Obviamente, no se trata de repartir culpas por las políticas seguidas, sino de analizar lo ocurrido, teniendo en cuenta la natural tendencia, dentro del voraz y universalizado modo de producción capitalista, a aumentar la tasa de beneficio, utilizando estrategias que, aunque basadas siempre en la explotación de la fuerza de trabajo, se modulan en función de la correlación de fuerzas, tanto entre clases sociales como entre países y sectores.
Mientras duraron los años de bonanza del crecimiento, era natural aprovechar la coyuntura. En el reparto entre países tomaron ventaja los exportadores de petróleo. Entre clases sociales, algunos como Venezuela aprovecharon las ventajas de la renta para disminuir las desigualdades. Lo que no supieron o no pudieron lograr fue modificar su matriz productiva, entre otras cosas porque, presos del mercado mundial y de las alianzas entre sus burguesías nacionales y los capitales extranjeros que a ellos afluyeron, su industrialización, cuando la hubo, se amoldó a consolidar la estructura productiva realmente existente y a producir para el consumo interno, sin generar un desarrollo autónomo.
También en España, durante los años de la burbuja inmobiliaria, los trabajadores de la construcción gozaron de una buena capacidad de consumo, por los altos salarios que las empresas podían permitirse pagar, evitando la conflictividad, sin disminuir sus ganancias, que obtenían de la pura y dura especulación.
Cuando la crisis inevitable llega, ¿de dónde extraer plusvalías? El capital lo tiene claro. Hace falta que los trabajadores entiendan también el mecanismo y lo enfrenten donde hay que hacerlo.
Aunque la despolitización propia de los años "felices" lleva a confundir a los causantes reales con los circunstanciales gobiernos. ¿Cuánta gente piensa en España que los gobiernos de Felipe González y José María Aznar fueron los mejores, cuando sus políticas fueron la causa de lo que vino luego?
No son capaces de percibir que las causas producen efectos, en muchas ocasiones, en un tiempo posterior.
Rebelión
A contracorriente de lo que venían afirmando
el "leninismo" y la Teoría de la Dependencia, algunos países del Tercer
Mundo, exportadores de naturaleza, pueden llegar a ser países
explotadores de aquellas naciones desarrolladas consumidoras de sus
materias primas exportables. En tal sentido, los países exportadores de
petróleo han venido ejerciendo un monopolio sobre esta materia prima
estratégica, lo que les ha permitido imponerle a los países
desarrollados, una renta petrolera internacional como manifestación
concreta de un intercambio desigual.
La masa de plusvalor en
petrodólares trasegada de los países metropolitanos hacia el cartel de
la OPEP, ha significado un gancho al hígado para aquellas economías. La
respuesta imperial ante tamaña osadía tercermundista, fue el
redespliegue industrial, o sea, desplazar capitales industriales
transnacionales hacia estas economías rentísticas, con la finalidad de
recuperar, vía beneficios del capital, la renta usurpada a los países
desarrollados. El resultado de este redespliegue industrial para los
países petroleros, fue la instauración en su seno de un capitalismo cuya
sustantividad se asentó en la captación de la renta petrolera para
apuntalar el proceso de acumulación de capital. Esta forma capitalista
fue bautizada por Asdrúbal Baptista como capitalismo rentístico. Grosso
modo, los perfiles de esta forma capitalista periférica son los
siguientes:
1. Su burguesía la componen empresarios nacionales aliados a las multinacionales.
2. La tecnológica aportada por los capitales transnacionales, es aquella que ha sido declarada obsoleta en los países desarrollados.
3. Si bien los obreros nacionales son explotados por estos capitales, el proceso de acumulación descansa fundamentalmente en la renta internacional captada del Estado propietario del recurso natural.
4. La producción de este capitalismo está dirigida exclusivamente al mercado interno.
6. Para su funcionamiento este capitalismo exige una moneda nacional fuerte.
7. Las tasas de ganancias del capital, superan con creces a las obtenidos en los países centrales.
8. El salario real de los obreros se acerca bastante al valor de su fuerza de trabajo, por lo que el nivel de vida de la masa trabajadora alcanza una incuestionable mejoría. Esta mejora salarial no afecta la tasa de ganancia del capital pues, se sustenta en la renta internacional petrolera.
9. El equipo capital, las materias primas y gran parte de los bienes de consumo, son ofertados por la importación, dada la dureza de la moneda nacional.
