El dueño de todo es también dueño de la memoria. La Historia, escrita por el vencedor, es siempre un acertijo y exige un minucioso análisis para entenderla. Matrix es más que una metáfora.
El espectador fatigado y adormecido no se percibe de nada hasta que le duele. Entonces intenta saber qué le pasa. Y no dispone de memoria propia para averiguarlo.
Sin embargo, siempre hay indicios racionales. A falta de pruebas, siempre ocultadas y muchas veces destruidas por quien se preocupó de "borrar todas las huellas", pueden bastar los indicios racionales de criminalidad, que una vez identificados, son apabullantes.
"El bloque dominante tiene memoria, el bloque popular no". Recreémosla.
España
Rebelión
(...)
Desde 2007, desde que estallara la crisis, la realidad está dando la
razón a quienes analizan la crisis como una crisis irreversible, frente
a quienes hablan de una crisis más, una crisis de
subconsumo o una crisis bancaria, por ejemplo.
Si fuese una
crisis de falta de consumo, esto es, si el problema fuese que la clase
trabajadora no tiene dinero para comprar productos y fruto de ello se
quedan en las tiendas sin vender y se acumulan la solución a la crisis
hubiera sido fácil: se hubiera podido incentivar la demanda de múltiples
maneras. Y de hecho el gobierno del PSOE lo intentó de distintas
maneras cuando estalló la crisis. Sin embargo, no era un problema de
demanda, por ello para lo único que han servido las distintas medidas ha
sido para vaciar las arcas del Estado y, muy coyunturalmente, mientras
se vaciaban, limitar la caída de la economía, algo que, bajo el gobierno
del PP se ha transformado en la negación radical de la crisis
-situándola como algo coyuntural y heredado de una mala gestión-, y en
el intento de mantener la tasa de beneficio del capital mediante un
trasvase de las rentas del trabajo al capital.
Pero esta
tampoco es una crisis bancaria. A la banca se le han destinado muchos
cientos de millones de euros. Habría salido más barato hacer una nueva.
Mientras la banca ganó ingentes fortunas, éstas fueron privadas, y las
repartió entre los accionistas y las juntas directivas. En el momento de
la crisis las pérdidas se han socializado. La clase trabajadora
española ha pagado el rescate a la banca, el regalo de dinero público
que han hecho los políticos a la banca –unos 1,4 billones de euros-. Una
gran banca que, fruto de la tendencia a la centralización y
concentración del capital –tendencias que se agudizan en periodos de
crisis- ha multiplicado por cuatro sus beneficios de 2012 a 2013:
Santander, BBVA, Caixabank, Popular y Sabadell obtuvieron 7674 millones
de euros netos el año pasado.
En cualquier caso, si donde
estalla la crisis de forma perceptible es en el mercado de la vivienda,
esto es porque, como hemos señalado, ahí está el capital especulativo y
no productivo. Al producirse la crisis orgánica el primer elemento que
entra en quiebra es el especulativo, el más frágil, mientras el capital
productivo todavía es capaz de reproducirse, pues es socialmente más
necesario.
La realidad es aplastante. Más allá de la capacidad
para hacer análisis. El proceso histórico comenzado hace ya casi siete
años comienza a tener consecuencias. El poder económico ha intentado que
la clase trabajadora y los sectores populares, el Bloque Popular, no se
diese cuenta de qué era lo que ocurría. Entonces se inventaron una
“crisis ninja”, unos “brotes verdes”… y ese Bloque Popular se creía el
mensaje que el poder económico transmitía a través de los políticos y
los medios de comunicación.
Desde la crisis de los años treinta
no se vivía una situación parecida. La burguesía, como Bloque
Dominante, lo recuerda. La burguesía construye la Historia, y tiene muy
presente lo que significó aquella crisis, porque como clase dominante
transmite de generación a generación su conocimiento y experiencia.
Sin embargo, el Bloque Popular, en la medida en que es un bloque
subordinado, no tiene memoria. Su historia, conocimiento y experiencia
están moldeadas cuando no abiertamente falseadas por la burguesía, que
como clase dominante transmite su ideología a través del cine, la
cultura, los medios de comunicación, la educación… la reciente
transición española es muy ejemplificadora a este respecto: los abuelos
de los rojos están en cunetas y fosas comunes, y no se ha recuperado ni
su historia ni su memoria. Y lo que se ha recuperado ha sido a pesar del
Estado, a pesar de la las leyes, a pesar de la Ley para la recuperación
de la memoria histórica, a pesar de los jueces y a pesar de todo el
entramado institucional, radicalmente opuesto a la recuperación de la
memoria democrática, y, también, lo que se ha recuperado ha sido a pesar
del mensaje de la burguesía: recuperar la memoria era remover, era
reabrir heridas… y demás. Quienes perdieron la guerra fueron sometidos
ideológicamente incluso generaciones después.
De esta forma el
Bloque Dominante mantiene el conocimiento y un hilo histórico, que no se
corresponde con la realidad sino con sus intereses de clase, mientras
la clase trabajadora y los sectores subalternos, en tanto en cuanto están
subordinados, no pueden mantener sus conocimientos. Así, la burguesía,
como bloque histórico hegemónico mantiene el recuerdo de la anterior
crisis, pero no así la clase trabajadora y los sectores populares.
(...)
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