viernes, 1 de mayo de 2020

Alcurnias

El pintor y poeta Francisco Moreno Galván y el cantaor José Menese nacieron en La Puebla de Cazalla. Allí nacieron también cantaores como La Niña de La Puebla o Manuel Gerena. Su lugar de origen, la afición flamenca compartida y el conocimiento directo de la situación de los pueblos de Andalucía los llevaron a colaborar estrechamente, como letrista y cantor. 

Eran los tiempos finales de la dictadura, y a la lucha política por las libertades democráticas elementales se unía la lucha social contra una estructura a todas luces injusta.

Es esta sobre todo la que se refleja en estas guajiras.


“Una familia honorable”, poema de Francisco Moreno que Menese grabaría en 1976.


Esa familia honorable
de mi pueblo, donde dicen
que a mil ochocientos quince
se remonta su linaje,
con un mediano pelaje,
pero llevaban prendío
un largo y sonao apellío,
dones, doñas y excelencias
y que traían con pacencia
a su pueblo protegío.

Ellos no malgastarían
en lujos ni en vanidad,
sus obras de caridad
que jamás olvidarían
eran dar los buenos días
cuando pasaba algún pobre
y algunos consejos nobles
que por caridad le daban
para que nunca olviaran
quién le hacía estos favores.

Llevaban tierra de campo
en leguas de un lao pa otro
y por si esto fuera poco
regateaban a diario
el denigrante salario
que ganábamos dejando
detrás de la yunta, arando,
o con la hoz en la siega,
sangre y sudor con la briega,
gotita a gota en el campo.

"Sabemos que algunos vais
los caminos desviando",
nos decían medio rezando,
"hijos ¿por qué os apartáis?
si otro camino no hay
que el único y verdadero,
ese que nos lleva al cielo
rechazando tentaciones,
que las ideas y ambiciones
son peligroso veneno.

En este pueblo han sembrao
que cualquiera pué aprender
y deberíais saber
que el leer pué ser pecao,
con que andarse con cuidao
y elegir bien la compaña
que con tanta idea extraña
están vuestros sesos minando
el diablo os va guiando,
que anda suelto por España".

Años de hambre venían,
si uno malo, otro peor,
y no cuajaba una flor
por lluvias o por sequías,
y la familia dio un día
con el remedio al rezarle
de la mañana a la tarde
y en la comunión diaria
plegarias y más plegarias
por los que morían de jambre.

Y se fueron agotando
estas quebrantadas vidas
que llevaban compartidas
de novena a balneario,
de la baraja al rosario,
hasta que fueron muriendo
y poco a poco iban yendo
al cielo que bien ganaron
y su casa la heredaron
las monjas de un beaterio.



1 comentario:

  1. Una obra maestra. Quién mejor que la voz de José para entonar esta tremenda poesía, magistralmente acompañada por Enrique de Melchor y Manolo Brenes.

    Gracias por compartirla, amigo.

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