El ya un tanto olvidado Chumy Chúmez lo dice bien claro: hay que darles las gracias por perdonarnos (un poco nada más) la vida. Por eso, seguramente, la bárbara subida del precio de la energía será aflojada un poco (sólo un poco), y todos tan contentos.
La coincidencia en unas pocas (malas) manos de los poderes Político, Económico y Mediático produce el efecto perverso y difícil de contrarrestar de hacernos conformistas. Y participamos así de la lógica tan bien expresada por el expresidente chileno Sebastián Piñera: "¡Nada es gratis!": quien no pueda pagar nada, pues que no tenga nada.
Es tarea ciclópea luchar contra los tres poderes, que no son, como se cree ingenuamente, Ejecutivo, Legislativo y Judicial (Santísima Trinidad que no es sino un solo Poder Político Verdadero), sino los enunciados más arriba, otra Trinidad que tambien se podría resumir en un Superdiós, el Poder Financiero.
Trinidad de trinidades, y todo trinidad...
Insistir en estas cosas, tan sabidas como poco movilizadoras. desde la estéril escritura, puede ser machacar en hierro frío, más frío aún en el frío invierno. Frío como el frío de los pobres.
Pero como nos dice Santa Termodinámica, si el trabajo improductivo se transforma en calor, ese calor puede todavía producir trabajo.
Calentemos la potente fragua que al hombre nuevo ha de forjar.
La Marea
El Partido Popular evitó la semana pasada que se aprobara una norma sobre la
pobreza energética que evitara que a las familias en situación de extrema
necesidad se les cortara la luz y el gas en invierno cuando no pudieran pagarla.
Tras la tremenda inhumanidad evidente que desprende esta votación se esconde una
motivación ideológica con mucho fondo: el capitalismo ha inculcado en la
sociedad que puedes tener lo que puedes pagarte, también el alimento, la
vivienda o la energía necesarias para subsistir. Las normas del mercado son
incontestables, los sin nada pasarán frío; si quieren calor que lo paguen.
Ese es el mensaje prioritario que sustenta el ideario del Partido Popular con
su negativa a paliar la pobreza energética, el individualismo capitalista que
procura sustanciosos beneficiosos a los grandes empresas eléctricas y que es
celebrado por muchos ciudadanos que asienten mientras sufren la lógica del
mercado. Porque el capitalismo nos ha enseñado a pagar por nuestra necesidad,
como explicaba Manuel Vicent.
“Los ciudadanos, con el complejo de naturaleza caída, agradecen cada día el
hecho de seguir viviendo aunque sea pagando. Ya se les ha inoculado la
convicción de que todo es cuestión de dinero. Para esto el capitalismo tiene una
sabiduría diabólica: ha actuado como en los sermones de los frailes medievales.
Primero te describen las penas del infierno con gran lujo de serpientes y
calderas de aceite hirviendo, con los demonios pinchándote las posaderas con un
tridente al rojo y cuando la parroquia bajo el púlpito llora las culpas
desconsolada porque no encuentra salida, entonces el predicador se saca de la
manga la promesa del cielo lleno de mazapán, de violines y de la vida a la
bartola, todo si se abandona el pecado. Para el capitalismo el gran pecado
mortal consiste en no pagar. Si la gente paga el capitalismo te llena el
depósito de gasolina hasta ahogar el delco, te llena de cacharros, te llena de
plusvalías, te construye pisitos con salón-estar-comedor, te atiborra la mesa de
merluza y langostinos e incluso de cordero lechal. Y te regala energía sobrante
para todo el mes. Pero hay que pagar rudamente sin hacer ascos. Es un
detalle”
Por eso si no pagas porque no puedes, porque el capitalismo no brinda a la
clase obrera la posibilidad de tener un trabajo -único patrimonio verdadero del
obrero-, pasas frío y necesidad, porque en la ideología dominante quien pasa
frío es porque no se ha esforzado lo suficiente, es su culpa. Si no puede pagar
el precio del bienestar y el calor de su existencia se debe únicamente a tu
responsabilidad.
“Lo que de verdad haría que me sintiera identificado, es un movimiento en pro
del esfuerzo y del trabajo personal; un movimiento que crea que con sacrificio,
con esfuerzo y con voluntad todas las cosas son posibles. Un movimiento que no
reivindique únicamente derechos…Creo sinceramente que cada uno tenemos nuestra
responsabilidad en esta crisis; los políticos, los empresarios, los trabajadores
y sus representantes, los que nos hemos endeudado, los que han prestado sin
medir los riesgos… Pero ya pasó el tiempo de buscar culpables”.
Esa sentencia forma parte de un artículo que Borja Prado, presidente de
Endesa, escribió en el año 2011 en El País con motivo de las elecciones que auparían al Partido
Popular con la mayoría absoluta. Borja Prado es el máximo responsable de una de
las empresas que en plena situación de emergencia de muchas familias subieron la
luz un 11% en la última subasta, anulada por la comisión de competencia. Prado
preside una empresa privatizada por Jose María Aznar que se lucra con el frío de
los sin nada. En el año 2012 las eléctricas cortaron la luz de 1.400.000 hogares en España mientras conseguían unos
beneficios del 6,78%. Quizás por eso consiguieron los beneficios, que fueron el doble que los de sus homólogas europeas.
