La entrevista, como casi todo, puede tener dos lecturas.
Corrijo: la lectura es única ("no hay más cera que la que arde"), pero las actitudes que la siguen son dos:
1. No hay nada que hacer. El futuro lo harán los que ya lo hacen. Siéntate, pues a la puerta de tu casa, a ver pasar la procesión. Tal vez veas pasar el cadáver de tu enemigo.
En este caso, lo más probable es que en el desfile tu cadáver pase mucho antes que el suyo. Él también se sabe mortal, pero prefiere cerrar personalmente la cabalgata.
Quiero puntualizar algunas cosas, en la línea de este blog:
- El dinero es deuda, deuda significa aplazamiento. Aplazar ha sido y es la clave de las soluciones del momento y de los problemas del futuro. Huida hacia adelante. Confiar al futuro los problemas de hoy. Crédito es creencia, confianza, fe. Si la creencia se muestra falsa, la fe se tambalea. Es tarea básica que los creyentes abran los ojos. No más esperanza en la recuperación del sistema, o como dicen, en la "recuperación de la senda del crecimiento". Imprescindible otra fe y otra esperanza. De caridad mejor no hablar, por ahora (¡ah, la semántica!).
- Un problema constante: meter en un espacio lo que no cabe. Mundo lleno. Meter en el tiempo actual lo que no cabe. Solución: nuevamente aplazar. Véase en este blog la etiqueta "tiempo y espacio".
- Una convicción: tenemos que encontrar soluciones a tiempo. Parar a tiempo el tren de los hermanos Marx (*). Encarrilarlo por otra vía antes de que llegue al cambio de agujas por donde va a la vía muerta.
- Las soluciones son colectivas, pero nuestro colectivo no es el capital, aunque nos parasite hasta un punto próximo a la simbiosis.
- Planificar las soluciones colectivamente requiere herramientas colectivas. La primera, conocimiento colectivo. Valores colectivos, sin caer en el horror del "individualismo colectivo". El fascismo es precisamente eso.
- Redefinir las "clases sociales", que en parte deben ser construidas (pasar de la clase "en sí" a la clase "para sí" requiere autoconciencia y voluntad).
- Santiago Niño habla del recuerdo de tiempos mejores como consuelo de futuros menos esplendorosos. Esto me trae a la memoria la película "Tierras de penumbra"(**). De acuerdo, pero esto sólo es válido para los que tuvieron esos tiempos mejores.
(**) "...el dolor de entonces es parte de la felicidad de ahora". Y después: “el dolor de ahora es parte de la felicidad de entonces”.
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