Aquí, algunos datos sobre el autor del artículo:
Salim Lamrani es Doctor en Estudios Ibéricos y Latinoamericanos de la Universidad Paris Sorbonne-Paris IV.
Es profesor titular de la Universidad de La Reunión y periodista, especialista de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.
Su último libro se titula Cuba, ¡palabra a la defensa!, Hondarribia, Editorial Hiru, 2016.
http://www.tiendaeditorialhiru.com/informe/336-cuba-palabra-a-la-defensa.html
Contacto:
lamranisalim @yahoo.fr ; Salim.Lamrani @univ-reunion.fr
Página Facebook:
https://www.facebook.com/SalimLamraniOfficiel
Y también dejo esta otra aportación importante al tema:
Rebelión
Introducción
La cuestión de
los derechos humanos en Cuba siempre suscita muchas controversias en
Occidente. Los medios de comunicación siempre se muestran unánimes para
estigmatizar a las autoridades de La Habana, acusándolas particularmente
de perpetrar violaciones masivas de los derechos fundamentales de sus
ciudadanos. Las clases políticas –con algunas excepciones– no se quedan a
la zaga y regularmente señalan a la isla del Caribe sobre este tema. Se
puede notar una constancia: la oposición cubana ocupa el espacio
mediático en Europa y en Estados Unidos y, al mismo tiempo, se silencia
sistemáticamente el punto de vista del Gobierno cubano sobre estos
tópicos cruciales.
No obstante resulta relativamente sencillo
forjarse una opinión sobre los derechos humanos en Cuba y en el planeta.
Amnistía Internacional, organización fundada en 1961, publica cada año
un informe sobre la situación de los derechos humanos a nivel mundial.
Así, para conseguir una imagen global, basta con consultar los estudios
anuales que están disponibles en varios idiomas. Los medios de
comunicación no vacilan en basarse en estos trabajos para evocar la
problemática de los derechos humanos en Cuba. Sin embargo es asombroso
observar que no se propone a la opinión pública ningún análisis
comparativo. ¿Por qué no comparar, por ejemplo, los últimos informes de
Amnistía Internacional sobre Cuba con los de Francia y Estados Unidos?
¿Acaso no permitiría a la opinión pública hacerse una idea más precisa
de la realidad de los derechos humanos en Cuba tomando como referencias
dos grandes democracias occidentales que a menudo se erigen en jueces
moralizadores?
El estudio comparativo es un ejercicio
científico saludable que permite romper los clichés y prejuicios. Este
artículo propone presentar las conclusiones de Amnistía Internacional
sobre la situación de los derechos humanos en Cuba, Francia y Estados
Unidos. El objetivo es brindar al público hechos concretos que le
permitan forjarse una opinión más justa sobre la Cuba de hoy.
Conclusión
La comparación de los distintos informes de Amnistía Internacional
arroja una luz significativa. Contra todo pronóstico Cuba presenta un
mejor balance que su principal detractor, Estados Unidos. Del lado de
Francia, las críticas que emite AI incitan a la humildad. Así, ni
Francia ni EE UU tienen la autoridad moral necesaria para erigirse en
juez.
Es importante recordar que los informes de Amnistía
Internacional nunca evocan el respeto de los derechos económicos y
sociales –que son derechos humanos fundamentales– tales como el acceso a
la alimentación, la vivienda, la seguridad, la educación, la salud, la
cultura, el deporte, la recreación, campos en los cuales Cuba sobresale
según todos los organismos de las Naciones Unidas, que citan su sistema
de protección social como el ejemplo a seguir. Un dato es elocuente:
según la UNICEF, el único país de América Latina y del Tercer Mundo que
ha erradicado la desnutrición infantil es Cuba.
Los informes de
Amnistía Internacional contradicen los discursos occidentales sobre
Cuba. Los medios de comunicación, al proporcionar una información
parcial, orientada y sin ninguna puesta en perspectiva de la situación
cubana con el resto del mundo, en vez de informar a la opinión pública,
la engañan y construyen una imagen de la isla del Caribe que no
corresponde a la realidad.
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