Rebelión
El espejismo de la clase media es su creencia casi ciega, en gran parte de ella, de que en la sociedad capitalista actual se produce su desclasamiento y, por lo tanto, su alejamiento de los estratos más bajos de la estructura social.
A veces se dice que estar en el medio es una lucha constante en la indefinición y cuando hablamos en términos sociales posiblemente esto es una gran verdad. Se está por encima del empobrecido, y la mayor de las veces por encima de las empobrecidas, a quienes se mira con cierta suficiencia e incluso cierto desprecio por su consideración de inferior. Es posible que la razón principal de esta visión y actitud radique en el temor a caer en ese inseguro y precario territorio social de la pobreza. Por el contrario, se mira hacia arriba con cierta envidia, pero desde el convencimiento intimo y profundo de que por mucho que el capitalismo diga que es factible, es casi imposible el ascenso a la selecta clase de “los de arriba”. Y ante esa inseguridad permanente, la clase media se pretende a sí misma, se piensa fuera del sistema de clases, se desclasa en su espejismo.
Para ello, con ese fin del desclasamiento, es importante acomodarse en el refugio del crecimiento continuo, el desarrollo individual y el bienestar egocéntrico. Y todo ello en la inmediatez del presente. Se obviará el pasado, al considerar el mismo como vano, inútil; pero se ignorará igualmente el futuro, por la incertidumbre a la que éste aboca. Y así, no se planifica para las generaciones futuras, ni tan siquiera para los propios años venideros de cada uno, sino para el momento; el famoso eslogan de vive el momento, sin mirar atrás ni al futuro lejano, se hace consigna.
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