lunes, 16 de junio de 2025

Atando cabos sueltos de viejos tiempos

Hace pocos días me hice eco de un informe demoledor sobre el hiperimperialismo estadounidense que mantiene a gran parte del mundo bajo su ocupación militar, de manera directa o bajo el paraguas de la OTAN.

Estaba buscando un mapa que mostrara su enorme red de bases militares a escala global cuando encontré uno de las instalaciones militares que establecieron en España, una vez que la dictadura pactó su sometimiento al imperio a cambio de ser aceptada en el club. Aceptación vergonzante hasta que mucho después fuera oficializada por Calvo Sotelo. La jugada la completó aquella finta ("de entrada no pero sí") de un tal Felipe González.

El mapa aparecía en un ejercicio propuesto el curso pasado en Navarra, en las pruebas de acceso a la universidad. Se pedía un análisis histórico de las bases militares norteamericanas establecidas en España a partir de 1953. El documento resume las fases del acuerdo que al fin blanqueaba al sepulcral régimen franquista como aliado estratégico de "Occidente".

El oleoducto que aparece en el mapa pasa por Écija. Se estaba construyendo cuando emigramos a Madrid, como hicieron tantas otras familias.

El 26 de septiembre de 1953 se firmaba el "Tratado de Cooperación" por el que Estados Unidos instalaría en España seis bases aéreas (Rota, Morón, San Pablo, Torrejón de Ardoz, Sanjurjo y Valenzuela) y dos arsenales y depósitos de combustibles en los puertos de El Ferrol y Cartagena.

Como parte del acuerdo llegó la "ayuda americana", más barata que la del Plan Marshall, porque Franco no era Adenauer. Recuerdo la leche en polvo y el queso Cheddar que se nos empezó a dar en la escuela, y pude comprobar que una parte de esa ayuda se quedaba por el camino en el proceso de distribución. La corrupción que ahora nos escandaliza (¡y menos mal!) viene de lejos: el Nescafé se compraba de contrabando... en el estanco.

Para abastecer de combustible a las bases americanas se construyó el oleoducto Rota-Zaragoza entre octubre de 1955 y diciembre de 1956. Recuerdo las obras y a los americanos que hasta entonces solo veíamos en el cine. No pasaron tan de largo como en la película de Berlanga. Yo tenía entonces nueve años.

Junto a los desvencijados camiones rusos procedentes de la guerra, (por cuya marca 3HC (ZIS) se los conocía como los "Tres Hermanos Comunistas"), empezamos a ver flamantes camionetas Chevrolet como centauros mecánicos: la parte humana iba delante en un "haiga" partido por la mitad, la carga bruta en el cajón trasero.

1955 3124 Series Cameo Carrier











Años después, en 1998, el oleoducto reventó. Se derramaron 400.000 litros de combustible, hubo que remover entre 10.000 y 12.000 metros cúbicos de tierra contaminada y se extrajeron más de 100.000 litros de agua del Genil.

Como en Bienvenido Mr. Marshall, el paso de los americanos no cambió la vida del pueblo, pero a partir de entonces la cultura anglosajona dejaría su huella, lejos ya aquellos tiempos de autarquía fascista en que hasta hubo que traducir los nombres extranjeros de bares y hoteles.

Hablando de cambios políticos de nombres viene a cuento una canción que se hizo muy popular y que los niños cantábamos en un inglés inventado: Estambul no es Constantinopla.



jueves, 12 de junio de 2025

Del amor y el temor

El temor a Dios cimenta el amor hacia su persona, porque ¡ay de ti si no lo amas!

Esta formulación religiosa es un reflejo de la práctica habitual del poder.

"Para gobernar, el príncipe debe hacerse amar y temer por el pueblo", consejo de Maquiavelo. Resume el complicado equilibrio de fuerzas que hace posible la estabilidad de cualquier estado.