Todas estas medidas no serían posibles sin la connivencia y la colaboración
de esos consejeros que han formado parte de los sucesivos gobiernos y se han
plegado a las exigencias del lobby del que ahora forman parte. Políticos
y empresarios que durante años han favorecido la lógica del mercado que permite
dejar sin luz ni calor a todos aquellos que no pueden pagar para que ellos cada
vez obtengan mayores beneficios. Lógica de mercado.
El lobby eléctrico: política, medios de comunicación y
empresa.
Son conocidos los políticos de los grandes partidos que tras legislar durante
años a favor de las grandes empresas eléctricas o incluso privatizarlas han
acabado en sus consejos de administración: Felipe González, Jose María Aznar, Elena Salgado, Angel Acebes, Pedro Solbes y un sinfín de funcionarios
públicos que han permitido la preeminencia de la cuenta de resultados de las
empresas frente al interés general. Algunos casos y relaciones aparte de los ya
conocidos son especialmente indicativos del funcionamiento del lobby eléctrico
como uno de los principales baluartes del pensamiento hegemónico y la relación
de poder entre política y economía con un fuerte componente ideológico. El hecho
de que Felipe Gonzalez, ex presidente del gobierno del PSOE y Juan Rosell,
presidente de la CEOE, compartan mesa en el consejo de Gas Natural permite
hacerse una idea del pensamiento dominante que trasciende las urnas.
Uno de los casos de este hilo conductor ideológico es el de Miquel Roca y
Junyent, Consejero de ENDESA y abogado de la Infanta Cristina en el caso
Noos. Fue diputado por Convergencia Democrática de Cataluña, uno de los llamados
padres de la constitución. Fue portavoz en el Congreso del Convergencia desde el
año 1977 hasta el año 1995 de donde pasó a ser concejal del Ayuntamiento de
Barcelona hasta el año 1999. En el año 1984 creó un partido, El Partido
Reformista Democrático (con su propio himno) en el que fue elegido secretario general
Florentino Pérez, presidente del Real Madrid y de la constructora ACS, de la que
Miquel Roca también es consejero en la actualidad.
La creación de este nuevo partido de Miquel Roca y Florentino Pérez estaba
provocado por el miedo que los grandes empresarios y el capital tenían a
aquellos socialistas de los años 80, miedo completamente infundado como se
demostró después.
Jose Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, fue grabado riéndose de la de la subida de la luz al ser
preguntado por una periodista sobre la preocupación de la sociedad sobre este
punto, el audio publicado en la Cadena Ser desapareció en las horas siguientes
sin que existiese ningún tipo de explicación al respecto por parte de la cadena,
simplemente desapareció. Las risas de Sánchez Galán por la preocupación de las
familias españolas de que suba un 11% una factura de 80 euros de media es
comprensible si nos atenemos al sueldo que el señor Galán consiguió en 2012,
cuando entre primas, acciones y sueldo directo se embolsó 9,5 millones de euros,
siendo el quinto empresario mejor pagado de España.
Los consejeros de las eléctricas no solo tienen el poder de la publicidad en
los medios, en ocasiones son los medios. Borja Prado, presidente de
Endesa es además consejero de Mediaset, la corporación mediática dueña de
Telecinco y Cuatro, entre otros. Alejandro Echevarría Busquet, consejero
de Endesa, es también editor del periódico El Correo perteneciente al Grupo
Vocento, anteriormente fue presidente de Mediaset y de UTECA, asociación que
engloba a todas las televisiones comerciales.
Integrar en un mismo núcleo de personas al poder político, el económico y el
mediático permite crear un relato dominante que empapa la sociedad con el axioma
capitalista de tener tan solo lo que pagas. El resto de parámetros de la
ideología dominante son accesorios o al menos secundarios. Lo prioritario es
inculcar que no es posible establecer la energía eléctrica como un bien de
primera necesidad que permita subsistir a los trabajadores que, por
circunstancias ajenas a ellos, no pueden permitírselo coyunturalmente. Tendrás
luz si la pagas porque alguien debe pagarla. Enfrentarse a ese relato es una
necesidad de la oposición política. Existen bienes de primera necesidad que
deben estar fuera de ese axioma capitalista que unos pocos trasladan con su
poder a una mayoría. No tendrás únicamente lo que puedas pagar, tendrás lo que
precises para subsistir, puedas pagarlo o no. Ese es el relato a conquistar.
“Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su
titularidad está subordinada al interés general…Se reconoce la iniciativa
pública en la actividad económica. Mediante ley se podrá reservar al sector
público recursos o servicios esenciales, especialmente en caso de monopolio, y
asimismo acordar la intervención de empresas cuando así lo exigiere el interés
general”. Artículo 128 de la Constitución Española.