Porque en esta obligada cuarentena son los únicos imprescindibles.
Hace dos o tres generaciones la población urbanizada, incluida la clase obrera, era todavía minoritaria. Mis abuelos vivían del campo y en el campo. Hoy empieza a ser minoría la población ligada a la tierra, porque el insostenible modelo agrícola del agronegocio la expulsa a las ciudades, en muchos casos forzada a sobrevivir en la "economía informal".
En casi todos los modos de producción que han desarrollado vida urbana los campesinos han sido la clase social forzada a asegurar la subsistencia de los demás antes que la propia. Si los impuestos en moneda o en especie eran y son obligaciones fijas, el producto de la tierra no lo es, sujeto a toda clase de incertidumbres. Por eso han adquirido y transmitido saberes que a través de los tiempos les han permitido sobrevivir.
Sumergidos en la lectura nos damos cuenta de lo poco que tenemos presente esta cultura de supervivencia, encerrados como estamos en otra cultura de seguridad y progreso.
Bastará esta imagen para mostrar las diferencias:
Después de las historias narradas, el libro termina con un epílogo revelador que reproduzco a continuación.
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