Pero el "pueblo" es una entidad compleja, con diversas clases sociales. Un gobierno que pretenda contentar a una mayoría que le de estabilidad debe convencerlos de que trabaja por el bien de todos, tratando de crear el mayor consenso posible. Se hará amar por los satisfechos con sus políticas. Los demás tendrán que aceptar un "consenso" impuesto por el temor.

Entre los dos polos de la adhesión y el rechazo el gobernante tiene que moverse con cuidado. Deberá alimentar la idea de que existe un "bien común", por mal repartido que esté, y la muy pedagógica de que lo más prudente para el díscolo es aceptar el estado de cosas que sostiene la estructura social.

Cuando el malestar de los subalternos llega a ser insoportable puede combatirse con al menos tres mecanismos:

  • La represión, llegando a niveles terroríficos si hace falta.
  • Fomentar las divisiones entre diferentes grados de excluidos para enfrentar a los que están mal con los que están peor.
  • Negar la existencia de "derechos humanos", si no son gracias concedidas por el poder a grupos concretos.

Tal es la "Pedagogía de Estado" en la sociedad de clases, esencialmente conflictiva. Manejada por locos puede llevar a situaciones explosivas.

Cuando las cosas van bien la sociedad es manejable. En situaciones de crisis se van activando progresivamente los mecanismos citados. Se constata que la democracia burguesa es un periodo de bonanza entre dos crisis y decrece progresivamente hasta desembocar en dictadura. Ahora estamos en la peligrosísima deriva de que triunfen los negacionistas de toda laya que rechazan cualquier posibilidad de salir de ese "estado de naturaleza" que conduce indefectiblemente a la catástrofe. 

Los monstruos de que hablaba Gramsci están aquí de nuevo. Esperemos que sus instrumentos opiáceos no sean suficientes para consolidar su oscura etapa.

Reflexiones de Álvaro García Linera:


Un mundo brutal
Trump, Milei y las lecciones de Maquiavelo

El poder duro se impone sin tapujos y el imperio se manifiesta sin ideologías que disfracen su vocación de dominación absoluta

ÁLVARO GARCIA LINERA








El ex vicepresidente de Bolivia desarrolla su idea sobre lo universal de gobernar como concepto, pero además en sus efectos de realidad. Europa esta, como al comienzo del nazismo, en una encrucijada y su poder blando bajo el manto de Occidente democrático parece desplomarse sin atenuantes.

Cuando Maquiavelo recomendaba al príncipe que para gobernar había que hacerse amar y temer por el pueblo, estaba resumiendo la llave maestra de la legitimidad de cualquier gobierno. No se trata de usar la fuerza para ser temido ni de ser condescendiente con todos para ser amado. Al final coacción sin justificación colectiva y bondad sin firmeza en los temas de gobierno son pilares deleznables para afrontar exitosamente el gobierno de cualquier sociedad atravesada de múltiples y contradictorios intereses.

Para el florentino, ser temido es la virtud del respeto que se obtiene del ejercicio pleno y en todo el territorio de las decisiones de gobierno. Ser amado es tomar medidas que beneficien, de alguna manera, a todos: ricos y pobres. Ambas son la metáfora de lo "universal" que, a decir de Marx, es el monopolio por excelencia de los estados modernos. El Estado puede presentarse como la forma de unificación política de la sociedad precisamente porque es la única institución que reclama con éxito el ejercicio vinculante y universal de sus decisiones en un territorio y, por otro lado, porque sus determinaciones están pensadas también para beneficiar, formalmente de manera universal, a todos sus habitantes.

Pero claro, lo sabía bien Maquiavelo, los universales del Estado son monopólicos, es decir, los define el príncipe, no los súbditos; aunque la virtud del respeto emergerá de la capacidad del príncipe para tomar decisiones que sean susceptibles de tener un mínimo interés común a todos los súbditos. Por ello, lo universal es abstracto, pero real. Porque ciertamente beneficia mas a unos, el Príncipe y su corte, lo que hoy llamamos las clases dominantes. Pero algo, por muy poco que sea, deberá llegar al pueblo, para cimentar tolerancia y cumplimiento.

