Extraido de voselsoberano.com | Jueves 24 de Febrero de 2011 20:08
Jon Juanma
Allá por 1848 los jóvenes Marx y Engels ya lo tenían muy claro. En el Manifiesto escribían que las revoluciones serían violentas, sin ninguna duda. Y no porque los amigos comunistas fueran unos sanguinarios deseosos de colgar empresarios y aristócratas de la copa de un pino (el propio Engels era empresario), sino porque sencillamente entendían que la mayoría de los miembros de las clases dirigentes, los propietarios de los medios de producción, no se dispondrían pacíficamente a devolver con una sonrisa en sus rostros todo aquello que robaron al pueblo tras años de explotación y latrocinio. Robo forjado al amparo de sus leyes derivadas de la propiedad privada y el predominio en el control de las fuerzas coercitivas (Ejército, Polícia, etc). Y todo esto simplemente porque las élites de las clases poseedoras, a diferencia de la mayoría de los miembros del pueblo, sí tienen conciencia de clase todo el tiempo.
No una vez cada muchos años como el pueblo. Se lo crea usted o no, realizan una lucha de clases todos y cada uno de los días de su existencia para garantizar y aun ampliar su poder en el sistema-mundo en que vivimos. Lo hacen desde las empresas, los juzgados, los parlamentos, las universidades, la televisión, la publicidad, los libros, el cine, etc. Y si en los tiempos de “paz” les da igual condenar a la muerte a millones de personas en el mundo por hambre o guerra, ¿de verdad cree que dudarían en pegarle un tiro en la cabeza si usted formara parte de una de esas “turbas” que pusieran en peligro sus intereses?
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