Reseña de "Periodismo y lucha de clases”, de Camilo Taufic
Pascual Serrano. Rebelión
Lucha de clases blogs.nuevatribuna.es |
El encargo para impartir una conferencia sobre “Medios de comunicación y
lucha de clases” me llevó a un libro recomendado por mi amigo y
profesor de Periodismo Ángel de la Cruz. Se trata de “Periodismo y lucha
de clases”, un libro de culto del chileno Camilo Taufic escrito en 1973
y editado en España en 1976 por Akal. La obra se escribe cuando nada
hacía pensar en el derrumbe de la URSS y en los momentos apasionantes y
esperanzadores de la revolución chilena con Allende al frente, es decir,
con un país de economía y poder capitalista pero con un gobierno
socialista dispuesto a cambiar la situación. En sus años fue un libro de
gran impacto conocido por la izquierda latinoamericana, pero para los
jóvenes profesionales de hoy seguro es un texto desconocido. Han pasado
casi cuarenta años y una de las cosas que comprobamos leyéndolo es cómo
la derecha ha avanzado en la apropiación del lenguaje. La terminología
de “Periodismo y lucha de clases”: capitalismo burguesía, socialismo,
pueblo, clases sociales, nos parece trasnochada, aunque los
razonamientos y argumentaciones de la obra sean totalmente vigentes. Es
triste, pero es necesario superar todo un mundo de prejuicios inculcado
por el pensamiento neoliberal para poder descubrir que todo lo que
señalaba Taufic en 1973 es actual y evidente. Nos parece que la
revolución en los medios en los últimos cuarenta años ha sido inmensa,
pero sólo se trata de una revolución tecnológica. Las grandes cuestiones
como sus claves de dominación, sus servidumbres, el debate sobre la
propiedad, el papel del periodista siguen igual.
Muchas de las
conclusiones a las que recientemente hemos llegado ya se adelantan en
este libro. Se trata del poder de la publicidad, la trivilización y el
sensacionalismo para captar audiencias, la concentración de medios, el
formato audiovisual como modo de puentear el intelecto, el papel de los
líderes de opinión como refuerzo necesario del mensaje mediático, la
objetividad en la información, el compromiso del periodista. Incluso en
aquellos años Taufic ya advierte a la prensa escrita como debía
reaccionar ante la aparición de la radio y la televisión, una situación
muy similar a la actual con internet. El autor afirmaba esto: “Hacia el
futuro, la tendencia más probable para la prensa parece inclinarse más y
más hacia la interpretación de la noticia (en base a hechos) y no
limitarse, simplemente, a dejar constancia de ella. En comparación con
los medios audiovisuales, el diario y la revista ofrecen mejores
oportunidades para un análisis cuidadoso de los acontecimientos y un
estudio amplio de los problemas. Las comunicaciones electrónica son
infinitamente más rápidas que las empresas, y no tiene objeto que los
diarios pretendan competir en ese terreno con ellas (...)”. La prensa
hizo lo contrario siguió su deriva hacia contenidos inmediatos, simples,
breves y espectaculares y ahora se encuentra con un nuevo competidor
como es internet, mucho más eficaz en todos esos ámbitos.
Leyendo Periodismo y lucha de clases
aun resulta más sorprendente que las obviedades que ahí se presentan se
encuentren más alejadas del pensamiento generalizado hoy que ayer. Como
esta: “Puesto que la información pública es una forma del poder
político, es decir, una forma de dirección social, su ejercicio no puede
residir sino en representantes del pueblo, y no en los monopolios
dueños de los medios de comunicación. (…) Sólo expropiando los grandes
medio técnicos de comunicación, aboliendo la propiedad privada sobre
ellos y estableciendo su propiedad social sobre los mismos, de todo el
pueblo, posibilitando su uso por las distintas organizaciones sociales,
se superará la aberración de que unos pocos puedan influir sobre
millones de hombres, incluso en contra de sus propios intereses y por su
sobre sus derechos a la información, a la cultura y a la recreación
sana”.
Es curioso, quien nos iba a decir que un libro de hace
treinta años, trufado de citas de Marx, Lenin, Mao y Fidel Castro iba a
ser tan clarificador del periodismo actual.
No es fácil hoy
encontrar esta obra, pero tampoco es imposible. Las últimas ediciones
son con Ediciones de la Flor en Argentina en 1974 y Akal en España en
1986. Mediante los sistemas de compraventa de libros de segunda mano por
internet se puede conseguir.
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