Común a todos y monopolio de pocos es la fusión política permanente que garantiza la atracción, la adhesión y legitimidad de cualquier gobierno del Estado. Pero cuando esto se quiebra, lo que tenemos es la ferocidad de un Estado patrimonial y oligárquico, que es lo que justamente estamos viendo brotar hoy por todas partes del mundo.

La lujuria de los poderosos

En los países subalternos del orden capitalista es conocida la presencia de USAID con sus llamados "proyectos de desarrollo", "fortalecimiento democrático" y de "prensa libre" que, a nombre de valores y beneficios para todos, financian elites locales leales a las empresas y políticas norteamericanas. Es el "poder blando" ("ser amado") que viabiliza sin traumas el poder duro de los intereses corporativos ("ser temido"). Pues ahora estas edulcoraciones de la dominación no van más. Los intereses norteamericanos ya no apelaran a eufemismos y consenso para estar allí donde vean conveniente. A modo de cañoneras de mercado, el proteccionismo arancelario de EEUU, doblegara a muchos gobiernos extranjeros para que se sometan, sin filtro ni artificio justificador, a lo que EEUU necesita para reorientar el comercio mundial. Y si esto no funciona, EEUU lo tomara por la simple razón de que le da la gana. Primero tal vez sea Groenlandia, luego Panamá, quizá luego Gaza...

Que EEUU protegerá a occidente del comunismo, o ahora del asiatismo bárbaro, está bien para los seguidores de Walt Disney que se fascinan con las historias de fantasías. Hoy, el poder duro de las armas de disuasión es un negocio más, como vender cerveza. Si Europa quiere protección, señala Trump, que pague los costos de la seguridad, que suba su gasto en defensa para comprar más armas a EEUU y ponga los muertos en las nuevas aventuras coloniales que aun añora perseguir. Los "valores de Occidente" que engatusaron a las antiguas generaciones ahora son una vulgar mercancía que se exhibe en el escaparate del supermercado como la pasta dentífrica o el tocino.

Si hasta hace poco la expansión de la OTAN, la guerra por encargo en Ucrania o la invasión de Libia y Afganistán se las justificaba con la retórica de combatir las autocracias, hoy descaradamente se anuncia que es solo un método para controlar territorio y someter fuerza de trabajo barata. Cínicamente y ante los ojos de millones de ciudadanos Trump les echa en cara a los ucranianos que occidente paga por cada joven muerto que tienen en combate y, encima, sin rubor alguno, les reclama que sus muertos valen menos de lo que han recibido y que deben devolver parte de ese dinero con la entrega de sus minerales. La moral bucanera ha sustituido a la ilusión universalista.

Para no quedar atrás, la presidenta de la Comisión Europea von der Leyen, anuncia con entusiasmo que ha llegado "la hora del rearme" continental por lo que los estados podrán endeudarse sin límite apara abastecer sus arsenales. Finalmente, después de tanta alharaca medioambiental, para todos ellos, las bombas que resguarden sus murallas resultan más importantes que el calentamiento global. Y no deja de ser pintoresco el afectado gesto dramático con el que numerosos voceros "occidentales" desempolvan viejos manuales bolcheviques para denunciar el grosero comportamiento "imperialista" de EEUU; olvidándose que lo que hoy tanto les molesta de las bravuconadas de Trump es lo que ellos han hecho todos estos años con África o medio oriente.

Atravesamos tiempos liminales sin horizonte ni redención previsible. Por ello, el mundo se ha convertido en un campo de batalla sin reglas para descuartizar países, mercados, poblaciones y esperanzas. Y en casa de los imperios recargados, el esquema es el mismo. Las ideologías que legitimaban la dominación han envejecido y la gramática del dinero es hoy el nuevo soberano. Las oligarquías se han lanzado al asalto del poder estatal. No necesitan justificación. Tampoco requieren de los servicios de las aburridas clases medias letradas que hacían artificios lingüísticos con los "valores y principios" democráticos. Solo requieren sirvientes que ejecuten los caprichos bobos de niños ricos con juguete nuevo.

