevido a enviar tropas directamente para participar en la guerra. Esto sugiere que, si bien EEUU está explorando la mejora de su estrategia de expansión militar para apuntar a las principales potencias, aún no se sabe si se desplegará por completo.

Obviamente, esto afecta directamente las relaciones entre Rusia y China y hace que el resultado de la guerra de Ucrania sea crucial. Las buenas relaciones entre China y Rusia son un enorme obstáculo económico y militar ante la amenaza de guerra en EEUU. Por lo tanto, el objetivo estratégico central de la política estadounidense es dividir a Rusia y China y luego derrotarlos individualmente, incluso a través de la fuerza militar.


La guerra de Ucrania y la situación internacional

Resumiendo esta situación global, la crisis de Ucrania exhibe naturalmente características específicas de cada país. Pero también demuestra la escalada de la política militar internacional de EEUU, causada por el debilitamiento de la economía mientras sigue teniendo poderío militar. El ímpetu creado por esta situación es que la política estadounidense de escalada militar continuará a menos que sufra un fracaso externo. En resumen, la escalada de la política militar de los EEUU de atacar a los países en desarrollo a cruzar la línea roja de las principales potencias como Rusia está determinada por la situación general en los EEUU. No es temporal, sino que continuará. Esto significa que esta política militar agresiva también tendrá como objetivo a China.

También significa que la expansión militar estadounidense no será detenida por la oposición de los grupos pacifistas nacionales o sus «aliados». Solo China y la gran mayoría de los países del mundo que han sido víctimas de la política estadounidense pueden detener la expansión militar estadounidense: la gran mayoría de la población se concentra en los países en desarrollo. Entre las dos fuerzas que se oponen a la agresión estadounidense, el propio desarrollo de China es la más poderosa.


En conclusión
• Lamentablemente, la única visión realista de la situación global es que debe esperarse un aumento de las acciones agresivas de los EEUU contra China y otros países, no solo en el ámbito económico, sino especialmente en áreas donde los EEUU pueden usar directa o indirectamente el poder militar. 
EE.UU. sólo se tambalea cuando sufre la derrota. Por supuesto, se deben aprovechar todas las oportunidades para que EEUU se vuelva «pacífico». Pero también hay que reconocer que cuando se encuentre con una derrota, intentará recargar baterías, y cuando se recupere, implementará una nueva ronda de políticas de agresión. 
Derrotar la agresión estadounidense depende ante todo del desarrollo general de China: económico, militar y en todas las demás áreas. 
• El mayor poder de China también beneficia a otros países que han sufrido la agresión de EEUU. 
• Siguiendo el desarrollo del propio poder de China, la fuerza más importante para prevenir la agresión de EEUU es la mayoría de la población mundial y aquellos países que se ven perjudicados por la política de EEUU, contra la agresión de EEUU. 
• La escalada de la agresión militar de EEUU, directa o indirecta, depende de cuánto sea derrotado en luchas específicas: cuanto más exitoso sea EEUU, más agresivo se volverá; cuanto más débil se vuelva, más «amante de la paz» se convertirá. 
• A corto plazo, por lo tanto, el resultado de la guerra de Ucrania será crucial. Si EEUU tiene éxito en esta guerra, se volverá más agresivo con China. En caso contrario, su ataque a China se debilitará.
No podemos predecir los detalles de la política agresiva de EEUU. Pero a menos que EEUU sufra un fracaso del tipo analizado anteriormente, la realidad de una economía estadounidense débil y un ejército fuerte sin duda llevará a EEUU a intensificar su política de expansión militar en todos los ámbitos.