Sin merecer siquiera una reseña en los medios habituales, el pasado 30 de septiembre pronunció el presidente de Colombia, en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la conferencia Deuda por Clima: la propuesta de Colombia, potencia de la vida, para salvar el planeta.
Gustavo Petro había expresado con anterioridad su contundente denuncia en una intervención ante los Presidentes y Jefes de Estado reunidos en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Muchos de ellos se taponaron convenientemente las orejas y, sobre todo, el cerebro.
Antes que él, Pepe Mujica se había expresado en parecidos términos.
Más lentamente de lo que sería deseable se abre paso esta idea de que si no acabamos con la explotación capitalista, ese vampiro voraz que no solo se alimenta del trabajo humano sino de la naturaleza entera, si los trabajadores fracasan en sus luchas, será la naturaleza la que destruya este sistema, y con él se irá por el desagüe esta civilización, y quizás también la vida.
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