Las oligarquías en el poder compiten para deshuesar lo más dolorosamente posible los servicios públicos. Botan a funcionarios de larga trayectoria como si se trataran de calcetines sucios. Financian campañas electorales a bolsillo suelto como quien apuesta a una carrera de caballos. Compran votos con denigrantes loterías. Y luego, para completar su canallada, a plena luz pública, se autoasignan contratos estatales, o la propiedad de empresas públicas, para aumentar el valor de sus compañías. Los contorsionistas de este vodevil, los presidentes, no se quedan al margen y se lanzan a estafar abiertamente a incautos ciudadanos con criptomonedas. Desdoblando el cuerpo del príncipe (el gobierno) del cuerpo de la persona que funge hoy como gobernante, arguyen que la promoción rentada de tal o cual cripto no es en cuanto presidente, sino en cuanto individuo, habilitando así una novísima coartada criminal respecto a que se es gobernante solo cuando estampan su firma en documentos con bandera de su país; pero luego, el resto del tiempo son simples individuos abocados a engordar lascivamente sus arcas personales.

Sin embargo, que este envilecimiento de los estados pueda imponerse no es meramente una astucia de oligarquías corruptas, sino que requiere, al menos, la tolerancia silenciosa de una parte de un electorado igualmente envilecido. Clases medias en pánico moral por el ascenso social de sectores populares o indígenas. Jóvenes varones aterrados por su impotencia jerárquica ante mujeres empoderadas. Trabajadores empobrecidos que creen que los migrantes que limpian las casas y cosechan los alimentos les arrebatan los empleos en las industrias o empresas de servicios.

Acusar a los débiles de los efectos que las fechorías de los plutócratas causan en los sectores medios se ha convertido en la mejor manera de embaucar a los pueblos. Los que hasta ayer se asumían como los sublimes redentores de la humanidad hoy insuflan cacerías racistas de latinoamericanos, africanos y musulmanes. En tanto que otros, se jactan de haber convertido el mar mediterráneo en una gigantesca y barata tumba de indocumentados.

El poder oligárquico mundial es hoy la brutalidad del mas fuerte, la obscenidad del más millonario, la crueldad del más prepotente. Para qué ser amado si es más fácil y humillante aterrorizar al indefenso. El único universal que veneran es el dinero. La parálisis y miedo que provocan les hace creer que han inaugurado una nueva gobernabilidad fundada en las billonadas que ostentan. Sin embargo, gobernar sin evocar algún tipo de universal, alguna forma de beneficio común, es efímero. Es un tema de cohesión social que promueve la tolerancia moral de los gobernados.

Por ello, en medio de esta orgía de ofensas desbocadas, quizá valga la pena recordar nuevamente a Maquiavelo que, conocedor de las tentaciones principescas de creerse impunes y eternos, les advertía sobre la suerte del emperador romano Máximo el Tracio, que desdeñó ser amado y transmutó el temor por el odio y desprecio de sus súbditos. Finalmente, después de unos años y en medio de rebeliones, los ciudadanos vieron pasar rumbo al senado, la cabeza cortada del emperador y de su hijo.

lunes, 2 de junio de 2025

Con dioses así...

¿Qué se puede esperar?

El relato de la matanza de los inocentes se muestra en la segunda parte, "la biblia buena", como una atrocidad, pero los relatos de la primera parte son con frecuencia tan espeluznantes como el que se comenta en este artículo. Ese Dios ególatra, profundamente narcisista hasta los casi inalcanzables niveles trumpianos, empeñado en que lo adoren, sea por el terror que infunde o más frecuentemente por el que practican sus agentes terrenales, ¿tiene tan poca perspicacia que no percibe lo falsos e interesados que son sus fieles?