10. El capital capta la renta petrolera a través de expedientes como: los créditos blandos, la baja carga impositiva, el suministro de energía barata, obtención de dólares baratos, materia prima barata ofertada por las empresas publica nacionales, misiones sociales que reducen la presión salarial, la corrupción en alianza con funcionarios estatales, y un mercado cautivo que le facilita poner precios de monopolio y desmejorar la calidad de sus productos.
Ahora bien, dado que la renta petrolera
internacional está sujeta a los vaivenes del mercado mundial, una vez
que se produce una depresión en las economías centrales, la renta tiende
a achicarse. Esta situación se agrava una vez que determinada materia
prima este llegando al final de su ciclo histórico, como es el caso del
petróleo.
El achicamiento de la renta petrolera para Venezuela
ha reportado situaciones dramáticas, pues, de ahora en adelante nuestro
parasitismo económico deberá dar paso al país que realmente somos; en
otras palabras, deberemos afincarnos en el excedente económico creado
pos nuestros obreros y dada la concepción bastarda del trabajo que esta
sociedad arrastra desde los tiempos coloniales, se nos antoja que la
transición al capitalismo normal será dramática por decir lo menos.
El
presidente Maduro Moros ante la mengua de la renta petrolera, viene
enfrentando una conflictiva situación que anuncia el nacimiento del
capitalismo normal en estos linderos nacionales. Este capitalismo normal
liderado por el capital transnacional previamente alimentado por la
savia rentística, de ahora en adelante, buscará sostener su tasa de
beneficio exprimiendo la fuerza del trabajo criollo hasta los límites de
la superexplotaciòn.
Esta sobrexplotación del trabajo que se
inició en los estertores del Puntofijismo, se ha profundizado después de
la muerte de Chávez, acicateada por la caída del precio del petróleo
desde el 2014. La fenomenología de esta situación es la dramática caída
del salario real de nuestros obreros.
El otro expediente que
tiene el capital para apuntalar su tasa de ganancia en Venezuela es la
subsunción de la naturaleza al capital de manera gratuita, o sea, el
asalto a los recursos naturales.
Este es el capitalismo que se
la viene encima a Maduro Moros, y que no apunta ni por asomo, al
desarrollo de las fuerzas productivas nacionales, dada la tecnología que
esta capital transfiere a la periferia. En consecuencia, nuestro
presidente obrero va a lidiar con una lucha de clases in crescendo, para
lo cual deberá sellar una alianza estratégica con el movimiento
obrero-comunal, no sólo para salvaguardar el salario real de la clase
trabajadora, sino también, para salvar la democracia participativa y
protagónica que en estos momentos resulta altamente letal para la
concreción de las fuerzas destructivas del capital planetario. En
Venezuela pudiese estar decidiéndose hoy la suerte de la recuperación
capitalista mundial y el futuro de los gobiernos democráticos en su más
radical expresión política.
………………………..
DEUDAS HEURISTICAS
ASRUBAL BAPTISTA Teoría Económica del capitalismo Rentístico. Caracas. IESA. 1997
El Relevo del capitalismo rentístico. Caracas. Fundación Polar. 2004
Bernard Mommer. Petróleo Global y Estado Nacional. Caracas. Comala.Com. 2003
Juan Kornblihtt. Critica a la Teoría de la Dependencia. www.youtube.com/wacht
Querido Juanjo,este autor non vive en Venezuela,precisamente o que está a facer o Pte.Maduro é precisamente,rachar coa renta petroleira e apostar por sectores productivos que devenguen novas divisas,potenciar o sector alimentar e potenciar o poder popular camiño a construir o socialismo bolivariano.Diante da guerra económica,mediática,sicolóxica prantexada pola oligarquía local,punta de lanza do IMPERIALISMO en Venezuela o que nos ensinou o Che é máis solidariedade.Saúde e República dxs traballadorxs.
ResponderEliminarManolo, yo también pienso, desde el desconocimiento que dan la distancia y la desinformación, que la intención del gobierno bolivariano va justamente en el sentido que tú indicas. Pero la estructura productiva actual, con unos propietarios de la mayor parte del capital que tratarán por todos los medios de impedirlo, no lo pone fácil. No se trata de hacer una crítica fácil a la "laxitud" de los gobiernos bolivarianos para hacer los cambios imprescindibles, sino de señalar las dificultades objetivas de dar la vuelta a esa estructura sin dislocarla tanto que no sea posible construir mientras la nueva.
EliminarComo siempre, es un problema de tiempos ¡y qué poco tiempo nos queda!