Los creyentes a pies juntillas en la literalidad bíblica son cada vez más escasos, aunque en contrapartida hay sectas tan fanáticas como para reducir a 144.000 los que se salvarán del infierno, vendiendo a bajo precio el billete de ida al paraíso.

Merece la pena estudiar en profundidad la evolución de las ideologías religiosas, su génesis y acomodación a cada momento histórico y en función de qué intereses. Cómo surge el cristianismo dentro de la religión judaica, en qué momento van apareciendo los distintos dogmas, de qué forma se van modelando las jerarquías, siempre al amparo interesado de los poderosos...

Pero cuidado, pontífice, no te sientas impune. Si el cristianísimo emperador se cabrea tendrás que refugiarte en Sant'Angelo mientras él aprovecha y saquea a los romanos (ahí me las den todas).

Cuando la ideología de los derechos humanos parecía alcanzar cierto consenso, nos encontramos con la persistencia de bárbaros que acuden al taparrabos religioso para tapar su profunda inhumanidad. Lo más terrible será que acabemos normalizando la barbarie, una neobarbarie con tecnologías avanzadas, camino de difícil retorno que puede llevarnos a la extinción.

Pero ese Dios bíblico no es más que una gargantuesca marioneta. No es él el que conduce a "su pueblo" (sea quien sea el que lo maneja en cada momento) a la conquista y el exterminio. Más bien lo pasean en la procesión, como van las banderas y estandartes a la batalla.


Miguel Martín
27/05/2025

La matanza de los inocentes. Peter Paul Rubens














Los acontecimientos en Gaza siguen sucediéndose y nada ni nadie parece querer poner fin a la violencia que Israel ha desencadenado de una forma intensa y cruel desde octubre de 2023. Pero con las siguientes líneas no quiero reincidir en los juicios de valor ni en el posicionamiento que ya he manifestado en otros artículos que he escrito para este mismo medio, tales como Hamas ¿terroristas?; o Memoria democrática, más allá del franquismo. Únicamente utilizaré esta tribuna para tratar de despertar la reflexión particular de cada lector a partir de un pasaje bíblico que considero fundamental conocer en este momento y que dice así:

Cuando el Señor tu Dios te haya introducido en la tierra donde vas a entrar para poseerla y haya echado de delante de ti a muchas naciones: los hititas, los gergeseos, los amorreos, los cananeos, los ferezeos, los heveos y los jebuseos, siete naciones más grandes y más poderosas que tú, y cuando el Señor tu Dios los haya entregado delante de ti, y los hayas derrotado, los destruirás por completo. No harás alianza con ellos ni te apiadarás de ellos. Y no contraerás matrimonio con ellos; no darás tus hijas a sus hijos, ni tomarás sus hijas para tus hijos. Porque ellos apartarán a tus hijos de seguirme para servir a otros dioses; entonces la ira del Señor se encenderá contra ti, y Él pronto te destruirá. Mas así haréis con ellos: derribaréis sus altares, destruiréis sus pilares sagrados, y cortaréis sus imágenes de Asera, y quemaréis a fuego sus imágenes talladas.

Y continúa:

Porque tú eres pueblo santo para el Señor tu Dios; el Señor tu Dios te ha escogido para ser pueblo suyo de entre todos los pueblos que están sobre la faz de la tierra. El Señor no puso su amor en vosotros ni os escogió por ser vosotros más numerosos que otro pueblo, pues erais el más pequeño de todos los pueblos; más porque el Señor os amó y guardó el juramento que hizo a vuestros padres, el Señor os sacó con mano fuerte y os redimió de casa de servidumbre, de la mano de Faraón, rey de Egipto. Reconoce, pues, que el Señor tu Dios es Dios, el Dios fiel, que guarda su pacto y su misericordia hasta mil generaciones con aquellos que le aman y guardan sus mandamientos; pero al que le odia, le da el pago en su misma cara, destruyéndolo; […].

Y finaliza así:

[…]. Bendito serás más que todos los pueblos; no habrá varón ni hembra estéril en ti, ni en tu ganado. Y el Señor apartará de ti toda enfermedad; y no pondrá sobre ti ninguna de las enfermedades malignas de Egipto que has conocido, sino que las pondrá sobre los que te odian. Y destruirás a todos los pueblos que el Señor tu Dios te entregue; tu ojo no tendrá piedad de ellos; tampoco servirás a sus dioses, porque esto sería un tropiezo para ti.

[…] Y el Señor tu Dios echará estas naciones de delante de ti poco a poco; no podrás acabar con ellas rápidamente, no sea que las bestias del campo lleguen a ser demasiado numerosas para ti. Pero el Señor tu Dios las entregará delante de ti, y producirá entre ellas gran confusión hasta que perezcan. Y entregará en tus manos a sus reyes de modo que harás perecer sus nombres de debajo del cielo; ningún hombre podrá hacerte frente hasta que tú los hayas destruido. […].

Este fragmento se corresponde con el capítulo 7 del Deuteronomio, uno de los textos principales de la Torá, para los judíos; y del Pentateuco, para los cristianos. Y conocerlos, al margen del repudio que nos pueda generar su radicalidad, arroja luz sobre los posicionamientos del sionismo respecto a lo que significa el Estado de Israel en la actualidad y cómo deben actuar sus gobernantes en relación con Palestina. En ese sentido, su racionalidad no parece responder al Derecho Internacional ni apelar a la Declaración Universal de Derechos Humanos es un motivo de peso para convencerlos de que actúen de otro modo. 

Expresiones similares también son comunes en discursos de organizaciones yihadistas como ISIS, que defienden de forma explícita que Dar al-Islam debe estar bajo su control, dado que se presentan a sí mismos como los “verdaderos musulmanes”, cuya principal responsabilidad es expulsar a los incrédulos y apóstatas de sus tierras e implantar un régimen político que se rija exclusivamente por la ley islámica. Sobre esta base defienden la legitimidad de su autoproclamado Califato y han tratado de que el resto de las naciones del mundo los reconozca como Estado.

Del mismo modo, en su día el nacionalsocialismo defendió la idea de la gran nación alemana, así como la superioridad de la raza aria, reclamando para sí amplios territorios de Europa con el fin de unificar bajo un mismo Estado a todos los pueblos germanos. Sobre esta base, se justificó la invasión de otros países y la discriminación y persecución de amplios sectores de población (judíos, gitanos, homosexuales, comunistas, etc.), dando lugar así a uno de los periodos más oscuros de la historia reciente de la humanidad.

Siguiendo el rastro de este mismo discurso, hoy en día, en nuestra propia sociedad, movimientos como Núcleo Nacional sostienen que, en Europa, en general, y en España, en particular, se está llevando a cabo un plan de suplantación étnica y que, por tanto, debemos organizarnos para defender “nuestra tierra” de todos aquellos que son identificados como invasores. Fruto de ello, se están sucediendo en nuestro país manifestaciones como la de este fin de semana en Madrid bajo el lema, “patria, justicia, revolución” en contra de lo que ellos denominan “invasión migratoria” y a favor de la remigración.

Se podría continuar aumentando el número de ejemplos, pero todos ellos tienen en común la exaltación de un “nosotros” hermético y uniforme que, como en el pasaje bíblico antes referenciado, reclama un territorio para sí donde no se contempla la posibilidad de dar cabida a ningún tipo de mezcla ni diversidad. Algo que obstaculiza la posibilidad de que pueda existir una relación tolerante con el “otro” y que fortalece la exaltación de la violencia y la destrucción del que se considera diferente.

Por eso, aquellos que no compartimos estos principios, además de manifestar nuestro rechazo, también necesitamos anteponer y resignificar otros relatos en los que poder inspirarnos, como por ejemplo el de “La Torre de Babel”, un pasaje del Génesis que rescató el semiólogo Paolo Fabbri para argumentar a favor de la imperfección como fuente de creatividad en contraposición al ideal de alcanzar una lengua única y perfecta para todo el mundo. Porque para él la verdadera utopía se encontraba en lo babélico, en la exaltación de las diferencias, de las traducciones y de los errores, sin las cuales consideraba que no se podían articular nuevos sentidos y generar nuevos significados dentro de un determinado espacio social, concibiendo así la pluralidad como un valor positivo.

"Para quien abraza el sionismo no hay cabida para otro pueblo en lo que ellos mismos consideran como su territorio por derecho divino"

En contra de esta idea, la tierra prometida que dicen añorar y defender movimientos como los antes citados siempre se presenta como un espacio sin perturbaciones, idílico y seguro en el que, como apunta Tierra Santa en su tema musical Sodoma y Gomorra, su existencia tiende a estar ligada a un dios que “nunca supo aceptar su falso derecho a la libertad” y que a la mínima desobediencia está dispuesto a castigar y destruir a quienes lo desafían.

El gobierno de Israel parece actuar siguiendo estos preceptos y no da muestras de querer detener el aniquilamiento sistemático de la población palestina, especialmente de niñas y niños. Porque para quien abraza el sionismo no hay cabida para otro pueblo en lo que ellos mismos consideran como su territorio por derecho divino.

En estas circunstancias, ¿cabe que la UE siga manteniendo vigente su acuerdo de asociación con Israel? ¿Cabe que nuestros gobiernos sigan validando un marco jurídico de diálogo político y cooperación económica con quien no reconoce el derecho a la existencia de sus semejantes? La base misma de esta asociación, según lo acordado por ambas partes, es la observancia de los derechos humanos y de la democracia. Así se estipula en el artículo 2 de este documento: “Las relaciones entre las partes, así como todas las disposiciones del propio Acuerdo, se basarán en el respeto a los derechos humanos y a los principios democráticos, que orientan su política interna e internacional y constituyen un elemento esencial de este Acuerdo”. Saquen sus propias conclusiones.

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Miguel Martín es licenciado en Filosofía por la Universidad de Valladolid, doctor en Semiótica por la Universidad Complutense de Madrid e investigador de Diacronía.

domingo, 1 de junio de 2025

Camarón con Tomatito... y Chocolate con Habichuela

No se trata de recetas culinarias sino de recetas musicales para paladear el buen cante.

La colaboración entre Camarón de la Isla y el guitarrista Tomatito es bien conocida. De la otra se habla menos, pero ahora el programa de José María Velázquez-Gaztelu, nostálgico de tiempos pasados que gusta de recordar épocas doradas del cante, rebuscando discos viejos en su "cajón de sastre" nos lleva hasta Antonio Núñez Montoya, "Chocolate" y al disco Los duendes del flamenco que grabó acompañado a la guitarra por Juan Carmona, "Habichuela".

El audio recuerda la difícil vida de este cantaor, reflejada en su conocida frase "en mi hambre mando yo", y contiene casi completo el antiguo disco de vinilo.

En el prólogo guitarrístico habitual incluye tres interpretaciones de Niño Ricardo, que también  acompañó sus cantes:

-55:40 Granaína

-50:26 Seguiriya

-44:33 Zapateado

Minutado de los cantes de Chocolate que acompaña Juan Habichuela:

-40:44 Pa yo tenerte a mi vera, soleares

-33:17 Solamente en Dios confían, taranto

-27:40 Y las manos me mordía, malagueña con final de jabera

-18:20 El nombre de esa mujer, fandangos

-12:25 Como yo guardo los cantes gitanos, seguiriya

-04:18 Como si fuera candela, tientos

Aquí, el disco completo: